martes, 30 de abril de 2019

Una chica llamada Julia * Descubrir mundos


En el taller descubrir mundos surgen historias y todo tipo de aventuras.



Los sábados nos encontramos en la guarida literaria de Siempre de Viaje para jugar con las palabras. 

Te esperamos.








Taller de cuentos Descubrir mundos: experimentos literarios para grandes imaginadores.

Este taller, pensado para chicos y chicas de 6 a 12 años, tiene como objetivo que los participantes se descubran desde la potencia única de la imaginación. De manera colectiva y lúdica, la idea es explorar la creatividad personal a través de la palabra como un mapa de tesoros esperando. El ambiente que buscarán los encuentros es el de la exploración del inventor que encuentra la llave y junto a sus compañeros se anima a abrir la puerta, ver qué mundos hay detrás.

Este es un desafío para valientes con ganas de aventuras. 

¿Te animás?¡Te esperamos! 

Coordina Axel Levin.

Dirección general: Karina Macció.

lunes, 29 de abril de 2019

vacío * Gabriel Guadalupe






vacío
inerte 
               el cuerpo
                            abandonado
                        penetra el abismo
                                       busca       el          horizonte                   
en vano

el tiempo
                        veloz
                        irrefrenable
                        libre

                                 la mente 
                                              despierta
                                                             al placer
                                                                          prohibido

                                  lo acepta 
                                               descubre
                                                             el tormento 
                                                                                         inminente 
                                                                                                                   final.  






Gabriel Guadalupe, 2019.


Roslyn Julia

domingo, 28 de abril de 2019

Lectura Fuego! * 1/5/19


Fuego, colectiva editorial: 
lectura de poemas y canciones de Kostureras


Participan: 
Gabriela Aristegui
Juan P. Bagnarol
Gabriela Bejerman
Roxana Buttazzoni
Flor Codagnone
Eugenia Coiro
Thais Espaillat
Paola Ferrari
Alicia Frydman
Paz Garberoglio
Horacio Máez
Mailena Martínez Crovetto
Noelia Rivero
Mónica Rosenblum
Lorena Suez
Gustavo Yuste

Sala Pizarnik, pabellón Amarillo Miércoles 1 de mayo a las 20:00

jueves, 25 de abril de 2019

Vacía * Lorena Di Scala





Me gustaría 
por un momento 
al menos
tan solo un tiempo
experimentar la no existencia
no quiero estar
no quiero ser
quiero olvidarme vacía
arrojarme vencerme 
caerme en mí misma
espiralarme y reabsorberme
un big bang al revés
desaparecer de todos los planos

me gustaría
dejar de pensar 
por un rato por lo menos
sí 
quizás así lo logre
a ver si Descartes tuvo razón

si no pienso
                     tal vez 

imagino un agujero negro 
se abre y me adentro
ahí está
eso quiero
la desaparición total
descomposición de mis partículas
quiero ser un perfume en el viento
perder mi forma
mutar ajena
olvidar mis dimensiones
el 3D me cansó
ahora no quiero nada
silencio y oscuridad
p            a              z

quiero hundirme y no germinar
no volver a subir
quiero bajar
hasta el cúmulo
hasta el vacío
hasta que todo se dé vuelta
un mortal infinito
de cabeza al sol.



Lorena Di Scala, 2019.




Yorgos Yatromanolakis

martes, 23 de abril de 2019

Si me quieres * Paola Reina


Si me quieres

quiéreme así,

completa.


                              no me quieras por partes               
                                     
                                                     no   m e  q u i e r a s   a l g u n o s   d ì a s  



                                        no                                          
         
   me                              

                                          quieras            en

                                                                      f r a g m e n t o s


                        si me quieres, 
                                            quiéreme siempre 



no solo por las noches 

 quiéreme en la mañana 

con la voz grave 

de recién levantada

ojerosa 

y

despeinada 

quiéreme en los días del verano porteño 

con 40 grados de sensación térmica 


No me quieras de a ratos 

quiéreme negra

blanca 

rubia

albina

roja

verde 

azul

tampoco me quieras en fotos 

de redes sociales  

quiéreme aquí

en vivo

de carne y hueso   

quiéreme 

así


no me quieras.



Paola Reina, 2019.




domingo, 21 de abril de 2019

Qué simpática * Sofía Brunetto



Qué simpática
puedo ser
escondida detrás de las palabras 

juego 
a las palabras cómplices
las cuelgo
las tenso
las aflojo
las sostengo

tan elegante sorteo
sus baches
escribo puentes
una tras otra se desplazan 
por un hilo del que tiro
anudo
me enredo 
te enredo 
en la trama 

Qué ingeniosa
soy
cuando te escribo
pienso 
tejo y suelto
astucias
palabras 
palabras
cruzadas 
sostenidas
por el juego improvisado del que aparento 
salir airosa

qué espontánea
qué fresca
qué atractiva puedo ser
detrás de las palabras que 
te evocan 
te convocan
inútilmente
cuando lo menos
que quiero hacerte
es escritura




Sofía Brunetto, 2019.



