domingo, 17 de mayo de 2015

El miedo y el lobo * José Lupia

El miedo y el lobo


Anita sueña cada noche el mismo sueño: siempre el miedo y el lobo.
Se despierta temblado mientras escucha antes de tiempo lo que van a decir los grandes: los lobos feroces no existen, las hadas te cuidan mientras dormís, el ángel de la guarda te protege.
Pero ellos no saben lo que Anita sueña, solamente repiten palabras que se desinflan antes de tocar el aire.
El lobo camina sigiloso. Avanza entre los cuartos de la casa como una pluma y llega hasta el dormitorio de los padres.
Primero se come a la mamá, después al papá, también a su pequeña hermana.
Saciada el hambre, entra en su habitación.
Se sienta a los pies de la cama.
Protegida por la frazada, Anita puede ver la silueta del lobo, escuchar el ruido de su lengua barriendo los restos de familia que quedaron en el hocico.
Su cuerpo es un temblor y puede adivinar el goce del lobo aspirando su miedo.
El miedo al lobo sentado a los pies de la cama.


La agonía insoportable de saber que él no va a comerla. Que va a quedarse allí. Paciente y lujurioso, mientras dure la oscuridad del sueño.


José Lupia, 2015.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.



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