lunes, 31 de enero de 2022

Ventana a la escritura 445: poetas

He escrito más versos que verdad.

He escrito principalmente

porque otros escribieron.

Si jamás hubiera habido poetas en el mundo

¿sería yo capaz de ser el primero?

¡Jamás! 

Sería un individuo perfectamente consentidor,

tendría casa propia y moral.

¡Señora Gertrudis, 

no ha limpiado bien el cuarto:

quíteme de en medio esas ideas!


Fernando Pessoa, Libro de versos de Álvaro de Campos.


Propuesta de escritura para hoy:


─Si no hubiera existido ningún poeta, ¿qué pasaría?¿cómo sería ese mundo para vos?

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 El libro recomendado de hoy es Libro de versos de Álvaro de Campos de #FernandoPessoa


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domingo, 30 de enero de 2022

Ventana a la escritura 444: oxígeno

 

camino el desierto

dentro del traje

la reserva de oxígeno es solo un sonido

que puede apagarse

desconectar

como este dorado en los ojos

todo va a desaparecer

una vez que anochezca

en horas

en días

años


incluso este cansancio

ardiendo en el cuerpo

la vida



Eugenia Coiro, Espacio interior.



Propuesta de escritura para hoy:


─¿Cómo te imaginás dando una caminata con un traje espacial?

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 El libro recomendado de hoy es Espacio interior de #EugeniaCoiro

Editado por @treninstantaneo

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sábado, 29 de enero de 2022

Ventana a la escritura 443: riesgo

A riesgo de pasar noches en vela.

A riesgo de dejarse llevar por una nada que nos atravesó de una forma fulgurante y previamente desconocida, y escribir a un(a) casi extraño(a) una carta de amor.

A riesgo de hacer el amor sin cesar.

A riesgo de rezar sin pedir el auxilio de ningún Dios, o incluso pidiéndolo.

A riesgo de contraer una amistad oculta, loca, perdida, infinita. Peor que un amor.

A riesgo de aburrirse y de amar este aburrimiento sin remedio.

(...)



Fragmento.

Anne Dufourmantelle, Elogio del riesgo.





Propuesta de escritura para hoy:


─Continúa la enumeración o escribí una historia en la que algún personaje tome uno de estos riesgos.

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 El libro recomendado de hoy es Elogio del riesgo de #AnneDufourmantelle

Editado por @nocturna.editora

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viernes, 28 de enero de 2022

Ventana a la escritura 442: cantar toda la noche

 

La noche...

Las muchachas...

...cantar toda la noche...

Cantaría sobre tu amor y el de la novia

de cinturón violeta.


Pero cuando te despiertes, vete con los jóvenes,

de modo que veamos menos sueño

que el ave de voz clara.



Safo.


Propuesta de escritura para hoy:



─Incluí en un texto el verso "cantar toda la noche".

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#Safo
Traducción de Claudia Suberbordes

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jueves, 27 de enero de 2022

Ventana a la escritura 441: Lost

En The Lost Daughter se ve esa nueva manera de percibir y cuestionar la maternidad, que viene apareciendo en distintas narradoras, pienso en las argentinas contemporáneas que son las que más conozco, como Ariana Harwicz, Mariana Enríquez, Samanta Schewbling, Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara. 

Sin embargo, el estereotipo está, "soy una madre antinatural", dice Leda. Pero vemos cómo esa "antinaturalidad" se repite en Nina, que es como una suerte de duplicación de su yo del pasado. El seguir los impulsos y los deseos propios, la indiferencia y hasta el odio hacia lxs hijxs, no son sentimientos que se hayan relacionado históricamente con la idea de maternar, pero hace rato que se vienen poniendo arriba del tapete.
Más allá del gusto o la idiosincrasia personal, creo que es un obra de arte, bella, intensa y profunda. Donde los vínculos que mueven a las personajes son ellas mismas y su relación con otras mujeres.
Con la única película que se me ocurre compararla es con La piscine (1969), aunque no tiene mucho que ver, pero hay algo en el ritmo, la tensión, esa sensación de que está por pasar algo aunque todo se vea tan hermoso. 
También siento que hay algo de The Father en esa confusión del recuerdo que no entendés bien hasta avanzada la película y de I'm Thinking of Ending Things, no solo por la repetición de actrices, sino también por esos planos tan bellos, ese ánimo porque el ojo y la contemplación sean más importantes que la misma historia, esa preocupación porque el espectador haga su trabajo y aporte su propia lectura.

