¡FELIZ DÍA! a todas las mamás que nos acompañan en las más divertidas aventuras...
Éste es nuestro regalo:
¿Cómo hacían ustedes?
―Mamá, ¿ustedes cómo
hacían, así, cuando yo no había nacido?
―¿Cómo?
―Sí, me refiero, así…
―"Así" qué, Natacha;
explicate bien.
―Porque ahora ustedes
hablan conmigo, me revisan los deberes, ¿no?
―Ahá…
―O por ejemplo, cuando
yo no estoy, se juntan con papi y charlan sobre mí, ¿no?
―Eh… sem.
―O salen juntos y me
van a comprar cosas, o eligen una peli para que vayamos a verla, o se fijan en
el diario una obra de teatro que me guste, o vos lo llevás para mostrarle un
vestidito que me querés regalar, o conversan de mi fiesta de cumpleaños, ¿no?
―Eeh… Sí… también, sí.
―Por eso, ¿y antes
cómo hacían? Cuando eran novios, me refiero, se juntaban y charlaban sobre cómo
iba a ser yo o a qué escuela iba a ir, ¿así?
―Nati, mi amor, cuando
papi y yo éramos novios hacíamos cosas que hacen los novios…
―… y hablaban de mí.
―No, pichona, salíamos
a pasear, íbamos al cine. Éramos estudiantes, con el dinero muy justo, entonces
éramos capaces de recorrer media ciudad, arreglando el mundo…
―(Natacha asiente con la cabeza y se señala a sí misma)…
―…muy románticos,
caminábamos mucho, tomados de la mano (mirada
perdida, emocionada por los recuerdos)…
―(Natacha asiente, se señala a sí misma)…
―… después
terminábamos en un bar en el que nos dejaban jugar a algún juego de mesa y nos quedábamos hasta tardísimo (mirada perdida). ¡Una vez hasta los
ayudamos a levantar las sillas porque cerraban! Jugábamos y hablábamos tanto…
―(Natacha asiente, se señala a sí misma)…
―Pero, ¿qué te pasa a
vos que estás dele señalarte?
―(Natacha asiente, se señala a sí misma) ¿De mí? ¿Hablaban de mí?
―No, Natacha, apenas
nos conocíamos; no hablábamos de hijos todavía.
―¡Yo no soy hablar de
hijos, mami! ¡Los niños somos personas, no seas!
―¡¿Y quién discute
eso?! Lo que quiero decirte es que éramos muy noviecitos y hablábamos de amor,
y…
―¡Ah! ¡¿Y yo qué soy?!
(labios temblando)
―¿Te digo qué sos en
este preciso momento? ¡Una hincha sos, Natacha!
―¡NOMEDIGASASÍSOSUNAMALA!
(ojos húmedos)
―Nati, mi amor, pero
cómo te vas a poner así porque con papi…
―(Ojos muy húmedos) Porque con papi se iban por ahí y me dejaban sola, (casi llanto). Bueno, no me dejaban
sola, porque yo no había nacido, pero es lo mismo (snif snif) porque nada más hablaban entre ustedes…
―Pero, Nati, vos
todavía no existías y…
―(Snif snif)… en cambio yo pienso un montón en ustedes o cuando
hablo con Pati le digo algo de vos y de papi (snif snif) y ella me cuenta de su mamá y charlamos. ¡Hasta con el
Rafles hablo de ustedes!
―Nati, ¿no estarás
exagerando?
―¡Buaaaaaaahhh! ¡No! (llanto llanto).
―A ver, Nati, cuando
uno recién se conoce con alguien no hablás de hijos en la primera charla. Los
hijos son fruto del amor, y ese amor es un amor inicial, no un amor maduro y
que busca continuarse en hijos. Los hijos son planes que…
―¡No somos planes!
―(Qué día, por favor) Quiero decir que los hijos son decisiones muy
sentidas, no para tomar con el primero que se cruza.
―¿Pero vos me
imaginabas así como soy?
―¿Ni bien conocí a
papi, preguntás?
―Cuando vos querías ser
mamá, ¿¡en quién pensabas?! ¿¡En Pati, o en mí!? Mirá si pensabas en Pati y te
nací yo.
―En Rafles, pensaba.
―¡Mami! No empieces.
―Es que mirá las
preguntas que hacés.
―Porque me preocupo por
ustedes si se aburrían sin mí.
―(Risa se aguanta sonrisa) Y, digamos que la vida era “un poquito” más
tranquila.
―Bueno, mami, yo no
podía hacer nada todavía… así de ayudarlos.
―No, claro… gracias,
Nati; pero tampoco es que vos tenés que ayud…
―Porque así será más
lío, pero también es más divertido.
―Claro, mi amor (abraza).
―Porque a lo mejor
pasan cosas que se rompe algo…
―¡…!
―… pero después uno se
acuerda y se ríe, porque no era tan importante…
―¡¡¡…!!!
―… como cuando no
estaba el Rafles, que era más aburrido todo. Así me refiero.
―Natacha, ¿qué pasó?
―¿De qué?
―Decime qué pasó.
―¿Dónde, mami?
―Qué se rompió (seria).
―¡Ay, nada, mami! ¡No
seas escandalosa!
―Natacha, decime qué
hizo Rafles.
―Si ya lo arreglé.
―¡Natacha!
―¡No seas nerviosa,
mami! Nada… jugó con una de las plantas y yo le había dicho que ahí no, pero él
a veces es un porfiado y jugó igual y la sacó un poquito.
―Cómo “un poquito”.
―Así, la separó un
poco.
―Cómo “la separó”.
―La cortó por la mitad…
pero en una parte nomás, y ya la arreglé.
―(Fastidio se agarra la cabeza)…
―Porque primero quise
pegarla, pero por más que la tuve la planta se demoraba un montón y no se pegaba,
entonces Pati me ayudó y aprovechamos que el Rafles por suerte ya había
escarbado en la misma maceta y volvimos a plantar las dos partes, ¡y ahora vas
a tener dos plantas de esa que te gusta mucho! ¿¡No está buenísimo, mami?!
―(Uno, dos, tres, cuatro…)
Luis María Pescetti
Y para todos los que disfrutan de compartir con mamá unos libros hermosos llenos de viajes y desafíos,
los invitamos a conocer la propuesta de VIAJERA
¡Hay muchas promos especiales para mamá! Libros originales y poéticos de todos los colores y para todos los gustos,
buscálos y pedílos en nuestra página:
www.viajeraeditorial.com.ar
Todos los sábados a las 18 h nos encontramos en Dain Usina Cultural (Nicaragua 4899, Palermo) para contar cuentos y salir de viaje por muchas más aventuras literarias! La actividad es libre y gratuita.
¡LOS ESPERAMOS!