Movimiento circular
Movimiento circular de la rueda que en el camino pisa una piedra
lanzándola con mano invisible.
Del engranaje con palas que levantan tierra y la tiran a un conteiner
cuando dan la vuelta.
De arrojar la bocha en el patio o en el bowling.
De pegarle a la bocha con un palo en 2, 3, 4 deportes.
Del nunchaku que maneja el experto y ¡qué miedo!, el inexperto.
Del lanzador de disco y de martillo.
Del que nada hacia adelante.
Del contrario que nada de espalda.
Del atleta que trota largo y alto antes del salto imposible.
Y en el salto ornamental desde la altura hacia el agua, todo el
cuerpo convertido en una sola extremidad compleja cuyos ojos ven al
mundo moverse hacia todas partes a la velocidad de la luz.
Del mago que presenta la ilusión.
Del búmeran sobre sí mismo y recorriendo una órbita.
De la espada cantando antes del combate.
De las boleadoras antes y después de ser arrojadas.
Del latigazo por el animal que se cree superior al humano que lo
padece.
De la guadaña que siega la hierba y, cada tanto, al injusto.
De la mano zambullida como cuenco en el agua. Que vemos subir sin
apuro y dar la vuelta. Y, como suspendida, arrojar una lluvia desde
arriba, sobre el rostro hermoso de su dueña.
Del yin y el yan evocados por el artista marcial
trazando curvas con veinte dedos. Todo su cuerpo en danza con
enemigos imaginarios.
Y de los óvalos en progreso traídos por los
brazos de la bailarina, dibujados en el aire por sus manos. Búsqueda
a tientas.
Federico Castro Walker, 2015.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.
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