viernes, 30 de abril de 2021

Gaia en Ventana a la escritura

 


engullida por el desierto

busco el oráculo

lechuza de los arenales

aleteo de infinitas páginas

en el que la historia no transcurre

un bucólico pasado

camina con las aguas de lluvia

y yo extraño la emoción del amor

cuando los aires calientan y el sol me seca

subo a las cumbres de médanos gigantes

piso la hostilidad de la vida

silencioso baile mi cuerpo herido

en un zoom que se aleja y se acerca

veo sin perder ni una gota de agua

una isla verde del mar de dunas

tambores de romance repican

misteriosa sensualidad

discretas serpientes serpentean

en albaricoques, higueras y huarangos

mientras bajo la alargada sombra de las datileras

gacelas dorcas

descansan pero no beben


Huacachina

llora en la muerte a su amado

en tus lágrimas color esmeralda me aventuro

ilusión de mi yermo

vacío de amor



Gaia Orbe, 2021.

@nosotrosgaia

#ventanaalaescritura




jueves, 29 de abril de 2021

por vez primera * Majo Medei

por vez primera 

ahora

me despreocupo

por blindar la habitación

cuando va llegando la noche

para dormir con la certeza

de que no se filtrarán intrusos


por primera vez

cuando se delinean las sombras

abandono todo empeño 

en dejar de tomar agua

para evitar despertar en la madrugada

y con el chorro de pis en eco

verla viscosa 

pasando entre mis pies


ahora

me voy permitiendo

un mano a mano con la cucaracha 

miedo de infancia persistente

y aunque es imperativo 

desbaratarlo

el temor me recuerda

aquello que olvidé con los años:


no todos los mundos sutiles 

son bellos

también hay pequeñeces

solo desplegar las alas

siembran el terror



Majo Medei, 2021.


Dave Jordano


miércoles, 28 de abril de 2021

Marcela en Ventana a la escritura

 


Venía
vibraba
el ruido interminable de un taladro sobre el cemento
el oleaje del ruido interminable de una bocina sobre el ruido del taladro en el cemento
el ruido del sonido
el sonido de la bronca entre el taladro
en el cemento
mucho humo
el sonido que taladra la bronca
más bocinas
voces
sirenas
metales
plásticos
lenguajes
el incesante ruido de cualquier cosa que pueda sonar
voces taladros bocinas broncas
bate el parche la temperatura
sube sube sube
las piernas agotadas
acelerador
freno
acelerador
balizas
bocina de alguien y más bocinas
ventanas bajas
brazos al aire
intuyo un sonido musical entre el ruido del taladro las bocinas las broncas
una melodía flotante sobre la traviata descontrolada de una ciudad en constante reparación
el hartazgo del calor de la demora la espera la detención infinita
una ruta incierta
un horizonte maltrecho
la ciudad los ruidos los escombros la bola de cemento derrumbado penetrando en la nariz
el aire espesado
un tiempo que muda en letanía
los cables cortados
los nervios de punta

El pelo despeinado la frente empapada

El aroma espeso del cemento pulverizado
los motores encendidos
la transpiración que palpita acorde la intensidad de la hora
la tarde implosionada
un grito
más bocinas
las veredas sin baldosas
las huellas en el aire
alergía
rispidez
demoras


La ciudad estalla en una locura ruidosa
sin pájaros en el atardecer
ni leves susurros como espuma
La ciudad rocosa
grietas y ruidos
la ciudad casi destruida
y yo detenida demorada agotada
sin llegar
sin llegar
a ningún lado.




Marcela Manuel
, 2021.


Bego Anton




martes, 27 de abril de 2021

Clases de piano * Rita Corigliano

 


Clases de piano



yo caminaba

contando las baldosas

con el presagio del error

entre las teclas

 

la culpa

de escapar a las horas de repaso

 

un jazmín del Paraguay

anticipaba

la clase inminente

perfume blanco y violeta

entre mis dedos niños



Rita CoriglianoCartografía íntima.






