lunes, 25 de junio de 2018

Última máscara * Valentina Caffaratti


Un día volvíamos en auto a casa después de cenar con unos amigos. Charlábamos de diferentes temas. Hablábamos sin parar de todo, menos de eso. Hasta que, en un momento me quedé muda.
Cuando frenó le pedí que se sacara la máscara, yo me había quitado la mía. Pero él se resistía, se sacaba una, improvisaba otras. En medio del forcejeo aproveché para darle un beso. Un beso con la boca bien abierta para respirarle mi aliento. Que le recorriera todo el cuerpo para que sintiera la obstinación con que lo seguía amando. Que percibiera en la carne lo que dolía su desamor.
Máscara en mano, dejamos caer todas las capas y las poses. Sin tanta educación nos afrontamos. Su mirada al descubierto decía tantas cosas que pensé en escupirle los ojos, para que no los pudiera abrir y así no dejara escapar más esa mirada de compasión. Pero no lo hice, solo puse un dedo índice sobre mi boca hasta que un silencio incómodo sobrevino. Los dos supimos que era el final.
Bajo su máscara intuí una lágrima. La sentí atravesar la cuenca de los ojos, recorrer la mejilla y terminar en el mentón. Cuando por fin la vi en su cuello me acerqué. Él no se resistió. Y con un beso absorbí la gota salada para que siempre habitara algo suyo en mí.



Valentina Caffaratti, 2018.
Para Minuto Doble/Máscara.



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