sábado, 14 de noviembre de 2015

Boomerang * Karina Macció interviene un poema de Virginia Janza



Boomerang

Vos sabés que a mí me pasó esto
Vos sabés que es de las cosas
Que más temo
Aquello que amaste, boomerang
Contra vos
Aquello que amaste, astilla, piedra en el zapato,
Vidrio en la boca
Me miraste un día cálido y de pronto se congeló
Amiga ineludible, levantaste el telón
Me leíste de aquél que no era yo, que era él, objeto de amor
Roto, como a un espejo le hablaste, yo pronuncié
Digo tus palabras en mí:

A partir de ahora sos
una de las personas que saludo
-Boomerang-
con mi cara más falsa y le digo
chau, suerte
-Vidrio en la boca-
es gracioso porque vos sabés cómo lo hago
frunzo la nariz y aprieto los labios
sin mostrar los dientes
pongo la cara y tiro un beso al aire
sin mirar
-Me astillo-
Ahora sos una de las personas
que no sabe quién soy
que no sabe
-no sabés nada porque te golpeaste la cabeza, tiraste a la basura tu corazón, me negaste, pibe, qué terrible ser dicha para vos-
Podés olvidar
que me despierto para cocinarte
a las dos de la mañana
que no me pongo tacos cuando salimos
y me los pongo para cocinarte
a las dos de la mañana
compro el queso que te gusta y siempre tengo
una medida de whisky para vos
un baño caliente y velas
-boomerang, las imágenes volverán, te acecharán-
que nunca te evito
que nunca te tengo miedo
festejo nuestra intensidad
y te dejo el medio de la cama
-porque quiero y me acurruco sin pesar en un hueco, felina-
Pero ahora vos tampoco me conocés
y me mirás y te ponés nervioso
porque no sabés que sin tacos medimos lo mismo
que cuando lloro se me ponen las cejas coloradas
y lloro mucho    mucho
-vidrio en tu boca mis lágrimas-
que me gusta que me cuentes historias
que me leas en la cama hasta quedarme dormida
como cuando era chica
que no miro tele en el cuarto
porque prefiero mirarte a vos
hasta quedarnos dormidos
-ese espejo se rompió, detrás hay un reptil, el aire se congela-
Y tampoco sabés qué historias me gustan
-me entrego a las de amor, no me importa el desgarro-
y no vas a descubrirlo
porque ahora sos de los que no me conocen
-no tengo miedo, mi corazón está ejercitado, mi corazón se rompe y se pega, mi corazón es amplio como una casa refugio guarida en expansión-

Ayer un hombre copió tu boca
el dibujo exacto de tus labios
lo húmedo que se pega a tus dientes
las dos curvitas del labio de arriba
-es el detalle lo que añoramos, esa punta, ese filo, ese lunar-
la copió y tuve que hacer fuerza para no besarlo
porque ese hombre ya no eras vos
-se rompió el espejo, hay un reptil de sangre fría-
y para mí era
solo un desconocido

Boomerang, amiga, boomerang
El amor vuelve cuando das tu corazón.

Karina Macció, 2015. Sobre un poema de Virginia Janza incluido en Madreselva.

Foto: Laura Sussini

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