¿Te animás vos también a verla y contarnos qué te pareció?



Virginia Janza.


Propuesta de escritura para hoy:


¡Ojo, alerta spoiler!  
Propuestas de escritura: 
-Imaginá un personaje que tenga la ambigüedad de Leda, de heroína y villana a la vez.
-Escribí un relato en el que un objeto (una naranja, por ejemplo) simbolice a la vez la vida y la muerte, la culpa y ese soltarla, aceptando y entregándose al deseo propio.
-Contá cómo te imaginás que podrían ser los últimos diez días de un personaje (puede ser el mismo que creaste para la anterior).

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miércoles, 26 de enero de 2022

Ventana a la escritura 440: un plan clásico

La llamé, la llamé yo antes de salir del trabajo, la llamé porque es mi amiga, mi mejor amiga, y porque la quiero. Seguía llorando, hipando, sorbiéndose los mocos, y la consolé, le dije lo que quería escuchar, que desde luego el presidente del tribunal era un cabrón, que no había derecho a que le hubieran cambiado la fecha del examen, y que estaba segura de que esta vez aprobaría, aunque no era verdad. También yo me sentía sola aquella tarde, y no quería seguir así, no quería correr el riesgo de acabar llamándolo a Pablo, porque alguna vez desconectaría el contestador y la excusa estaba fresca todavía. Por eso, al final, propuse un plan clásico.


Almudena Grandes, Las edades de Lulú.


Propuesta de escritura para hoy:


-Escribí dos planes posibles que continúen el relato.

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El libro recomendado de hoy es Las edades de Lulú, de #AlmudenaGrandes

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martes, 25 de enero de 2022

Rotación mental * Carolina Ojcius

 Rotación mental


Juan estaba estudiando cuando sonó la alarma a las doce de la noche, el único horario disponible en toda la residencia estudiantil para lavar la ropa.

Aquel imponente edificio era un antiguo hospital refaccionado, de siete pisos, ocupaba toda una manzana, de color blanco, con ventanas grises.

La habitación de él era la ciento veintidós en el primer piso. Contaba con todas las comodidades para un estudiante: un pequeño baño, un escritorio de pino con su silla haciendo juego, una mesada de granito con bacha y anafe.

Si él hubiera querido abaratar los costos del alquiler, podría haberla compartido, pero no le gustaba que la gente tocara sus cosas. Además era muy meticuloso con sus horarios de estudio y descanso. 

Tenía planeado recibirse de ingeniero mecánico en cinco años como le había prometido a sus padres y pretendía cumplir dicha promesa sin perder el tiempo en banalidades.

Antes de salir de la habitación, sacó de la ducha un fuentón con su ropa sucia, el paquete de jabón en polvo y las llaves.

Como siempre, cuando recorría el pasillo de su piso, se cruzaba con otros estudiantes, hablando en voz alta, fumando y escuchando música a todo volumen. 

Dos chicas estaban conversando.

-¿Che no viste al negro?

-No ¿Por?

-Es que no viene a comer hace tres días.

-Bueno no te preocupes, a él le gusta andar por ahí, además si quiere sabe cómo volver.

Juan llamó al ascensor, luego de varios minutos cuando por fin llegó, abrió las rejas como un acordeón y marcó el séptimo piso. Los engranajes sonaron primero, luego un ruido estridente como el de una máquina cortando madera, hasta que comenzó a moverse. Parecía que el artefacto se quejaba del malestar de los años, así como un viejo adolorido se queja al arrastrar su andador con dificultad.

Aquella especie de Jaula de Faraday tenía los números del tablero desgastados por el uso, sólo se podía encontrar el piso indicado por intuición. El techo tenía una luz blanca muy tenue que titilaba y estaba repleta de bichos muertos. 

Las paredes estaban vandalizadas por los mismos estudiantes con mensajes y dibujos obscenos, en una de éstas había un pequeño mapa de las instalaciones, donde se podían ver las salidas de emergencia, también se indicaba que el sexto piso estaba clausurado por remodelaciones. Los estudiantes tenían terminantemente prohibido el acceso a dicho lugar.

