viernes, 30 de diciembre de 2016

Timba * Eduardo Galvez


10 la leche
49 la carne
48 il morto que parla
8 el incendio
57 la mazmorra
30 la empanada tucumana
19 todos los hijos de puta de la dictadura
61 andate a cagar
53 está todo bien
99 aceites Marolio
78 flor de culo
59 dos litros de vino
66 concha hermosa
20 el bife de chorizo
14 la resfalosa
12 punta del indio
40 la boleadora
37 soñé que la ponía
15 la niña bonita
34 la vecina
32 Ornella Muti
62 no duermo bien
17 ¡Viva la Santa Federación!
44 estás hibernando hace 40 años
9 los campos de concentración
13 Monsanto
67 el pelotudo
4 de la mañana
23 Macri
33 radio Disney
21 la primera guerra mundial
22 la segunda guerra mundial
28 la civilización
12 la tortita negra
28 Tinelli
62 los estados unidos
59 las bombas
11 mis queridos argentinos
16 nos espera un futuro maravilloso
00 las bolas
90 la guerra del Golfo
25 el culo te abrocho
40 la declaración universal de los derechos del hombre
11 Guantánamo
95 sueño pelotudeces
72 el lago Titicaca
12 l’égalité

91 el flan mixto
59 pero sueño


Eduardo Gálvez, 2016.
Producido para Minuto Inconsciente.


miércoles, 28 de diciembre de 2016

A veces * Emma Argüelles

A veces, así como así, se me llenan los ojos de tristeza, un nudo de arena en la garganta

(a veces
justo atrás
del esternón)

El nudo se ajusta de golpe, tira hacia abajo, sin aviso, sin motivo. Tristeza sin causa,
sin razón. Profunda. Arcaica.

Pero en esta falta de lógica o explicación descubro
cuando miro sin ver el paisaje desde el tren
que hay un indicio de conexión entre esta tristeza y ciertos momentos. A saber:
los atardeceres rosas
los mares bravos
las montañas en la niebla
un abrazo largo
un viaje sobre rieles

En síntesis, en todas esas imágenes de abrumadora belleza que le dicen a mis ojos:
no pueden
verlo
todo

a mi cabeza:
no podés
saberlo
todo

a mi pecho
no podés
amarlo
todo

a mis pies
no pueden
recorrerlo
todo.

La tristeza viajera (pues así la he llamado) me ataca ahí (justo ahí)
donde más duele
en mi conciencia de lo mucho que quiero ver
y el poco tiempo que tengo.

Es el balance
desequilibrado

entre el carpe diem y
los recuerdos
el pasado
los sueños
lo próximo

Eso
que
vendrá


y no conozco
porque no es

En lo inasible de lo que es-en-sí
fuera-de-mí.


Acariciar la Belleza a ciegas

y no poder adivinarla.


 Emma Argüelles, 2016.




HOY! EL TEXTO DEL AÑO


martes, 27 de diciembre de 2016

Nube en mi frente * María Victoria Verzura


Nube en mi frente
intermitente pesadez
es que no estoy completa
soy parte de algo
qué no sé
que desconozco
¿no es en realidad la verdadera vida un gran paréntesis?
un paso a algo desconocido
como un puente
¿y del otro lado qué?
pagar las culpas de otras vidas
armarse para las próximas
por eso esta melancolía
continua
siempre presente
es que no estoy completa
algo que me falta
que no entiendo
no alcanzo
porque me escapo, lo vivo a medias
miedo
buscando perfección
por querer escaparme
y ser otra
otra vida

ser la espía


María Victoria Verzura, 2016.


lunes, 26 de diciembre de 2016

Inconsciente * Mariana Avendaño


Inconsciente
siento tu cuerpo
nos abrazamos hasta los dedos de los pies
vamos a cenar
como si nada pasara
disfruto que el mozo use el plural para recomendarnos una mesa
me adhiero a tu contorno
creo que esto también existe para vos


