miércoles, 30 de abril de 2014

Minuto Charly - Lorena García


Besos con sabor a excesos
Besos con sabor a marihuana
Besos que saben a encuentros
a momentos
Besos mojados
Besos secos
Besos aburridos
Besos largos
Besos longevos
Besos sin labios
Sin boca
Sin lengua
Beso esquimal
Con sabor a cerveza
con sabor a pija
Besos que no se tocan
Besos negros
Besos de despedida
Besos franceses
Besos tímidos
Mentirosos
Beso en los bigotes
Beso con los ojos
Con las manos
Con los dedos
Besos con el cuerpo
Beso con la piel
Beso con el sexo.
Beso a Charly


Lorena García, 2014.
Texto producido para la presentación de "Fogata eterna", antología dedicada a Charly García.

martes, 29 de abril de 2014

Alquimia del verbo - A. Rimbaud

Alquimia del verbo

A mí. La historia de una de mis locuras.
Llevaba largo tiempo alardeando de poseer todos los paisajes posibles y encontrando irrisorias todas las celebridades de la pintura y de la poesía moderna.
Me gustaban las pinturas idiotas, dinteles, decorados, telones de saltimbancos, emblemas, estampas populares; la literatura pasada de moda, latín de iglesia, libros eróticos sin ortografía, novelas de nuestras abuelas, cuentos de hadas, libritos infantiles, óperas viejas, estribillos bobos, ritmos ingeniosos. Soñaba cruzadas, viajes de exploración cuyo relato no tenemos, repúblicas sin historia, guerras de religión sofocadas, revoluciones de costumbres, desplazamientos de razas y continentes: creía en todos los encantamientos.
¡Inventé el color de las vocales! - A, negra; E, blanca; I, roja; O, azul; U, verde. - Ajusté la forma y el movimiento de cada consonante y, con ritmos instintivos, me precié de inventar un verbo poético accesible, algún día, a todos los sentidos. Me reservaba la traducción.
Fue al principio un estudio. Escribía silencios, noches, acotaba lo inexpresable. Fijaba vértigos.
Lejos de los pájaros, de los rebaños, de las aldeanas, ¿qué bebía yo, de rodillas en el brezal rodeado de tiernos bosques de avellanos, en una neblina de tarde fría y verde?
¿Qué podía beber, en este joven Oise,- ¡olmos sin voz, césped sin flores, cielo cubierto! -beber de los odres amarillos, lejos de mi choza querida? Algún licor sudorífico.
Yo era un equívoco letrero de albergue.


-Una tempestad vino a ahuyentar el cielo. Al atardecer el agua de los bosques se perdía en las arenas vírgenes, el viento de Dios arrojaba carámbanos en las charcas; llorando, veía oro - y no pude beber.


Club de Lectura
Coordinación: Cecilia Maugeri, Virginia Janza y Karina Macció.
Dirección General: Karina Macció
Lugar: Guarida Literaria de Siempre de Viaje
fbk: siempredeviajeliteratura
@siempre_deviaje
Tel.: 4867-5964 // 11 50 56 36 95

lunes, 28 de abril de 2014

Minuto Charly - Nicolás Di Candia

Salió el veredicto
me saqué 10.

No alcanza.

***


Tenés mi respeto, imbécil
estoy dispuesto a coexistir con vos
y te acepto
te acepto como sos
un imbécil
está muy claro
todos lo saben
los demás se lo guardan
yo te lo digo
porque te respeto
quiero que sepas que lo sé
y que busco una sociedad mejor
en la que todos nos aceptemos
como hermanos
aunque algunos, como vos
sean imbéciles
todos formamos parte
te extiendo mi mano
vayamos juntos
hacia el futuro.



***


Mi fuerza no puede
contra tu debilidad
inexpugnable.


***


He decidido aceptarlo
soy poeta
ahora
que traigan el opio
el láudano
y empecemos las orgías
como corresponde.


***


Nicolás Di Candia, 2014.
Textos incluidos en Dos Bocas, próximo a publicarse por Viajera Editorial.

domingo, 27 de abril de 2014

Imágenes de la noche dedicada a Charly Garcia

John Martínez, llegado desde Perú, presentó en Buenos Aires el libro "Fogata eterna", selección de 32 poemas de poetas de 9 países de Latinoamérica. Karina Macció lo acompañó comentando su lectura y luego leyendo su MINUTOCHARLY. 
Publicados en "Fogata eterna", Héctor Alvarez Castillo, Yanina Rosenberg, Federico Skliar leyeron sus poemas antologados.
La noche rockera en Rechazando Coimas, se llenó de letras con los textos de escritores de Siempre de Viaje, quienes interpretaron sus textos de homenaje a Charly Garcia.