William Bohlman


lunes, 26 de abril de 2021

Marta en Ventana a la escritura

 


Paseo furtivo por un lugar que fue


Barrio de la infancia. Están las casas de siempre, otras nuevas, algunas modificadas. Ya no está doña María detrás de la ventana mirando quien llega, a qué hora o quién es el galán de turno, nada se escapaba al ojo avizor, salvo lo que pasaba en su casa.

No esta Chicha, la modista de la esquina. Una italiana agradable, redonda, sonriente, relajada. Sentada en el patio le daba la teta a su varón más chico, mientras la casa se caía de mugre. Ella trabajaba sin descanso en la costura, su adorado Orlando se tomaba la vida con calma. 

La casa de Armando ya no existe. Era un dos ambientes como le dirían hoy, construido al fondo del lote, con una huerta surtida al frente. Otro italiano, callado, soltero, serio. A su modo mostraba cariño, puede que pena, por su vecinita a la que le traía chocolates Bonafide. Procuraba endulzarle la vida que tenía con un padre español ausente y una madre violenta.

Siguen estando las casas de los Canarios Vidala y Venancio, igual que la de los italianos del norte que vivían enfrente de ellos. La de María Luisa la curandera ya no existe, hoy es un complejo de dúplex. 

El barrio no es el mismo, tampoco los vecinos. Algunos somos más felices.  Puede que andar en bici todo el día, jugar a la mancha en la calle de tierra o a la escondida en el monte, como le decíamos a los baldíos de la esquina, haya marcado el deseo para vivir libremente buscando el mejor camino para llegar a nuestros sueños.


Marta Lojo, 2021.





domingo, 25 de abril de 2021

abrís * Ignacio Goldsmit

 






abrís

el tiempo en una sonrisa

inaugurás puro sentido

te asomás, te veo

tu propuesta es voluntaria

los labios como fruta fresca

se dirige con impacto

para que quiera probar

la piel se electrifica

se pega a mí sombra

la posibilidad del no

y avanzo con una estrella delante

con un monstruo detrás

porque una voz del cuerpo

habla para ir hacia el fuego




Ignacio Goldsmit, 2021.



Audubon


sábado, 24 de abril de 2021

En toda razón hay una fibra de locura * Lili Levy

 

En toda razón hay una fibra de locura

o en toda locura una fibra

de razón que arrastra

no tiene explicación

como no tiene explicación la imparable lluvia

cadencia que no se inmuta

ni regula

ese río

de instantes brillantes o trémulos

aunque parezca

a veces detenerse

un aliento multiplica los segundos

no tiene fin

el delicado hilo

tira

débil primero

fuerte

muy fuerte después

envuelve tu cuerpo

tus manos

tu cabeza

tu memoria

tu voz


pero

cada semilla de dolor

cada siembra

de duda

cada llamado del amor

libera el ovillo

hasta que es un impulso

mariposa que se abre y vuela

promesa de colores

lilas y violetas

flotando en el horizonte

bella

como una figura de ballet

esa forma de andar por el aire


Lili Levy, 2021.


Lippmann


viernes, 23 de abril de 2021

No soy Madame Bovary * Karina Macció

 




“No soy Madame Bovary”

con la poca distancia que ya poseo

desde el momento en que me hallé

diciendo

No soy Madame Bovary

veo lo ridículo del caso, de mí.

Veo que me gustaría 

ser Flaubert y pronunciar

“Madame Bovary, c’est moi”

cuando imagino ese bigote regordete

encorsetado y de facción antipática

hacer tal declaración

el escándalo que fue esa novela

el juicio por la afrenta moral y religiosa

sí, con apariencia desagradable y pluma trabajada

me gustaría ser Flaubert, decir

seguro, imperturbable, provocadoramente 

Madame Bovary, soy yo.


