lunes, 28 de octubre de 2019

Rita Corigliano para Cuerpos Poéticos



Y fue tan cuerpo que fue puro espíritu. Clarice Lispector

La escena se repite
en la vigilia
y en los sueños.

Caigo hacia atrás
y en el instante mismo
me transformo.

No me miren con pena
ni lamentos.
Nadie me empujó.
No hubo cómplices
ni traidores
que urdieron
la embestida.

Santa Rita me soltó
su brazo de rama
y el descenso veloz
fue irreversible.

Caí de mañana
de lado a lado
con un grito
pegado a la inercia.
El suelo se abrió
en un abrazo
de tierra y de hierro.

Sangra una herida
y no sé dónde.
Duele la piel,
la carne,
la corteza del hueso.
Soy la caída.
Barro hecho de llanto
y desconsuelo.

No me miren
con pena
ni lamentos.

Para levantarse
solo hace falta una caída.



Rita Corigliano, 2019. 
Para cuerpos poéticos.



Xanthoupoulos

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