El gaditano, de Alicia Beatriz Álvarez

Tarde de mayo
limón
cobre y púrpura
sus velos
partido el Guadalquivir
espiga de oro
la torre
en la alquimia de su plata.
 
Antonio Cirino

Brisa de naranjo aire
roce dedos de mujer
de tu hermosura
atontada
que llora por soleares
la Triana de los puentes.

Todo te sitia
circuye
ciñe y ata.

Príncipe nazarí,
navegas el abandono
el río de la amargura
camino
pasión y espina.

Pensamiento deseo
barcaza de capricho
amarrado va tu nombre
encallado
madero luna en su puerto.

Bajo tus pies, gaditano
la prisa que lleva alas
es tu paso que se obstina
ondula en los adoquines.

Santa María de Cádiz
luna de la Santa Cruz
la marea se desgarra
al olvido que te pesa
sobre tus hombros de olivo.

Ella espera
balcón de glicinas
blusa desanudada
sus senos
azahar custodio
por el giro de la falda
de volados y de seda
bolillos de soledad
donde se hila la demora.

Tus toscas manos
sensibles
por el tobillo de nardo
por los juncos de sus piernas
caderas de serranía
un caballo desbocado
rueda en el polvo agoniza
por el reino prometido
la codicia de tenerla.

Ciprés que sueña
el beso de la sultana
de labios desdibujados
sin rojo, sin ardimiento
destierro de tu presagio
es mala estrella
maldices
perdida gracia
pecado
buena fortuna
hecha trizas
que te sigue como sombra.
Y Cádiz
amante herida
se despecha hasta en las uñas
y desangra por tus venas
como río desbordado.


Alicia Beatriz Alvarez
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje

viernes, 25 de abril de 2014

Turquesa - Emilio Herrera

Turquesa

Biendo es mi nueva palabra, la invento porque en ella no está el sentido de ver con la V corta de la distancia del tacto sino con esa larga distancia del pensamiento.

L de limar cada lila sabiendo que no huelo sus cenizas y en ese buelo la languidez en un pleno lejano.

E de estar turquesa de tanto azul conmovido, retorcido de lunas aplastadas por planetas

Uh! Me olvido de creer en la sinestesia cuando se escucha con la boca y todo se vuelve sonido.



Emilio Herrera.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje, a partir del Club de Lectura dedicado a Rimbaud.




jueves, 24 de abril de 2014

Fogata eterna - Javier Lara Santos

Javier Lara Santos
Quito - Ecuador (1978)


tuvimos el escape que merecíamos

                                                              Un rezo dentro de un rezo para vos, por vos, 
                                                               uno más, siempre alcanza para uno más.
                                                               Santiago B.


Yo, que fui ese joven azul que fumaba en los ventanales.
Yo vi cuándo los perros de la noche iban y venían en caza de los ángeles, 
y caí, caí por vos, me tiré por vos, ¿recuerdas? Tal vez no, 
pero te cuento, entonces, esa noche, querido.
Esa noche yo estaba afuera de tu concierto fumando un cigarrillo 
como quien espera la gloria, y la gloria se dio, querido, 
la gloria se dio cuando nos vimos en ese cuarto de la prisión, 
cuando dormías y yo llegué con la entrada intacta de tu concierto.
Éramos los ángeles apresados por la nada.
Yo esperaba sólo una canción para flotar, yo esperaba toda una noche tu llegada, 
y ahí estaba frente a ti, como un niño asustado y tremendamente feliz, 
al mismo tiempo, querido, nos conocimos en esa prisión ecuatoriana 
que más parecía el hotel california, porque no estábamos con los presos malditos, estábamos con los otros, todos los inocentes, los encarcelados por algo leve, 
como por ejemplo tú, por patear los instrumentos y quejarte del sonido, joder, querido, nos vimos ahí y yo ya no quería salir nunca más de la cárcel, 
sino hacer un picnic ahí dentro con todas las putas y los maricones, 
hacer un picnic una parrillada multicolor un cielo abierto dentro de esas rejas, 
¿lo recuerdas?
Aprendí a soñar un poco en voz baja, para que tú durmieras, 
y yo seguía cantando en mi cabeza como un arrullo, 
como un mantra, mientras tú dormías.

