La cosa es
amar la vida, amarla incluso
cuando no te da el estómago
y todo lo que sostuviste con cariño
se deshace como papel quemado en tus manos,
tu garganta llena de sedimento.
Cuando el dolor se sienta al lado tuyo, su calor tropical
espesando el aire, denso como el agua
más apto para las branquias que para los pulmones;
cuando el dolor te pesa como tu propia carne
solo que un poco más, una obesidad de dolor,
vos pensás ¿Cómo puede un cuerpo aguantar esto?
Entonces sostenés la vida como un rostro
entre tus palmas, una cara simple,
sin una sonrisa encantadora, sin ojos color violeta,
y decís, sí, te voy a elegir
te voy a amar, de nuevo.
Ellen Bass, Todos los platos del menú.
Traducción de Daniela Ema Aguinsky y Valentino Cappelloni