A medida que Juan se acercaba al quinto piso, el sonido de las personas era casi imperceptible, mientras que el de las máquinas comenzaba a sonar con fuerza. Motores y bombas de agua sonando rítmicamente como un enorme corazón bombeando sangre.

Luego él se percató que en el suelo había un cartel “Atención, ascensor en revisión por las próximas veinticuatro horas, por favor utilice las escaleras. Atte la administración”. 

En ese preciso instante el aparatoso transporte chilló. Se detuvo en seco en el sexto piso, la luz blanca se apagó, en su lugar se encendió una pequeña luz roja de emergencia.

Ese pasillo era completamente distinto al del primero, era el único que aún conservaba el aspecto de un hospital abandonado. Estaba totalmente oscuro de no ser por la luz roja del ascensor, además el aire era pesado y asfixiante.

El techo estaba roto, desgarrado con fierros colgando, las paredes descascaradas, enmohecidas, con profundas líneas de humedad como extensas lágrimas negras. 

A lo largo de este se podía encontrar mucha basura de hospital: camillas, sillas de rueda, jeringas, batas de médicos, frascos de pastillas y documentos de pacientes olvidados desparramados por el suelo.

Él marcó nuevamente el número del piso al que quería ir pero el aparato no hizo nada, decidió entonces intentar abrir las rejas pero estaban trabadas. Activó algo rojo que identificó como la alarma de emergencia y entonces una chicharra comenzó a sonar como un grito agudo agonizante retumbando en todas las paredes del lugar.

En la lejanía del pasillo, donde todo estaba completamente oscuro, se escuchó un pequeño objeto metálico caer al suelo.

Él se quedó inmóvil e intentó encontrar la fuente de aquel sonido, pero no podía ver ni escuchar nada. Unas gotas de sudor le cubrieron la frente.

Presionó esta vez el número siete varias veces con impaciencia. El ascensor hizo un chirrido, se tambaleó en un vaivén de arriba a abajo y unos engranajes al girar sonaron como una risita. 

Fue entonces cuando se dio cuenta de que una silla de ruedas ya no estaba en el mismo sitio. Sintió que su corazón latía con taquicardia.

Golpeó desesperado todos los botones juntos y en ese momento un frasco estalló contra el suelo a unos pocos metros de distancia.

-¡Por el amor de Dios, movete de una vez! -Gritó angustiado. Y sólo luego de exclamar aquella súplica la jaula decidió liberarlo. Apagó la alarma, encendió la luz blanca y destrabó las rejas. 

Juan descubrió entonces, que frente a él, detrás de las rejas, había un gato sentado mirándolo fijamente.

-¡Ah eras vos mequetrefe! ¡Casi me matás de un susto! ¿Qué haces acá Negro? Vení -Le dijo al gato y lo metió al ascensor.

Mientras lo acariciaba y se reía de su miedo irracional, al retornar su viaje, un momento antes de abandonar completamente el sexto piso, vio como una camilla se estrellaba con furia contra una pared.


Fin.


Carolina Ojcius, 2021.



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lunes, 24 de enero de 2022

Ventana a la escritura 439: alimento para gatos

 


Un niño alto, flaco y cabezón, con inmensos ojos negros y húmedos, comiendo o más bien devorando un puñado de alimento para gatos: esa fue la primera imagen que Gonzalo tuvo de Vicente. El niño bajó la escalera con coquetos pasos tentativos y el pretendiente lo saludó con esa alegría exagerada y penosa característica de quienes no están acostumbrados a tratar con niños. Vicente no le contestó, pero lo miro con picardía y se acercó para ofrecerle, ceremoniosamente, un poco de su comida, que Gonzalo no sabía que era para gatos: se echó en la boca, por pura cortesía, el aparente puñado de galletas o cereales, y casi vomitó ahí mismo. El niño articuló una sofisticada sonrisa de bromista consumado.



Alejandro Zambra, Poeta chileno.


Propuesta de escritura para hoy:


─Narrar un encuentro con un niño desconocido.

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 El libro recomendado de hoy es Poeta chileno de #AlejandroZabra

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domingo, 23 de enero de 2022

Ventana a la escritura 438: el reclamo de las aves

 


Mañana de primavera


Durmiendo en primavera

no se advierte el alba

Hasta que por doquier resuena

el reclamo de las aves.