Adams


jueves, 18 de abril de 2019

Tornaflorado * Ignacio Goldsmit




agua engalanada 
azul dulce miel 
sol en el gusto claro 
adornos florales 
en el viento 
ondular la gota que cae 
arabescos de oro rodear 
un lago de sal blanca 
vacija 
pez koi ya dragon ya pequeño oleaje 
bracea emerge 
chapuzón 
fuego líquido cielo 
rojizo, un color de helio globo 
abrirpétalos 
albor 
una lágrima risita 
esplendorosa desasida 
cae 
en el corazón de un nenúfar 
tocarpétalos 
dedos y suaves 
recorren 
la sonrisa mácula 
como pintada de un baldaso 
soltura surrealista 
escurro 
la nube deliciosa 
colorida 
una probadita rosado lavanda 
nenúfar colchón 
papilas abiertas 
pupilas cerradas 
lágrima risita nenúfar 
se mueve 
sobrenada 
flota acostada 
vaivén acuático 
la gota que lágrima que ondula 
abrirpétalos recibe me abraza 
ay, nenúfar con sabor a cielo atardecer 
arrebol 
peces ya flores ya dragones sobre 
el flujo 
metamorfosis 
indescriptible 
como una flor o florecer 
en sus ojos 
                   tocarpétalos 
su piel 
sobre el agua 
pasar las yemas 
de los dedos 
suaves 
tomo el nenúfar 
como lo haría la brisa del campo 
ese silbido casual 
corriente 
como lo haría sobre su pelo 
ya flor ya pez 

reluciente soleado grácil 
pez volador 
tira besos con las alas 
y me rozan 
en el aire 
y hundo ahí 
en el agua 
lento leve hundo 
ahí 
la cabeza 
no por saber 
no quiero saber nada 
quiero nadar 
adentrar 
en el frío húmedo y refrescar 
la oreja 
nenúfar profundo 
canto de ninfas 
en su boca el agua 
lejana luz tibia sobre la superficie 
escamas radiantes 
reflejan 
en el centro 
en su boca 
nenúfar ella 
flor dragón ya 
pez ondulando 
sombra delante del sol 
reflejo del cielo. 




Ignacio Goldsmit, 2019.


Monet

miércoles, 17 de abril de 2019

Encuentro Verde Poetas y Pintoras por el Derecho Al Aborto Legal * 21/4



Este domingo  a las 19 en el Bar de Kowalski vamos al Encuentro Verde Poetas y Pintoras por el Derecho Al Aborto Legal.

•Lecturas + proyecciones por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

•Lectura de la Antología Martes Verde (entre otros textos) a cargo de:
Bárbara Alí
Cecilia Carballo
Silvia Rodríguez Ares
Maricel Santin
Marcela Manuel
Ana Lema
Melisa Papillo
Rosa Rodriguez Cantero
Mónica Rosenblum
Liliana Velandia Calderón
Melina Alexia Varnavoglou
Carla Sagulo
Lucía Dorin
Gabriela Clara Pignataro

•Proyección de las obras de:
Lula Mari
Flo Giovanni
Josefina Vapelle
Ivana Roitberg
Belén Ramella
Chezz Zarola
Majo Caporaletti
Inés Isaurralde