Consciente
eso dura apenas unas horas
cuando me canso de fingir que existe vida en común
y una frase, una palabra, una duda
se interpone entre los dos


Inconsciente
me declaro incompetente
otra vez en el campo de batalla
creyendo que puedo ganar
y vos
en menos de dos minutos
te construiste una muralla más fuerte que la de China


Consciente
ya no queda nada


Inconsciente
resisto
continuo




Mariana Avendaño. 2016.




domingo, 25 de diciembre de 2016

Minuto Inconsciente * Lorena Suez


Desde temprano busco la línea de tu rostro en mi memoria. Viniste en un sueño. Estuviste paseándote con otra gente, vestido del hombre más deseado y de la mujer más dulce. Por momentos te veías desnudo, andando con desparpajo. Yo, incrédula. Cuando te veía de espaldas me preguntaba por tu rostro, y en eso sigo. 

Hoy caminé tres cuadras intentando recorrer tus gestos, dibujar tus dientes, adivinarte, y esas cuadras fueron kilómetros. Es tanta la profundidad del pensamiento que la mañana se me fue en las calles. Todavía no había conseguido escuchar las palabras que me decías en el sueño cuando pude, por fin, ver tu cara. 

Todavía se me escapa. Si me fijo en tu boca se escabullen tus pómulos y tus ojos me llevan a otro lado. Es la expresión entre soñadora y doliente la que me intriga.  No entiendo lo que decís.

Sigo sin entenderte. Hay algo de oscuridad que se cuela en tu piel. Suena el despertador. Seguís hablando. Hay unas manchas que amenazan tu existencia, que ahuecan tu cara. Seguís hablando.

Te miro, no sé quién sos, tengo partes tuyas en mi retina. Sé que no existís pero te busco. Sos anónimo, imposible, y te amo. 

Hay algo que nos quita el futuro, que nos mata a vos y a mí. Intento entender esta falta de felicidad pero te vas, de otra mano, a un mundo sin sueño, a la línea de tristeza en la que la alegría se destiñe. 

Yo puse eso en tus ojos. Aunque ya no te tenga conmigo.


Lorena Suez, Intemperie.
Viajera, 2016


viernes, 23 de diciembre de 2016

Minuto inconsciente * Eugenia Coiro



vamos a estrellarnos
dice el capitán
tranquilo
el avión sobre la selva
desciende sin rugidos
azafatas rubias
arreglan sus peinados
se cruzan de piernas
coman goma de mascar
y la busco
vos seguís durmiendo
plácido
tendría que despertarte
podrían ser
tus últimos momentos
el avión sigue flotando
pero se sacude
un cariñoso bamboleo
me agita
el cuerpo baila
rebota en el asiento
abrís los ojos
justo cuando nos detenemos
sobre un árbol
buscamos la ventanilla
nos deslizamos
el suelo acolchonado
la tierra mullida vegetal
todo es suavidad en esta jungla
lianas hojas verdes gigantes
unos insectos enormes revolotean
lentos a nuestro alrededor vibran
ronronean sus alas transparentes
caminamos por la selva
estamos en Nepal
lo sé pero no hace frío
el calor es agradable
acaricia cuando avanzamos
hacia esa construcción
una casa moderna
de ventanales inmensos
una pareja duerme dentro
somos muy distintos
tanto que un poco
nos parecemos




Eugenia Coiro, 2016.




jueves, 22 de diciembre de 2016

Minuto Inconsciente * Mercedes Marcer


Un golpe seco en la cabeza. Silencio. La luz blanca me cega. Intento abrir los ojos con mis dedos. No desespero. Ahí estás. 