Pero anoche oí el estruendo

del viento y la lluvia

Y me pregunté: ¿cuántos capullos

se habrán dañado?



Meng Hao-Jan.


Propuesta de escritura para hoy:


─Escribir un texto que incluya preguntas que surgen solo en la noche.

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 El libro recomendado de hoy es Poetas chinos de la dinastía T´ang 

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sábado, 22 de enero de 2022

Ventana a la escritura 437: escritura sin lápiz

Otra ruta 

otros pozos

el auto se lleva pegados

los bichos de la noche

por la ventanilla crece el sol

hay una luz indecible

a esta hora

unas sombras que no dan

saco mi pantalla y anoto

la escritura sin lápiz

flota.


Liliana Campazzo, A boca de pájaro



Propuesta de escritura para hoy:


─Escribí un texto que incluya un amanecer en movimiento.

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 El libro recomendado de hoy es A boca de pájaro de #LilianaCampazzo

Editado por @velaalvientopatagonia

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viernes, 21 de enero de 2022

Ventana a la escritura 436: último semáforo

 


En el último semáforo antes de llegar a casa, una mujer de unos cincuenta años se abalanzó sobre el auto para limpiar el vidrio delantero. Gonzalo buscó resignado unas monedas mientras la mujer procedía con una destreza mecánica y frenética que también tenía algo de solemne. Como hacía siempre en esos casos, Gonzalo le pasó las monedas a Vicente para que fuera el niño quien entregara la propina.

-No va a alcanzar -dijo Vicente, súbitamente interesado, pero la mujer alcanzó, claro, era su trabajo: terminó un segundo antes de que dieran la luz verde, y el niño extendió la mano para darle la propina. Ella lo miró con extrañeza, ofendida, no aceptó las monedas: sus enormes ojos comunicaban un profundo desconcierto.


Alejandro Zambra, Poeta chileno.


Propuesta de escritura para hoy:



─Narrar una situación ocurrida en la calle aparentemente inexplicable.

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Hoy te recomendamos Poeta chileno de #AlejandroZambra


#ventanaalaescritura

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miércoles, 19 de enero de 2022

Ana Marín en Minuto Rebusque

 


Un rebusque para ver la mañana 

brillando de aguaribays desmayados 

en pimienta rosa 

que cargue de promesas de aguacero a mis huesos sedientos 


Un rebusque que ancle los azhares

deje partir el barco negro detrás de una luz helada

desangre infinitas melodías

y entrone 

tu sonrisa 


un rebusque ángel

que te cante susurros al oído, nena

en desfile infinito de una vos y otra yo

un rebusque que te traiga el amor al cuerpo


un rebusque de pelo de hiedra arqueado en el lomo de un cerro motoso

un rebusque de diente de león carnívoro centelleante

que te envuelva los pies en hojas de (madre)selva

te deshilache y te entrevere en ampelopsis vertical

un rebusque como chillido como látigo como pampa


un rebusque como sombra 


un rebusque grito

mantra



un rebusque que me nombre


de nuevo.



Ana Marín, 2021.

#MinutoRebusque

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La casa * Carolina Ojcius

 

La casa


Había pasado casi veinte años desde la última vez que Ernesto había ido a visitar el pueblo y casi veinticinco a la casa.

Después del funeral de sus padres, no le quedaban razones para volver.

Era un simple pueblito en la región pampeana, de no más de cuatro por cuatro cuadras, donde apenas vivían un puñado de personas, dónde el más joven tenía cincuenta años.

Mientras recorría con el auto las pocas cuadras del pueblo, las personas se acercaban a la ventanilla y lo saludaban con un beso. 

Es que en los pueblos pequeños, todos se conocen como si fueran parientes.

Además el tiempo pasa más lento y para muchos realmente parecía que era ayer cuando Ernesto se había ido.

-¡Ernesto! ¿Cuando volviste? ¿Cómo andás querido?

-Ernesto por fin volviste ¿Viniste a ver cómo andan las cosas?

-Ernesto cuando quieras venite a comer unas torta fritas.

-Ernesto si te quedas hasta la noche, pasate por el club que va haber un partido de truco y también un asadito.

Él tuvo que detener el auto y bajarse para conversar con todos.