martes, 16 de abril de 2019

El jardín de los diamantes * Gabriel Guadalupe




“¡Aaaay!”, gritó Ágape luego de sufrir el pisotón de una niña que corría en el jardín. Cada rincón del bosque la escuchó menos la nena que siguió jugando.
Koqui, un pájaro vecino, dejó sus trabajos de carpintería y llegó de inmediato. Roland, su amigo bicho bolita, rodó y rodó hasta los pies de la desconsolada planta.
Todos los años Ágape debía ser la primera en abrir sus pétalos. Ellos darían la señal para que el resto de las plantas también comenzaran a florecer. Entre llantos dijo: “Mañana empieza la primavera y lastimada no podré abrir mis flores”. Koqui y Roland se miraron compartiendo la preocupación. 
─¡Tac-tac, tac-tac! No se me ocurre nada. ¡Tac-tac, tac-tac! Algo tenemos que hacer─ pensó Koqui mientras golpeaba el pico sobre un tronco. Roland estiró su espalda y dijo: 
─Vu-le-vú, vu-le-vú─ y señalando el cielo recordó que tal vez Zumbha, su amigo el viento, podría ayudarlos. Él era conocido por llevar remedios mágicos entre sus manos. 
─ ¡Tac-tac, tac-tac! Muy buena idea. Por algo sos el cerebro del grupo.
Koqui voló sobre ríos y lagunas, subió a la cima de las montañas hasta que encontró a Zumbha que jugaba en un campo de girasoles. 
─¿Qué te trae por acá?─ preguntó el viento mientras le despeinaba las plumas. 
─Ágape está lastimada. ¡Tac-tac, tac-tac! Necesitamos que la cures. Debe florecer mañana mismo y dar inicio a la primavera. 
Zumbha quedó en silencio unos instantes y respondió:
─Haré lo posible para curar a Ágape. Esta noche la visitaré.
─Gracias amigo. ¡Tac-tac, tac- tac! Estaremos atentos a tu llegada.
El pájaro regresó con la noticia. Le contó a Roland que debían esperar al amanecer. “Vu-le-vú, vu-le-vú", le contestó esperanzado y le mostró unas ramas con las que armaron una casita para pasar la noche. Una vez dentro de ella descansaron sobre unas hojas secas que utilizaron de colchón. El cielo se había vaciado de estrellas.

Antes del amanecer, una lejana brisa sacudió las copas de los árboles. Luego se hizo más fuerte, llegó hasta los arbustos del jardín. El ruido los despertó. Se asomaron y quedaron mirando en silencio. El pasto era una alfombra movediza.
Desde el cielo miles de partículas doradas caían sobre Ágape. Las caricias del viento envolvían su tallo. En pocos minutos Zumbha había terminado su tarea.
Al llegar la mañana Ágape amaneció con una sensación extraña. Movió su hoja con mucho cuidado hacia arriba y abajo. No tenía aquel dolor intenso. Estaba curada y sus capullos despertaron de una sola vez.
Esa fue la señal para que las demás comenzaran a cubrir el jardín con sus flores. Rosas blancas y amarillas; claveles rojos y turquesas. Parecía un arco iris recostado en el pasto. De la emoción Koqui voló dando giros en el aire y Roland rió acostado patas arriba. Curiosas mariposas llegaron en grupos para jugar entre sus pétalos.
La sorpresa fue descubrir en cada hoja de Ágape pequeños diamantes que Zumbha había dejado de regalo. Algunos parecían estrellas, otros tenían forma de corazón. Esos cristales eran luces multicolores que se prendían y apagaban sin parar. Desde ese momento todos los habitantes del bosque quisieron conocerlo y lo llamaron el mágico Jardín de los diamantes.



Gabriel Guadalupe, 2019.

lunes, 15 de abril de 2019

La ventana abierta * Saki



-Mi tía bajará enseguida, señor Nuttel -dijo con mucho aplomo una señorita de quince años-; mientras tanto debe hacer lo posible por soportarme.

Framton Nuttel se esforzó por decir algo que halagara debidamente a la sobrina sin dejar de tomar debidamente en cuenta a la tía que estaba por llegar. Dudó más que nunca que esta serie de visitas formales a personas totalmente desconocidas fueran de alguna utilidad para la cura de reposo que se había propuesto.

-Sé lo que ocurrirá -le había dicho su hermana cuando se disponía a emigrar a este retiro rural-: te encerrarás no bien llegues y no hablarás con nadie y tus nervios estarán peor que nunca debido a la depresión. Por eso te daré cartas de presentación para todas las personas que conocí allá. Algunas, por lo que recuerdo, eran bastante simpáticas.

Framton se preguntó si la señora Sappleton, la dama a quien había entregado una de las cartas de presentación, podía ser clasificada entre las simpáticas.

-¿Conoce a muchas personas aquí? -preguntó la sobrina, cuando consideró que ya había habido entre ellos suficiente comunicación silenciosa.

-Casi nadie -dijo Framton-. Mi hermana estuvo aquí, en la rectoría, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para algunas personas del lugar.

Hizo esta última declaración en un tono que denotaba claramente un sentimiento de pesar.

-Entonces no sabe prácticamente nada acerca de mi tía -prosiguió la aplomada señorita.

-Sólo su nombre y su dirección -admitió el visitante. Se preguntaba si la señora Sappleton estaría casada o sería viuda. Algo indefinido en el ambiente sugería la presencia masculina.

-Su gran tragedia ocurrió hace tres años -dijo la niña-; es decir, después que se fue su hermana.

-¿Su tragedia? -preguntó Framton; en esta apacible campiña las tragedias parecían algo fuera de lugar.