Esa noche fue la única y eterna noche donde los lobos de la felicidad aullaron 
para siempre, para tus amigos que te acompañaban en la cana, 
para mis amigos que se morían de la envidia de mi encarcelamiento, 
llamé a pocos, a pocos pero buenos, y les relaté del encuentro, al final, eras vos querido, y toda la ciudad por mí podía incendiarse, 
todos menos esa prisión que era como decir welcome to the hotel california,
pero en los andes. 
Y las manos largas, de cuervo inmenso, y las uñas pintadas de negro, como un brujo inmenso, y yo con la entrada intacta como un talismán, 
pocas cosas que pude conservar cuando los tiras me agarraron afuera de tu concierto, querido, pero tú ya estabas antes que yo en todo, en el mundo, en la noche, 
y esa vez, en la cana, así fue, querido, que la noche me bendijo con la presencia tuya en esas cuatro paredes, esa noche nos conocimos y tomamos té, y jugamos cartas, mientras tú dormías, y yo te contaba la historia de las bandas de rock de mi país, 
así pasaron mil años en pocas horas, hasta que vinieron a sacarte, 
luego de dos días, vinieron las autoridades de turno, y tú te levantaste 
como el cuervo inmenso que eres, que serás, y te despediste con un abrazo, 
say no more, me escribiste en la hoja de mi libreta 
donde ensayaba mis primeros poemas, y saliste por la puerta grande, 
mientras yo sólo brillaba con mis ojos en el pecho, como un niño oscurecido 
y vuelto a renacer y a brillar, 
como un niño que conoció a los amigos del barrio, y despertó para contarlo.


Incluido en Fogata eterna, Hanan Harawi Editores, Lima, Perú, 2014.



miércoles, 23 de abril de 2014

Vocales - Arthur Rimbaud

Vocales


A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,
calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;
U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.
O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.


Arthur Rimbaud





Club de Lectura
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domingo, 20 de abril de 2014

Charly - Mariana Rodríguez Espinoza

Mariana Rodríguez Espinoza
Cuernavaca - México


Charly


enterraste un cuchillo
en nuestras gargantas latinoamericanas
para que dejara de llover

Usaste tus garritas afiladas
contra el piano
todos los animales fankys
fueron liberados
de su prisión bicolor

Moriste y al tercer día resucitaste
en un ángel rebelde
para fundar el ejercito del caos
Saynomore

Charly
en tu funeral
no habrá promesas sobre el ataúd
ni conciertos subacuáticos
sólo existirá una avenida enorme
que atravesará tu rostro
tangos rabiosos
milongas neón
y nosotros los perros
que velarán tu sepultura porteña

Tu epitafio tendrá este tatuaje

Tirate del precipicio, boludo




Incluído en Fogata eterna, Hanan Harawi Editores, Lima, Perú, 2014.

jueves, 17 de abril de 2014

Iluminaciones de Arthur Rimbaud (Fragmento)

Vidas
                                  
I

¡Oh las enormes avenidas del país santo, las terrazas del templo! ¿Qué ha sido del brahmán que me explicó los proverbios? ¡Desde entonces, desde allá, veo (incluso hasta) las viejas! Me acuerdo de las horas de plata y de sol hacia los ríos, la mano del campo sobre mi hombro, y de nuestras caricias de pie en las llanuras pimentadas. Un vuelo de palomas escarlata truena en torno a mi pensamiento. (Un vuelo de palomos escarlatas truena en torno a mi pensamiento).- Exiliado, aquí, yo tuve una escena donde actuar las obras maestras de todas las literaturas.  Yo les indicaría las riquezas inauditas. Observo la historia de los tesoros que ustedes encontraron ¡Veo la serie! Mi sabiduría es desdeñada tanto como el caos. ¿Qué es mi nada al lado del estupor que los espera?

II
Plinio Nomellini

Soy un inventor bien diferente, más meritorio que todos los que me precedieron; un músico, incluso, que ha encontrado algo así como la clave del amor. Ahora, gentilhombre de un campo agrio con el cielo sobrio, trato de emocionarme con el recuerdo de la infancia mendicante, del aprendizaje o de la llegada en zuecos, de las polémicas, de las cinco o seis viudeces, y algunas fiestas en las que mi cabeza dura, me impidió llegar al tono de los camaradas. No lamento mi vieja parte de alegría divina: el aire sobrio de este campo agrio alimenta muy activamente mi atroz escepticismo. Pero como este escepticismo no puede desde ahora ser puesto en práctica,  y como, por otra parte, estoy consagrado a un desorden nuevo, - yo espero convertirme en un loco muy malo.
                                          
                              
III

  En un granero donde fui encerrado a los doce años conocí el mundo, ilustré la comedia humana. En una bodega aprendí la historia. En alguna fiesta de noche en una ciudad del Norte, encontré a todas las mujeres de los pintores antiguos. En un viejo pasaje de París me enseñaron las ciencias clásicas. En una magnífica morada cercada por el Oriente entero llevé a cabo mi inmensa obra y pasé mi ilustre retiro. Fermenté mi sangre. Mi deber me es remitido. Ya ni hay que pensar más en eso. Soy realmente de ultratumba, y nada de encargos.     