Comió las tortas fritas de Doña Emilce, se tomó unos mates con Don Joaquín, quién no dejó que se fuera sin que se llevara de regalo un chorizo casero, después, le prometió a Don Domingo que iba a ir al club esa noche para jugar al truco.

Sólo luego de pasar un tiempo con cada conocido, pudo retornar su viaje.

Recordaba el camino pero el paso de los años había alterado el paisaje, la mayoría de los atajos estaban totalmente cubiertos por pastizales.

Pudo oler el campo, ese olor a heno, a tierra seca y a bosta. 

El ruido de las moscas, las abejas, las chicharras, el viento soplando con fuerza por un momento. 

Unas vacas rumiando pasto al costado del camino observaban cómo el auto avanzaba con dificultad por el irregular terreno.

Por fin, pudo divisar la tranquera de la entrada a lo lejos, el guardaganado estaba bastante inclinado, así que lo tuvo que acomodar antes de pasar con el auto.

Estacionó debajo de un algarrobo, salió y miró en dirección a la casa de su infancia, pero se quedó impactado por la escena.

La casa, blanca, de ventanas verdes, con una hermosa huerta al costado, con árboles de eucalipto rodeándola, con una pequeña laguna, había desaparecido.

La laguna ahora de dimensiones extraordinarias, se había tragado la casa. Lo único que se veía en la superficie era la punta de la chimenea y las copas de los árboles completamente secas.

Se le hizo un nudo en la garganta.

Había planeado regresar una última vez, sólo por una razón: estaba decidido a vender el terreno y olvidarse de todo.

Para él la muerte de sus padres había sido un golpe muy duro.

Un día domingo lo habían invitado a almorzar tallarines caseros, pero él no quiso ir, como excusa dijo que estaba de guardia en la fábrica y nadie podía cubrirlo.

Ese mismo domingo su padre murió de un paro cardíaco.

Su madre murió al poco tiempo de tristeza.


Ernesto caminó hasta la orilla de la laguna, se podían ver enormes bagres nadando en el medio y varias plantas acuáticas. 

Pero lo que realmente le llamó la atención fue que la casa, a pesar de estar completamente hundida en la laguna, parecía conservarse intacta.

Seguramente se lo estaba imaginando ¿Cómo era posible que se conservará en tan buenas condiciones después de estar abandonada por tantos años?

Decidió entrar en la laguna para verla de cerca.

Se sacó la camisa, los zapatos, se arremangó los pantalones hasta las rodillas, comenzó a caminar hasta el centro de la laguna, hasta que el agua le llegó al cuello, entonces respiró hondo y se sumergió por completo.

Abrió los ojos debajo del agua y vio lo que le había parecido en un principio.

La casa estaba impecable como cuando sus padres estaban vivos y la cuidaban.

Nadó hasta la entrada y cuando estaba girando la perilla para abrir la puerta, ésta se abrió.

Dentro de la casa estaba su padre, bien vestido, afeitado y feliz.

-Hijo, al fin viniste a visitarnos, te estábamos esperando para almorzar.

-¿Papá sos vos? ¿Estoy soñando?

-Y medio despistado sos pero no estás soñando.

-Papá lo siento tanto… -Dijo él y lo abrazó con fuerza.

-Hijo pareciera que me extrañaste mucho. Tu madre está terminando de amasar los tallarines andá a saludarla que se va a poner contenta.

-Pero papá vos y mamá…

-¿Ernesto sos vos? -La voz de su madre sonó con entusiasmo desde la cocina.

Él nadó hasta allí y la vio. Tenía las manos llenas de harina y la mesa repleta de tallarines.

-¡Hijo mío al fin viniste a almorzar! -Le dijo y le dio dos besos en los cachetes para saludarlo.

-Mamá te extrañe tanto -Le dijo abrazándola con fuerza.

De repente, Tony, el perro de sus padres apareció en la cocina jugando con un bagre.

Tony era un Border Collie que había muerto por jugar con una yarará.

-¡Tony, fuera de la cocina! ¡Panchito soltá esos tallarines!- Le dijo al bagre mientras lo espantaba con un repasador.

-¿Panchito?

-Son de terror esos dos, siempre quieren comer.

-¿Y cuánto falta para la comida? -Dijo su papá mientras se acercaba a la olla del tuco para mojar un pedazo de pan.

-Ya los cocino, si quieren pongan la mesa.