Sin embargo, acá en Buenos Aires, 2020, no muchos quizás sepan

de las andanzas de Emma y Gustave, poco quizás importen 

en un amplio panorama donde literal

Australia se incendia sin freno

y los “refugiados”, fatal mote para los deshechados del mundo, 

mueren

o se apiñan en “campos”

-menciono dos “hechos” porque están acá

en la punta de oído de mi lengua

en el toque de la pantallita portátil

animada 

que propaga desastres dejándonos

secos, zombies, inertes.


Con toda esta proliferación espantosa

¿a quién le importa que yo 

haya dicho con esta misma lengua,

castellana y traducida,

no soy Madame Bovary?


Sin embargo, hay una ilusión 

un corazón que sigue

estoy viva

y con cierta añoranza

me gustaría haber dicho

Madame Bovary,

soy yo

me gustaría porque ella

nunca se borró

Flaubert mismo quiso escarmentarla

y ahí, cual fénix

siempre se levanta, presente histórico

ahí vuela

no hay muerte que le valga 

vuela

Emma permanece

enamorada

Emma devora libros

Emma sueña despierta

Emma despilfarra el salario de su marido

Emma desnuda 

su cuerpo y goza

su cuerpo, el nuestro.


Emma, sin duda,

escribe.


Dije no soy Madame Bovary.


Ahora veo

bien puedo ser

Emma. 


Karina Macció, 2021.




jueves, 22 de abril de 2021

Escribimos Pessoa * Marcela Manuel

 

Escribimos Pessoa.


Era la mañana
la mañana de esas en que nada parece despejar la bruma de mis ojos
la mañana
que me aborda a través del vidrio de esa ventana
un tenue rayo de sol cambia la atmosfera del cuarto
la atmosfera de esta habitación habitada


Era la mañana de esas tantas donde el sonido del vapor se entremezclaba con la nitidez de una experiencia lucida
tal vez vívida
el sonido, la experiencia lúcida que me traía a este rayo tan tenue de sol, en la imperceptible continuidad de un entresueño, de pie, con la mano izquierda llena de tabaco, con la espalda encorvada de tanto fijar la vista en las minuciosas y casi irreconocibles letras de la hoja que mi mano derecha sostiene.

Esa mañana en donde parecía que era aquello que había soñado escrito pensado o animado a ser, era , tal vez, siendo
la nitidez de la luz atravesando la humareda de la noche
la mar revuelta de tifones oscuras
en el sinsentido de las noches lunas en la mañana de mi cuarto

Era la mañana de la nada consistente notica de ser en medio de esta sorpresa: hay luz, hay afuera, hay otro lugar fuera de este lugar que habito

Era un ejercicio desconocido, sentir los ojos cansados, la arenilla en los parpados, era una masa de humores moviéndose en la mínima geografía de todo cuanto puede entrar en una línea, un renglón , unos metros cuadrados, un sueño infinito

Así las cosas, aún así, en este devaneo cuasi absurdo y pretencioso, recuerdo esa mañana como un despertar iluminado: el ojo fijo en la hoja, la trama suspendida de la luz y el humo, la espalda casi haciendo sombra sobre la letra y la pinotea
amurada mi vista en el horizonte lineal de algo escrito.
Recuerdo esa mañana y me recuerdo siendo quien condensa en sí todas las sensaciones que se pueden sentir al bajar a tierra después de una larga, larguísima travesía por mar abierto.

Era, entonces, la mañana en donde me recuerdo a mí, en esa íntima algarabía de la existencia de ser, sin tristeza por eso que no fui, siendo esto que soy, recordándome en los albores de ser, sí, decididamente siendo, perplejidad absoluta, sobresalto, sorpresa, desconocimiento, alegría, incomprensión, ningún remedio para ningún mal.