-Usted se preguntará por qué dejamos esa ventana abierta de par en par en una tarde de octubre -dijo la sobrina señalando una gran ventana que daba al jardín.

-Hace bastante calor para esta época del año -dijo Framton- pero ¿qué relación tiene esa ventana con la tragedia?

-Por esa ventana, hace exactamente tres años, su marido y sus dos hermanos menores salieron a cazar por el día. Nunca regresaron. Al atravesar el páramo para llegar al terreno donde solían cazar quedaron atrapados en una ciénaga traicionera. Ocurrió durante ese verano terriblemente lluvioso, sabe, y los terrenos que antes eran firmes de pronto cedían sin que hubiera manera de preverlo. Nunca encontraron sus cuerpos. Eso fue lo peor de todo.

A esta altura del relato la voz de la niña perdió ese tono seguro y se volvió vacilantemente humana.

-Mi pobre tía sigue creyendo que volverán algún día, ellos y el pequeño spaniel que los acompañaba, y que entrarán por la ventana como solían hacerlo. Por tal razón la ventana queda abierta hasta que ya es de noche. Mi pobre y querida tía, cuántas veces me habrá contado cómo salieron, su marido con el impermeable blanco en el brazo, y Ronnie, su hermano menor, cantando como de costumbre “¿Bertie, por qué saltas?”, porque sabía que esa canción la irritaba especialmente. Sabe usted, a veces, en tardes tranquilas como las de hoy, tengo la sensación de que todos ellos volverán a entrar por la ventana…

La niña se estremeció. Fue un alivio para Framton cuando la tía irrumpió en el cuarto pidiendo mil disculpas por haberlo hecho esperar tanto.

-Espero que Vera haya sabido entretenerlo -dijo.

-Me ha contado cosas muy interesantes -respondió Framton.

-Espero que no le moleste la ventana abierta -dijo la señora Sappleton con animación-; mi marido y mis hermanos están cazando y volverán aquí directamente, y siempre suelen entrar por la ventana. No quiero pensar en el estado en que dejarán mis pobres alfombras después de haber andado cazando por la ciénaga. Tan típico de ustedes los hombres ¿no es verdad?

Siguió parloteando alegremente acerca de la caza y de que ya no abundan las aves, y acerca de las perspectivas que había de cazar patos en invierno. Para Framton, todo eso resultaba sencillamente horrible. Hizo un esfuerzo desesperado, pero sólo a medias exitoso, de desviar la conversación a un tema menos repulsivo; se daba cuenta de que su anfitriona no le otorgaba su entera atención, y su mirada se extraviaba constantemente en dirección a la ventana abierta y al jardín. Era por cierto una infortunada coincidencia venir de visita el día del trágico aniversario.

-Los médicos han estado de acuerdo en ordenarme completo reposo. Me han prohibido toda clase de agitación mental y de ejercicios físicos violentos -anunció Framton, que abrigaba la ilusión bastante difundida de suponer que personas totalmente desconocidas y relaciones casuales estaban ávidas de conocer los más íntimos detalles de nuestras dolencias y enfermedades, su causa y su remedio-. Con respecto a la dieta no se ponen de acuerdo.

-¿No? -dijo la señora Sappleton ahogando un bostezo a último momento. Súbitamente su expresión revelaba la atención más viva… pero no estaba dirigida a lo que Framton estaba diciendo.

-¡Por fin llegan! -exclamó-. Justo a tiempo para el té, y parece que se hubieran embarrado hasta los ojos, ¿no es verdad?

Framton se estremeció levemente y se volvió hacia la sobrina con una mirada que intentaba comunicar su compasiva comprensión. La niña tenía puesta la mirada en la ventana abierta y sus ojos brillaban de horror. Presa de un terror desconocido que helaba sus venas, Framton se volvió en su asiento y miró en la misma dirección.

En el oscuro crepúsculo tres figuras atravesaban el jardín y avanzaban hacia la ventana; cada una llevaba bajo el brazo una escopeta y una de ellas soportaba la carga adicional de un abrigo blanco puesto sobre los hombros. Los seguía un fatigado spaniel de color pardo. Silenciosamente se acercaron a la casa, y luego se oyó una voz joven y ronca que cantaba: “¿Dime, Bertie, por qué saltas?”

Framton agarró deprisa su bastón y su sombrero; la puerta de entrada, el sendero de grava y el portón, fueron etapas apenas percibidas de su intempestiva retirada. Un ciclista que iba por el camino tuvo que hacerse a un lado para evitar un choque inminente.