Ambos pusieron la mesa en el comedor y se sentaron a conversar.

-¿Papá sos feliz?

-¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Claro que soy feliz! tengo una maravillosa familia y no me falta nada.

-¿Pero no hay ningún sueño que no hayas cumplido?

-Bueno… ahora que lo decis… quisiera tener un nieto.

-Pero papá...

-Es verdad, hijo, sólo me falta ser abuelo y entonces mi vida estará completa.

Le quiero enseñar a vivir en el campo, cuidar la huerta, cuidar las gallinas, ordeñar las vacas, pero sobre todo enseñarle a pescar. A vos nunca te interesó la vida rural ni la pesca.

-Cambié de opinión papá ¿Me enseñás a pescar?

Su padre se levantó de la silla y sacó una pequeña caja roja de un mueble.

-Mirá esta es la caja de pesca que me regaló tu abuelo, ahora es tuya, tenés cinco tipos de anzuelos, plomadas, líneas para mojarritas, unas tablitas de telgopor. la lata de carnada, estas líneas te sirven para los bagres, ahora, para pescar bagres el secreto está en...

-¡Ya están listas las pastas!

Su mamá apareció en el comedor con una enorme bandeja de fideos y salsa bolognesa.

Comieron hasta quedar muy llenos y después de almorzar hicieron la sobremesa.

Tony y Panchito aparecieron en el comedor para pedir las sobras y la mamá de Ernesto salió al patio para alimentarlos.

-Papá...yo...

-Hijo estamos preocupados por vos, últimamente te vimos muy triste. Por eso te invitamos a almorzar, queremos verte feliz.

-Papá ahora soy feliz, no me quiero ir, me quiero quedar acá con vos y mamá.

-Tenés que volver para formar tu familia, acordate de mi nieto y lo que hablamos.

Su madre entró en el comedor emocionada y lo abrazó.

-Hijo, te amamos y estamos orgullosos de vos. Ya nos veremos en otra ocasión.

-Mamá, papá, los quiero mucho.

Los tres se abrazaron, él cerró los ojos y respiró.

Cuando los abrió estaba recostado a la orilla de la laguna todo mojado, le dolían los pulmones y sentía que había tragado agua.

Miró dentro de la laguna en dirección a la casa, pero ya no era la misma que antes, estaba destruida y llena de moho.

Unas lágrimas le cubrieron los ojos.

Cuando ya era el crepúsculo, se vistió y volvió al pueblo.

Pasó por el club, como había prometido, jugó al truco, comió asado y disfrutó cada momento. Cuando se estaba despidiendo de todos, Don Domingo lo detuvo.

-Ernesto casi me olvido, esto es de parte de tu padre, para vos -Dijo mientras le entregaba una caja de pesca roja.

-Ernesto ¿Cuándo vas a volver? -Preguntó Don Joaquín.

-El próximo fin de semana -Dijo sonriendo.


Fin.


Carolina Ojcius, 2021.


Artista: #NicolettaCeccoli




martes, 18 de enero de 2022

Ventana a la escritura 435: desmesura compactada

Así


Que sea pura desmesura compactada.

Armada la cabeza al ras del piso.

Macizo, la piel gruesa, un poco cosa:

una forma monstruosa de belleza.


Mucho, inquietante, gris blindado.

Potente, amontonado hacia delante.

Monte indolente. Así: rinoceronte.



Alejandro Crotto, Chesterton.



Propuesta de escritura para hoy:


-¿En qué cosas te hace pensar una "belleza monstruosa"?

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El libro recomendado de hoy es Chesterton, de #AlejandroCrotto

#ventanaalaescritura

Artista: #NicolettaCeccoli



lunes, 17 de enero de 2022

Mariel en Minuto Rebusque

 


En penumbra

por los pasillos 

camino en pijama, perdida

salgo al patio busco

los verdes del árbol y me recuesto

en el pasto las raíces se funden

con mis venas 

sangre verde recorre

cada pulgada de mi cuerpo

dedos

salen flores

violetas se enredan en mi pelo

ojos

intento mover

las piernas-tronco que hacen 

maceta en la tierra

amarronada y verdosa

la voz dice Sos un jacarandá

pienso ¿Quién soy?




Mariel Fini, para Minuto Rebusque.


Artista: #NicolettaCeccoli