¿Qué hacés acá? ¿Que hacés acá? Estás distinto a la última vez que te vi. No hay tantas arrugas, hay cabellos más oscuros que blancos en tu cabeza. Sonreís. Acá sí sabés quien soy. Hacés eso en mi rodilla que de chica odiaba. Me decís que estás bien, que nunca estuviste mejor. Tu paz, tu paz es contagiosa. Nos abrazamos, tu sweater verde todavía me hace picar la nariz.

Me sacuden, me tocan la espalda, escucho susurros que creo preguntan si estoy bien. No quiero irme.

Vos estás acá.



Mercedes Marcer, 2016.
Producido para Minuto Inconsciente.





miércoles, 21 de diciembre de 2016

OuLiPo de Verano



“¿OuLiPo? ¿Qué es eso? ¿Qué es OU? ¿Qué es LI? ¿Qué es PO? OU es Taller (Ouvroir) ¿Para fabricar qué? LI. Li es Literatura. ¿Qué tipo de LI? LIPO. PO significa Potencial. Literatura en cantidad ilimitada, potencialmente producible hasta el fin de los tiempos para todo fin práctico”. Marcel Bénabou y Jacques Roubaud

Este verano OuLiPo en Siempre de Viaje.
Desafiate a construír tus propias reglas, descubrí nuevas formas para tu escritura.
Vamos a jugar con las letras, con las palabras y las frases.
Lecturas de Queneau, Le Lionnais, Fournel, Perec, y más, para sacudirnos las estructuras y crear textos que nos van a sorprender.

¡No esperes la inspiración, vení a oulipear!




OuLiPo de verano
Coordinación: Eugenia Coiro y Karina Macció.
Dirección General: Karina Macció
Lugar: Guarida Literaria de Siempre de Viaje
fbk: siempredeviajeliteratura
@siempre_deviaje

Tel.: 4867-5964 





El mar es un espejo verde * Alicia Beatriz Álvarez



El mar es un espejo verde. Apenas unas ondas festonean la llanura de agua. Desde el inmenso ventanal, el cementerio  de algas olvidadas. Hace  frío, tanto frío afuera que se crispan los cristales. Pienso en rosas de puntillas carmín, encendidas, generosas atadas a la arena en el vaivén salado.  La marea  me devuelve algunos pétalos.
Me pregunto dónde estarán las cartas que arrastró el océano. Enlazadas en las ramas, enredadas en espinas. Cadenas de papeles engarzados que borra el agua de sal. Por qué el mar se vuelve bueno en la mañana y negro por  la noche. A la luz de la luna se encabrita, revuelve tempestad en un caldero propio donde escupe espumas furiosas. Como una bestia mitológica, traga y escupe. Maderos, vientos, botellas con mensajes, caracolas.
Caigo en el fondo arenoso de la noche. Desangro mis venas en las rosas. Sin identidad a cada lado del océano, sin tiempo.



Alicia Beatriz Álvarez, 2016.
Producido a partir de la lectura de Marosa Di Giorgio "Caía una lluvia finísima".



lunes, 19 de diciembre de 2016

Minuto inconsciente * Alexis Beri

Inconsciente

Mirada perdida
vista empeñada
ojos huecos
párpados rendidos
Angustia
Divago palabras
mi lengua, un látigo
las cuerdas                                                                                           
Soledad, libertad
Muerdo, mutilo
no te defendés
pienso, pienso, pienso, pienso, pienso y pienso
segundos, minutos, horas, días, semanas, meses
avanzo
me frusto
desespero
agonizo
me ahogo
te busco
te encuentro
te tengo
me calmo
 masoquista
donás tus órganos
abrazás sombras
acaricias el cráneo

mi cuerpo se agota
el alma reposa
la mente no entiende 
lo siento




Alexis Beri, 2016.



sábado, 17 de diciembre de 2016

jueves, 15 de diciembre de 2016

Ella es mi sueño * Juanpi Ortigosa




¿Qué soñaste?
Estaba con ella. Caminábamos de la mano por el parque. Le contaba un chiste y se reía. Después, me besaba.