"Iluminaciones" de Arthur Rimbaud
Traducción para seguir jugando de Delfina Muschietti, Juan Ignacio Trentalance y Karina Macció

Este mes en el Club de Lectura: Arthur Rimbaud
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lunes, 14 de abril de 2014

Futurofobia - Facundo Bertera


Futurofobia


Cuando la gente me remite a mi pasado, me pregunta o relata situaciones y anécdotas perdidas en los recovecos de mi frágil memoria, me suele invadir una sensación de completa serenidad. Me zambullo en un mar calmo, dejándome llevar por esas nubes suaves y traslucidas de octubre —otro hermoso mes, casi tanto como abril— y sin pensar en nada más que en aquello que mis oídos escuchan con placer casi morboso, me dejo envolver por suaves acordes, por lo general de viejas canciones que me acompañaron en mi niñez. Es curioso pero en la mayoría de esas melodías, las que suelo evocar de manera semiconsciente, tienden a aparecer trazos de violines y a veces de acordeones. Instrumentos que, por otro lado, jamás supe tocar.
Bob Mazzer
Si bien este comportamiento puede resultar algo fuera de lo normal para muchas personas, lo más extraño es lo que me sucede cuando el tiempo verbal al que se me transporta es el contrario. Si supieran la conducta, cuanto menos curiosa, a la que incurro cada vez que me preguntan sobre mi futuro, qué será de mí, después, mañana, al final de cuentas. Los adverbios de tiempo futuro me causan semejante pavor que huyo de ellos de unas maneras de tal cobardía que resultan en patetismo. El rostro se tensa, el corazón martillea y tengo la urgencia de cambiar de conversación, de lo contrario el cuadro se agudiza a tal punto que me resulta incontrolable. Si me vieran: la garganta seca, la voz entrecortada y saliendo de mi garganta en forma más fina que un hilo. La gente que me conoce bien, de manera muy acertada, evita hacerme ese tipo de observaciones y por esa razón que me refugio tanto en ellos y en mi perro, que también conocedor del problema que me aqueja, evita dirigirme la palabra, o el ladrido, cuando siente que estoy con uno de mis ataques futurofóbicos.
Cuando pienso en algo que deberé hacer en el día siguiente al que estoy viviendo, trato de pararme sobre el próximo a ese y reflexionar sobre el asunto en cuestión como si ya lo hubiese vivido, como una acción pretérita. Es algo que escapa de lo común, lo entiendo perfectamente y por tal razón trato de ocultarlo o de evitar ciertas situaciones en donde tengo la certidumbre de que acabaré con un ataque. Por citar un ejemplo, jamás solicitaría los servicios de tarotistas, adivinos o videntes; solamente de imaginar el momento en que comenzaran a contarme cosas sobre mis días venideros, siento un calor ascendente por el estómago que termina por ocluirme las vías respiratorias. De nuevo, comprendo lo asombroso del asunto, ¿pero quién no padece miedos o conductas extravagantes ante ciertos estímulos que a otras personas no les causarían el más mínimo daño? Sin ir más lejos, el viejo Macedonio temía al final de sus escritos, o el mismo Borges, a los espejos.



Facundo Bertera
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.


Fun English! Club de inglés para niños


viernes, 11 de abril de 2014

Corazón Delator: Encuentro Abierto para Adolescentes

Corazón Delator
 
 
 
ENCUENTRO ABIERTO Y GRATUITO
 
 
 
Miércoles 16 de abril 18 hs.
 
 
Corazón Delator es un espacio para jóvenes escritores
Corazón Delator es un lugar para tu voz se escriba y se comparta
Corazón Delator es un taller de lectura
Corazón Delator es un  grupo de origen para escribir
 
Salidas culturales.
Lecturas en vivo.
Ediciones artesanales. 
 
¡Reservá tu lugar!
No te quedes con las ganas, ¡te esperamos!
 
Lugar: Guarida Literaria de Siempre de Viaje
Coordinación: Nicolás Pazos
Dirección General: Karina Macció
Tel.: 152 188 6909/15 5056 3695 / 4867 5964

jueves, 10 de abril de 2014

Mi bohemia, A. Rimbaud



Mi bohemia

Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos...
mi chaleco también se volvía ideal,
andando, al cielo raso, ¡Musa, te era tan fiel!
¡cuántos grandes amores, ay ay ay, me he soñado!

Mi único pantalón era un enorme siete.
––Pulgarcito que sueña, desgranaba a mi paso
rimas Y mi posada era la Osa Mayor.
––Mis estrellas temblaban con un dulce frufrú.

Y yo las escuchaba, al borde del camino
cuando caen las tardes de septiembre, sintiendo
el rocío en mi frente, como un vino de vida.

Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas,
tensaba los cordones, como si fueran liras,
de mis zapatos rotos, junto a mi corazón.


Arthur Rimbaud




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