Hoy mi mirada es nítida: memoria escena acontecimiento, apartada la nada sofocante de no ser aún siendo quien era, apartado el sinsentido de la negación del ser, la muerte de la cosa, el subterfugio de la letra interponiendo millares de leguas entre eso sabido de ser.

Miro, la ventana, recuerdo el albor del sonido, recuerdo el murmullo de la calle, la estridencia del vapor llegando a puerto y recuerdo, claro, el más lindo despertar a fuego lento.



Marcela Manuel
, 2021.







miércoles, 21 de abril de 2021

Ventana a la escritura 370: cómo traerme de vuelta

 


Me había puesto ansiosa

en mí desear

infinita

abastecida solo

con la pupila de su voz

mi compinche

las noches que quisimos el no

lo imposible y la violencia

escondía

(cómo me gusta la escondida)

toda esa oscuridad

un aljibe sin fondo

los dos tirados

siluetados en el living


*

una mariposa había decidido pasar

sus veinticuatro únicas horas

adherida al cielo raso

siluetada en el living


Trae felicidad

¿la mariposa?

trae felicidad


los gatis

habían decidido cazarla

mientras xixa y yo

peregrinábamos su desamparo


Pero trae felicidad

la mariposa

trae felicidad


*


me despegaste a la fuerza

adherida

me pegaste

un acertijo de vos

tan lindo y partido

te hubiera dado a luz

ansiosa  deseosa

toda embalsamada

toda embelesada


(el mundo afuera escandido

            todavía siento

un poco nos llama)


*


no me cosifiques

te pedí

entre tu carita y mis tetas

no me hagas decirte quién soy

caer en batalla

perdernos el cruce del río


casi ahogada quedé

quedamos

vos vigilabas la orilla

a ver si te pedía ayuda

pero no

nunca supe

cómo traerme de vuelta

veinticuatro horas mariposa



Virginia Janza, 2021. Inédito.



Propuesta de escritura para hoy:


─Escribir un texto utilizando un oasis en el desierto como escenario.

Sumate a esta #ventanaalaescritura mandá tu texto a info@siempredeviaje.com.ar para que lo publiquemos en nuestro blog 

#VirginiaJanza

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martes, 20 de abril de 2021

Rita en Ventana a la escritura

 

No es de menta ni de rosa



pisa pisuela

color de rayuela

un saltito

y otro más

así

de a uno

para no caerse

me tambaleo

un poquito

a un lado

otro poco

hacia otro

el equilibrio

se aprende

así

de a saltitos

hasta que puedo apoyar

los dos pies

mientras canto

pisa pisuela

mientras mamá

me mira

jugar

y cantar

tras las cortinas

de una tarde

que da a la infancia



Rita CoriglianoCartografía íntima.


William Bohlman




lunes, 19 de abril de 2021

Notas de Ignacio Goldsmit

 


Notas X.



Imagine que ambos vemos una flor silvestre, una que no conocemos. Sospechamos que nadie más conoce una flor tal. Ahora que lo pienso, nunca he visto nada igual, no tengo con qué compararlo. Supongamos entonces que queremos compartir qué nos causa, qué nos parece y cuál es su naturaleza, queremos comprenderla. Quizás nos sirva. Quizás pueda cocinarse o transformarse en una medicina. Pero usted no conoce nada sobre esta flor, y quizás nada sabe sobre las flores en general, así que debo explicarle (y usted a mí me explicará) las cosas más pequeñas. Entonces discutimos: Vemos que está compuesta por tallos, hojas, raíces, pero también colores, olores, células diferenciadas, átomos diferenciados. Ni siquiera podemos acordar en su color preciso. Es demasiado clara para ser negra, demasiado oscura para ser celeste, no es cian, no es magenta. Tardaríamos una cantidad bizarra de tiempo, y no somos tan civilizados. Quizás hasta empiece a despreciarlo, porque con cada intento que haga por simplificar las cosas usted cuestione algo de lo que diga. Me dará razones para desconfiar de mi criterio, y le pagaré con la misma moneda, quizás en un principio por simple desacuerdo, luego, ya impulsado por mi propio resentimiento, con satisfacción. Su criterio entonces me parecerá tan desatinado que no podré creer que estemos hablando de la misma flor. Usted se siente igual de indignado. La flor, mientras tanto, se mece indemne sobre una brisa pasajera. Eso es. Ya no nos importa la flor. La hemos abandonado junto a nuestro acuerdo. Ahora ha sucedido algo. Nos hemos dado cuenta de que somos terriblemente insuficientes. Lo que ahora nos importa es ocultarlo a toda costa. Así que gritamos, con un pensamiento -si puede llamársele así- en la cabeza: ¿Qué tan perfecto sería si usted fuese el equivocado de los dos? ¿Por qué lucha si estoy ayudándolo a darse cuenta de algo?