¿Qué soñaste?
Estaba sólo, todos se habían ido. Las calles estaban vacías, el único ruido que había era un constante “piiiii”. Recorrí todo el barrio tratando de encontrarlo. Cuando por fin me pareció ver de dónde era, una luz blanca me encegueció.

¿Qué soñaste?
La luz me llevó a un cuarto blanco. En la esquina había alguien sentado, mirando a la pared, era yo. Quise hablarme, pero me ignoré completamente.

¿Qué soñaste?
Llegaba al colegio, era el examen final de química. Ella se sentó al lado mío, estaba nerviosa. Al entregar me di cuenta de que no había resuelto nada, así que borré su nombre y puse el mío cuando la profesora no miraba, entregué mi prueba como si fuera suya.

¿Qué soñaste?
Era el partido final de la temporada, estábamos empatados. Últimos segundos, me pasan la pelota, tiro y adentro. Ganamos. Ella sonreía y me felicitaba, me abrazaba.

¿Qué soñaste?
Ahora yo era el que estaba sentado, mientras otro yo me miraba sorprendido. Me preguntaba cosas y yo me ignoraba, como si no valiera la pena responderme, como si estuviera enojado conmigo mismo.

¿Qué soñaste?
Entrábamos al boliche, todos mis amigos ebrios, yo creo que también. Unas chicas que no conocemos empiezan a hablarnos, mi amigo se va con una y yo me quedo conversando con la otra. Se me tira encima. Ella me ve.

¿Qué soñaste?
Volví a estar parado, rodeado de las paredes blancas, mirándome. Empujé a mi otro yo para que me respondiera. No me moví. Pero esta vez pude ver que sostenía algo en la mano. ¿Era un cuadro?

¿Qué soñaste?
Ella se fue corriendo del boliche sin mirar atrás. La seguí para explicarle, pero no la veía por ningún lado. Tenía que buscarla.

¿Qué soñaste?
Era una mañana en la pileta del club, estábamos sólo los chicos. Miré para arriba y la vi asomada, recién había llegado. Me hizo una seña y salí a verla. Fui por su espalda y la abracé, mientras le colgaba un collar. Mi regalo.

¿Qué soñaste?
Volví a la silla, mientras me gritaba a mí mismo. Esta vez miré mi mano, sí, era un cuadro, y tenía una foto. Nos mostraba a los dos, en el cine, la primera vez que nos besamos. Colgué el portarretratos en la pared blanca. Todo se apagó.

¿Qué soñaste?
La vi, a lo lejos. Ella estaba en un banco, en la plaza, frente al boliche. Me acerqué a hablarle, parecía que lloraba. Le pedí perdón, se paró y se fue. Como si nunca le hubiera hablado.

¿Qué soñaste?
Le grité que se frene, que deje de ignorarme. Se dio media vuelta, sí, estaba llorando, y solamente me miró. Esa mirada me destruyó.

¿Qué soñaste?
Ahora podía ver a los dos, al que estaba sentado, triste, con la foto y al que le gritaba al lado, para que lo escuche. Se veían como yo, pero no actuaban como yo. 

¿Qué soñaste? 
Salía de jugar un partido como cualquier sábado, y me sentaba a verla jugar a ella. Siempre me había parecido demasiado linda, pero era muy tímido para hablarle, ella era perfecta y yo era, yo. Un chico más.

¿Qué soñaste?
Un yo estaba triste, el otro yo estaba enojado. Y después estaba el tercer yo, que los miraba, el verdadero yo. Tratando de entender qué les pasaba, tratando de entender por qué actuaban así.

¿Qué soñaste?
Le pedí perdón, ella no dijo ni una palabra, estaba dolida. Le dije que había sido un malentendido, una mentira que ni yo podía creerme. Ella tampoco se la creyó. Discutimos, le eché la culpa como siempre hacía. Ella me miraba y le caían lágrimas.

