La revelación de tu cuerpo
en el mío
Sutiles movimientos anímicos
descuelgan de tus manos
el candor de una caricia
Mendiga deseo-amor mendigo
Silencios habitados
por diáfanas representaciones
de las que huimos
Debajo de la piel nos encontramos
por no poder elevar los ojos al alba
Y es la tensión perpetua
el deseo inoportuno
la imaginación de las promesas
la continuidad
la inminencia del encuentro
El fuego, nuestra incandescencia
Del otro lado
nombrarme resulta temeroso
Siempre tengo los ojos abiertos para vos
Entre tu y yo las fronteras son inútiles
El corazón existe en afiladas palabras
Pido silencios, te miro
me encuentro
y nuestra verdad se revela en esta vieja pared
Natalia González
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje
Natalia González en el Club Cultural Matienzo |