Ignacio Goldsmit, 2021.


Notas para una novela en construcción.



Audubon


domingo, 18 de abril de 2021

Grito * Franco Vignati

 



Grito







Un grito

corta el aire

el suave descenso de gotas

ahora

agudo

punzante

se eleva una pared

resquebrajada

como esquirlas de cristal

su piel

llora

sobre si misma

sobre sus cortes

se desangra



ella

grita

mientras

otro

calla

espera

.

.

.

susurra

como si su voz



fuera una carga

pesada



los separa

el agua y su repiqueteo



el viento se pregunta

si el cielo se detiene

¿la lluvia cesará?

porque siente

astillas al rozarla

no puede acariciarla

como hace con las hojas

ella esta marchita

convoca estruendos

una chispa celestial

que desgarra el tiempo

muta insonora

el grito

real

tiñe

a la calma de negro

a la noche de gris

al cuerpo

en contorno




Franco Vignati, 2021.



Jon Riordan



sábado, 17 de abril de 2021

Gastón * Marta Lojo

 


Es chiquito para su edad, tiene el flequillo parejo a lo Beatle. Con short y guardapolvo parece un muñequito. Tan lindo.

Su mamá es una señora coqueta, joven. El padre, Don López, es el mecánico de heladeras del barrio, un tipo correcto, muy agradable.

Gastón en el colegio juega con las nenas pero a nadie le importa. Es la década del 60 y en esa escuela donde juntan tres grados en un aula, amontonando los pocos alumnos de la matrícula, no existe el bullying.

Cuando se pone de novio en segundo grado superior se muestra como todo un romántico. Escribe cartitas donde pone “Mi futura esposa será……….”, para que la afortunada complete con su nombre. También dibuja unos labios donde deja un beso, luego le pide a su novia Margarita que haga lo mismo.

Amor infantil forjado día tras día, desde primer grado. Doña Vidala la Canaria lleva a sus dos varones a la misma escuela, a su paso recolecta los hijos ajenos hasta formar una banda. En una esquina espera Gastón, le sonríe a su novia que viene en el grupo, la agarra de la mano y siguen juntos charlando con todos. 

A ese inocente príncipe se le rompe el corazón cuando la reina se va de casa con otro hombre. El bonito sueño del que formó parte como hijo único deseado, bien amado, se terminó. Vive su adolescencia con un padre triste, lleno de conflictos. Loco e inesperado destino el que devino.

Con los años llega la facultad de Derecho. En esas lides aprovecha todas las ventajas que le permiten sus amistades, le suma a ello viveza criolla para pasar materias sin matarse estudiando. Su antigua novia también transita por esas aulas en otro turno, hasta que en tercer año coinciden en el de la noche. 


Vive en la zona de Once con un amigo. Diseña ropa que confeccionan para él, su creatividad aumenta los ingresos que le reporta la abogacía ejercida aún sin título. La antigua enamorada se lleva una sorpresa cuando lo visita para comprarle ropa, en el departamento hay una sola una cama de dos plazas. Su príncipe azul, del que tenía noticias esporádicamente, ha cambiado.