¿Qué soñaste?
Era nuestra gala de fin de año, nuestro egreso. Todo el curso vestido formal, ella estaba radiante. Mis amigos me empujaron hacia ella y le pedí que bailemos, apenas podía hablarle, dijo que sí. No podía ocultar mi sonrisa.

¿Qué soñaste?
El tercer yo estaba feliz. Pero parecía una sensación vieja, perdida. No como los otros dos yo, que se sentían reales. Esa felicidad no era más que un recuerdo.

¿Qué soñaste?
Era nuestra primera cita, no había estado tan nervioso en mi vida. Fuimos al cine, daban las viejas de Harry Potter y conseguí los mejores asientos para su favorita. Vimos la película y al terminar me besó, por primera vez.

¿Qué soñaste?
Se acercó a mí, no sabía qué iba a hacer. Me dio un beso, el último, y me pidió perdón. Yo estaba sorprendido, pero el perdón era porque iba a dejarme, se sacó el collar que le había regalado y lo dejó en mi palma. Se fue caminando.

¿Qué soñaste? 
Volví a estar gritando, en plena oscuridad. Logré escuchar qué decía, me criticaba, me criticaba por hacer todo mal, por desperdiciar cada oportunidad que tuve. Mientras, mi otro yo comenzó a llorar, abrazando el cuadro como si fuera todo lo que le quedaba.

¿Qué soñaste? 
Ella festejó su cumpleaños en su casa. Era una fiesta a la noche, con sus amigos. Me agarró y me hizo subir las escaleras, hasta la terraza. Nos acostamos a ver las estrellas, de la mano, contando historias y riéndonos juntos.

¿Qué soñaste? 
Mientras se iba me quedé paralizado, el collar se me cayó al piso y apenas podía respirar. Se largó a llover, no me importaba mojarme. Pero de a poco la tormenta aumentó, apenas se podía ver.

¿Qué soñaste?
Me agaché rápido, tenía que encontrar el collar, no podía perderlo. El agua lo había arrastrado pero lo vi a lo lejos, brillando por la luz de un farol. Corrí a alcanzarlo cuando el ruido de una bocina me aturdió, seguido de un golpe fuerte a la distancia.

¿Qué soñaste?
Ya no estaba enojado, me había quedado quieto, callado, ahora sentía culpa. El yo feliz comenzó a desvanecerse, hasta desaparecer por completo. El yo triste me miró con enojo, como culpándome por todo, se paró y se fue, tirando el cuadro a mis pies.

¿Qué soñaste?
Era el primer día del último año en el colegio, entró una chica nueva. Yo la conocía, la había visto en mi club algunas veces. Se sentó al lado mío, era simpática. Su sonrisa fue lo único que necesité para enamorarme de ella.

¿Qué soñaste?
Había mucha gente junta, se escuchaba la ambulancia estacionándose. Me metí por el medio, quería saber qué ocurría. Allí lo vi, el auto encima de la vereda, los doctores alrededor de un cuerpo. Era mujer, pelo largo, se veía joven, empecé a preocuparme. Corrí, más rápido que en cualquier partido, pero un oficial no me dejó acercarme más, no lo necesité. Era ella.

¿Qué soñaste?
Caí de rodillas al piso, necesitaba saber si estaba bien. Un doctor me vio preocupado y se acercó. Trató de hablarme pero no logré escuchar ninguna de sus palabras, sólo percibí el gesto de negación con su cabeza. Antes de irse me señaló algo en el piso, el celular de ella.

¿Qué soñaste?
Todo volvió a estar oscuro, me estiré para agarrar lo que mi otro yo había dejado. De pronto, en mi mano, no había un cuadro, sino un teléfono, y mostraba nuestra foto en el cine. 
De la oscuridad empezaron a aparecer personas, la lluvia volvió a caer. Estaba en el lugar donde había ocurrido. Era su teléfono, con nuestra foto en la pantalla. Esa foto de ambos sonriendo, felices, esa foto de algo que no era más que un simple recuerdo o, tal vez, un sueño. 


