sábado, 22 de julio de 2017

ciénaga * Lorena Suez







Hay una ciénaga junto a mi ventana
un lodazal vivo que se agita
los días de sol
barro oscuro que me invita a tomar el té
planicie de cemento
traga
disimula inocencia pero sé
conozco esa fuerza
desde mi cama
              escucho el arrullo
las aguas espesas
el viento tibio que empuja las paredes
veo los surcos del sol
el árbol que sobrevivió al hachazo
veo los desgraciados helechos
austeridad de un jardín que nadie cuida
y crece salvaje crece
alimentado por la lluvia
acueductos invisibles de mi pantano
desde mi cama
junto a las cortinas blancas
impecables
junto a mi mueble de roble adornado con collares y pañuelos
desnuda y quieta
veo que corre incesante un río de lodo
me nombra opulento
me pide que salga de la cama
              hay profundidades
en las que no es necesario dormir
ni pensar
en las que puedo ser
muñeca sin sexo
articulada
figura de plastilina
carnes finas y plástico adecuado
me grita la ciénaga
la normalidad de los vestidos
del silencio apocado
me exige asentimiento
que me entregue
me grita no es bueno tener un barco sobre la cabeza a merced del viento
no se puede cargar flores detrás de las orejas
sobre las muñecas
entre los dedos de los pies
me grita
que me abandone
salte por la ventana
me olvide de mí
me entregue al agujero negro

muñeca ahuecada
flotando
en el lodo.


Lorena Suez, 2017.
Desde los talleres de Siempre de viaje.

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