Entre otras cosas juega con el peligro. Cuando le quedan pocas materias para terminar la carrera  pacta con unos delincuentes del conurbano. Cada vez que cae en cana un cliente corre a la seccional de la zona para arreglar el tema con el comisario de turno.

Cambios bruscos, baches en su historia que de pronto se llenan con noticias nuevas que trae alguna compañera de facultad. Margarita se entera de sus elecciones desafortunadas, de parejas cada vez más jóvenes con las que se vincula a medida que le pasan los años y mejora su posición económica. Le apena saber que Gastón hoy, pasados sus sesenta años, conoce la violencia de esos amantes, en el fondo lo desprecian y se lo demuestran, no los calma el dinero que les puede dar. Ella piensa que son instrumentos para dañarse a sí mismo, no entiende el motivo de tanto castigo.

Abogado, modisto, real estate, inversor, son algunas de sus profesiones. Camaleón dañado que no sabe quién es. El muñequito con flequillo mira triste esta historia, espera otro final.



Marta Lojo, 2021.




viernes, 16 de abril de 2021

Ventana a la escritura 369: un oasis

 



Y ahora te veo entre las palmeras

durmiendo en un oasis del desierto

y tu madre que vela tu sueño

bajo un cielo de nubes que huyen,

y ruega al viento que sacude las palmas

que no te despierte, que tienes el sueño ligero,

quién sabe por qué hacen tanto ruido

esta noches esas ramas en la noche,

la juventud del mundo está durmiendo,

tu madre ruega a los ángeles del aire

que hagan callar esas palmeras salvajes,

mañana el mundo te espera al despertar,

tu madre sabe, y yo también, que eres el día.



J. R. Wilcock, Italienisches Liederbuch.


Propuesta de escritura para hoy:


─Escribir un texto utilizando un oasis en el desierto como escenario.

Sumate a esta #ventanaalaescritura mandá tu texto a info@siempredeviaje.com.ar para que lo publiquemos en nuestro blog 

 El libro recomendado de hoy es Italienisches Liederbuch de #Wilcock

#ventanaalaescritura

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Helfrecht


jueves, 15 de abril de 2021

París, Texas * Patricia Casar

 


París, Texas


paisaje en loop

desierto carretera autopista

desierto

un llanero desorientado

jinete sin caballo

cruza el páramo

el sonido de una cuerda

v i b r a n t e

espeja adentro desolación


el road

se mueve

cada tanto

algún pueblo suburbios

un semáforo pendula

se h a m a c a en un cruce

puentes inhóspitos

al borde de alguna ruta

moteles de techos rojos

tanques de agua

molino de viento


todo coloreado por una sublime melancolía



Patricia Casar, 2021.





miércoles, 14 de abril de 2021

Lili en Ventana a la escritura

 

Cada movimiento

cada músculo 

un esfuerzo 

de muda que no reconoce su mudez

decir algo

una última palabra que transforme 

ese flujo de incomodidades 

que lo quiebre

lo dé vuelta 

como si todo hubiera sido 

una comedia de enredos

un chiste


me reiría

nos reiríamos

se dobla mi voz

en dos en tres


coro de final teatral

todas las palabras 

ahogándose 

hacia adentro 


Lili Levy, 2021.