Juanpi Ortigosa, 2016.
Producido en los talleres de Siempre de Viaje, basado en la lectura de Los amnésicos no vivieron nada inolvidable de Hervé Le Tellier.

Lugar * José Lupia


Tengo un lugar en donde guardo las cosas que no guardo.

Un paisaje de abandono
habitado por palabras que ya no pronuncio.

No hay gravedad en ese espacio
sin estrellas ni lunas
no hay horas que empiecen o terminen.

Flotan las caras, los nombres, los momentos;
lo olvidado se reúne.

*

Tal vez, en un lugar así,
ligeros de conciencia y de materia,
vos y yo nos encontremos.

Cuando ya no pidan por nosotros,
y nuestras manos no toquen
y nuestros ojos no vean.


Cuando seamos una de las cosas que ya nadie guarda.  



José Lupia, 2016.




miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sinestesias * Emma Argüelles


Me dijiste chau con la mano como si fuéramos a volver a vernos. Sonreías primaveral y me mirabas en sol mayor. Los pies, sin embargo, se te clavaron al andén con indecisión.

Pensé en irme así nomás, dándole la espalda a esa fotografía metálica que me ofrecías de souvenir. En cambio, me acerqué lo más atardecer que pude y entrelacé mis dedos con los tuyos, tan silenciosos. 
Me detuve un instante. 
La sonrisa siguió intacta, pero se te puso azul (casi gris) cuando te besé la mejilla izquierda. Los hoyuelos se te diluyeron con aroma a niebla y la mirada te brilló salada. Sentí tu aliento derretirse en escala descendente. La piel de la nunca tembló en bemol. 
Cuando despegué los labios de tu cuello, te escuché parpadear púrpura aterciopelado.
Olías a susurro.

Te di un beso naranja.

Me fui sin mirar atrás.





Emma Argüelles, 2016.




lunes, 12 de diciembre de 2016

Te amo * Ricardo Czikk


Vos y yo somos 
fragmentos de un aglutinado teamo
sabores en la piel                                           y esto ¿qué es?

pigmentos que se pegan
emanaciones de colores 
glúteos arracimados                                      ¿qué sería?

no sé
me dejás nublado                                          no sé

estupefacto                                                      esto ¿qué es?
sin habla o puro blablá
tegumento escamoso de incógnito
verde amargo y azahar
a veces rojo flash loco
de noche me quedo en blanco                 ¿qué es?

ando a tientas de día
en bolas sin saber                                          no sé

¿me olerás o chuparás?
yo degustaré cada pezón
te arrancaré cada centímetro cuadrado                               ¿qué?

aún si quedo hecho pedazos                     no sé, quizá
fragmentario
como mi amor.



Ricardo Czikk, 2016.



domingo, 11 de diciembre de 2016

Inexpresable amor * María Victoria Verzura



Señuelos del pensamiento
sentir puro
sin restricciones
un debate constante
¿se siente lo debido?
¿y qué es lo debido?
¿lo que se siente
o lo que se debería sentir?
me corro a un lado
callejón sin salida
es que es más fuerte
sentir que pensar
amar que vivir
silueta soy
casi nada
fuerza perdida
devastada
hueca de amor
no quiero decirte nada
¿nada?
mmmm
quisiera decirte demasiado
todo
imposible ajuste
trivialidades insanas
soy débil 
así me siento
atrapada
una amor alojado
solo un ser receptor
¿cuál es mi yo?
¿quién soy de todas?
degradación progresiva
imagen arrastrada
¿cuál es ese yo que se escribiría?
¿para qué?
es solo ilusión
engaño sobre los efectos
irritación
no volverme a mirar
volverme real
acotar lo imaginario
sufrir
enloquecer
expansión ilimitada 
sumersión



María Victoria Verzura, 2016.