miércoles, 3 de junio de 2015

Mariel Fini * Minuto Sueño


En trance
Y me senté, hacía rato que estaba parada. El comedor era algo lúgubre. Las paredes estaban algo escarchadas y descoloridas. Empezamos a recordar. Me contó sobre su tierra natal. De a poco fuimos recorriendo sus pagos, viajando por San Sebastián. Sus historias acariciaban la realidad, tanto como la fantasía.
El olor a manzanilla, ese aroma se adueña del ambiente. La tetera hirviendo. El agua caliente. El saquito de té. Su lentitud al degustarlo.
Minuto a minuto, el tiempo pasaba por un tamiz. Y así se escurría, al igual que ella.
Hace poco. Hará dos meses.
Me contaba historias tan bellas.
El otro día me sucedió algo raro. Estaba en la cocina, buscando unos papeles y la puerta se abrió. Yo creo que sola. Y en eso que voy a cerrarla. Se cae un cuadro.
Justo el del País vasco…
Estoy muy triste, sí, pero esto me hace bien. Me deja una gran satisfacción.
Dicen que recordar es soñar despierto. El único problema es quedarse en ese estado de vigilia. Y no poder volver a abrir los ojos.


Hay un mundo afuera…



Mariel Fini, 2015.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje.


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