-Aquí estamos, querida -dijo el portador del impermeable blanco entrando por la ventana-: bastante embarrados, pero casi secos. ¿Quién era ese hombre que salió de golpe no bien aparecimos?

-Un hombre rarísimo, un tal señor Nuttel -dijo la señora Sappleton-; no hablaba de otra cosa que de sus enfermedades, y se fue disparado sin despedirse ni pedir disculpas al llegar ustedes. Cualquiera diría que había visto un fantasma.

-Supongo que ha sido a causa del spaniel -dijo tranquilamente la sobrina-; me contó que los perros le producen horror. Una vez lo persiguió una jauría de perros parias hasta un cementerio cerca del Ganges, y tuvo que pasar la noche en una tumba recién cavada, con esas bestias que gruñían y mostraban los colmillos y echaban espuma encima de él. Así cualquiera se vuelve pusilánime.

La fantasía sin previo aviso era su especialidad.



Saki.

viernes, 12 de abril de 2019

Sí * Fernando Capece




Sí.
Quiero hacerme mierda a toda velocidad.
Juntarme entre los escombros y volver a levantarme, tener esa inocencia de un niño, las heridas de un adulto, los secretos de un libro. 
Ocultar la verdad de saber que todo muere algún día, sumergirme en la magia, la fantasía, buscar ese antídoto que explore mis entrañas en esta jungla de leyes sin retorno.
Sí.




Fernando Capece, 2019.



jueves, 11 de abril de 2019

Se dice * Juanpi Ortigosa



“Palabras reflejas que solas se dicen
en poemas que no fluyen yo naufrago
todo en mí se dice con su sombra
y cada sombra con su doble”
Alejandra Pizarnik



Todo en mí se dice con su doble
palabras 
poemas
no fluyen

Y cada
con su doble
y cada
con su sombra

Todo en mí se dice con su doble
en mí
en palabras
en poemas
en mí
náufrago

No fluyen
solas
no dicen
solas
todo en mí
se dice con su sombra




Juanpi Ortigosa, 2019.
Escritura a partir de un poema de Alejandra Pizarnik. 


Edward Hopper

martes, 9 de abril de 2019

Axel Levin en el Gym Pop-up * 14/4




Próximo El Gym Pop-up Poético en MORÁN


Leen Alexandra Jamieson, Moira Morgulis, Martín Kolodny, Sofía Arriola, Guillermo Parodi, Axel Levin, Clarisa Balcarce, Gabriela Hochman, Nicolás Blum y Abril Sanguinetti



Invitadxs especiales: Javier Roldán + Josefina Salazar

14 de abril 
18H 
Pedro Morán 2147, Agronomía





Máscaras de aire


Acaricio el fondo
del aire.

Me enredo
minuciosamente
en lo invisible.

Telaraña
de mí
aire detrás
del aire

respiro la encrucijada de los nombres


–¿Será una máscara
ese nombre-araña
que sin parar de llamarme
me recorre hambrienta?–
preguntan
muchos tatuajes
de muchas pieles
al mismo tiempo.




Axel Levin, Palabras que nos nombran.


domingo, 7 de abril de 2019

Que sea otra * Lorena Di Scala



Pss, che, vení
te voy a contar un secreto
hay alguien más acá
sí, acá adentro
mirá que hay poco espacio
pero la escucho
no me platiques más 
su voz
resuena en todo
incluso en el silencio más llano
su voz irrumpe
déjame imaginar
despierta los sentidos como el viento al bosque
estoy cursi, lo sé
mucho Luismi
pero ella
la misma de ayer
ella está acá
la incondicional
escuchando lo que decimos
siento la absorción del aire
por parte de su boca
un remolino atraído por un agujero negro
siento la vibración de las cuerdas
se prepara para interrumpirnos
será que no me amas
ahí está
me distrajo
habló de la ropa que tenemos para lavar
esta gente insoportable
no dejan tener un pensamiento a la vez
mirala
ahora se puso a leer
me está robando el protagonismo
quiere desplazarme
serrucharme el piso
no se puede creer
vienen a robarle el puesto a una
usted es la culpable
¿adónde voy a ir a parar?
no sé
quizás me convenga hablarle
repartirnos el encéfalo
yo el izquierdo ella el derecho
así nadie se queja
yo muevo el brazo derecho
ella el izquierdo
y todos contentos
ahora
que ni se le ocurra meterse cuando leo
esa parte sí me la reservo
Lorena ya se acostumbró a escucharme
antes de dormir
no se lo podemos cambiar ahora
y ni hablar para estudiar, escribir
se volvería loca pobrecita
¿te imaginás escuchar una voz toda tu vida
y de repente
que sea otra?




Lorena Di Scala, 2019.