Leí unas historias porno manga de un tal Raikage Sama,
tiene mi edad, es japonés, negro y con una poronga gigante,
a todas la mujeres japonesas les encanta coger con él,
las hace felices, las desborda, las llena de energía.
nunca se angustia
ni vacila
se sabe hermoso
va al gimnasio
se mira en el espejo
nunca se siente,
culpable
triste
perseguido
solo
deprimido
nada de esas cosas
Raikage Sama toma lo que encuentra
Y se lo coge
no se sabe nada
del lo que sucede cuando
Raikage Sama
No coge
monólogos insistentes.
Loros que repiten
Amenazas
No llego a la prosa
en este giro del pensamiento con palabras no se puede
O si se puede
Busco el concepto protector lleno de luz y de orden que es nuestro refugio,
busco el encanto
me dejo tentar por la belleza,
por el brillo
cuando es algo así
como una verdad
en el cuerpo
caigo en todas las trampas
me doy cuenta
me encanta
No llego a la prosa
a terminar de armar una frase con sentido
¿Cuánta realidad es tolerable de ser dicha?
¿Hace falta?
siento lo que me excede
eso no alcanza para una frase completa
apenas murmullos, acoples,
sonido de gaitas antes de AC/DC
¿Lo que se ama de uno se pierde en la forma de amar?
Espejo
refleja
amor
propio
máquina
poémica
Orfeo
Narciso
Todo es pregunta insoportable
mosquitos en el oído arruinando la noche
¿Raikage Sama es capaz de soportar?
Seguir el río del acontecimiento
Buscar las mejores corrientes
Si alguien me escucha no sé explicar bien
O no quiero
No todo se explica bien todo el tiempo
A veces sí
A veces también pero no
existir
ficción filosa
pasea en un borde
vibrando
ni adentro
ni afuera
la vara en alto
la bandera
escrita por todas partes
flotando en el viento
Basta
me voy
rumbo a la puerta
y después a un boliche a la esquina
a tomar
una ginebra
con gente despierta
Enrique Troncoso