Lippmann


martes, 13 de abril de 2021

Soledad en Ventana a la escritura

 


en mi ciudad arbolada
no hay letreros, ni inscripción alguna
siquiera una onomatopeya que pronunciar 
desde donde enunciar mi ciudad, 
sí advertí una hilera de árboles, frondosa vegetación 
espíritu burlón,
la ventisca repentina.

en mi ciudad de noche
todos adoran el tótem arbolado 
el gran oso con cuernos de alce
es que algo hay en mi ciudad que vive mudando
como si cada cosa tomara alguna extraña forma,
libertad sensible.

en mi ciudad imagino luces 
amarillas pero verdes
es el verde de la arboleda que predomina en las almas 
será por eso que los nativos crecemos desmesurados,
enredados, dándonos forma a medida que avanza el tiempo, avezados jardineros.

tanto que una hilera de pinos amenazó por años invadir los rieles, comer terreno,
capturar la estación, borrar el mapa,
frondosos crecían a escala antinatural,
ya quisiera yo ser arboleda, habitar alturas, donde quema estar, donde no hay más que entreverarse.

en mi ciudad arbolada
abundan los ancianos y los pinos envejecen sin rendirse ante la ley de gravedad.

en mi ciudad de noche
los niños corren tras manojos de estrellas
que creen son globos
encendidos
y saludan al gran oso como a aquel viejo amigo 
en quien confiar.


Soledad Gopar, en respuesta a #ventanaalaescritura

@ellahaciaelceleste 



lunes, 12 de abril de 2021

la escucho cada vez * Ignacio Goldsmit

 






la escucho cada vez

una invocación planetaria

miles y miles de partículas bailarinas

subatómicas

vibrátiles

zapatean

una mancha imperceptible de ruido

me zumba la luz

en el blanco

.

.

.



habito espontáneamente

la transmigración

de las cosas

que me viven

en silencio







Ignacio Goldsmit, 2021.



Audubon










domingo, 11 de abril de 2021

Rita en Ventana a la escritura

 


Nadie

 

¿Quién tiene un espejito

para mirar hacia adentro?

¿Quién me presta su mirada

para verme?

¿Quién me espera

alguna tarde de verano

en el cordón de la vereda?




Rita CoriglianoCartografía íntima.



Suji Park


sábado, 10 de abril de 2021

Ventana a la escritura 368: roto

   


Corazón roto


Podés vivir con el corazón roto, afirmás.

Y de pronto, la aseveración es sentencia,

lo probable es cierto

decís eso y mi corazón te escucha

atento

se rompe

te da la razón

estoy viva

tengo el corazón roto

estoy viva

no hay más que una posibilidad

una muerte muy lejana, metafórica

una línea casual casi 

de conversación me rompe

estoy viva

no oigo más que el estruendo 

un corazón estallado

sigue latiendo

estoy viva

es verdad

puedo seguir

para qué, me pregunto

el cuerpo sigue

para qué

a dónde vas

si ya está todo dicho

Te amo viene con puñal

y es tierno el pecho, abierto

te dejo entrar

te siento cortar

la sangre no impide 

te siento agarrar

tanto placer a veces

estrujado fino

el quiebre

tanto músculo para qué

corazón para qué

podés seguir

puedo

lo único que siento es lo roto

no puedo tragar

no te dicen

el corazón roto se esparce

esquirlas en la sangre

entonces duele 

la planta del pie

el origen del pelo

la comisura del labio que te encanta

besar

duelen los pezones

la lengua inmóvil

muerta, estoy viva

esa es la verdad

a vos que te gustan las verdades

estoy viva

sigo

me ahogo pero respiro

no hay ataque

no hay síncope

no hay 

casi 

nada

ese casi, apenas un punto diminuto

ese pequeñísimo punto en la nariz de Barthes 

punto negro

punto corazón

punto arroz

punto

al fin

punto cadena 

no

por favor

estoy viva

¿no te parece irónico?

¿no te causa gracia?


Karina Macció, Tu corazón partido sigue latiendo.



Propuesta de escritura para hoy:


─Terminá un texto con esta pregunta "¿no te causa gracia?"

Sumate a esta #ventanaalaescritura mandá tu texto a info@siempredeviaje.com.ar para que lo publiquemos en nuestro blog 


El libro recomendado de hoy es Tu corazón partido sigue latiendo de #KarinaMacció

#ventanaalaescritura

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Brandon Hall