jueves, 30 de agosto de 2018

Estoy oculta * Melina Litauer


Estoy oculta

oculta tras el gesto de la máscara 
que el espejo me refleja

mis ojos me delatan
me censuran
los evito
hoy todo vale
quiero por fin 
deshojar mis miedos
abrir los grilletes
que inhiben mi libertad
estoy oculta
oculta tras el sí y el no 
de mí misma
de apetencias vacilantes
que deambulan en mi mente
y me confunden
detrás de una lluvia de papel multicolor
rulos de serpentinas
dibujan risas
mientras el pecho grita  
en el hueco del alma
su carnaval permanente 
estoy oculta
oculta detrás de los mandatos
que fluyen en la sangre
sin remedio

hoy todo vale  
tras la máscara agoniza el pudor
es tiempo de vuelo
en una noche de goce
con permiso de ser
oculta
detrás de mi máscara
todo vale
nada me frena
soy libre
me suelto.



Melina Litauer, 2018.


Claudia Amuedo


miércoles, 29 de agosto de 2018

Sacromonte * Axel Levin





Qué difícil es encontrar el momento, ese punto de equilibrio entre registrar y percibir. Encontrar las palabras para que no se escape, diluirse en el olvido, ser la vivencia.
Porque este texto, por ejemplo, me hubiese gustado haberlo escrito anteayer, cuando en las intermitencias del viaje quedé de nuevo solo, y sin ponerle expectativas al día, caminé alto por las callecitas del Albaicín de Granada. Encontré una pared como mirador, mate y libro de Lorca hablando sobre la ciudad, un poco de piso improvisado y extensión abierta entre tanto urbano europeo. Ahora escribo en retrospectiva, esperando en un hostel de Roma a que se despierte un amigo para seguir. Pero pienso en las bisagras y en las tensiones, en los movimientos intuidos, en cómo compartir algo de tanta vibración y entiendo que ésta es la única forma. Casi un paralelismo de conocer. Migrar aunque sea un día, una semana, mes y medio.
¿Cuál es el itinerario del que quiero dejar registro?
Entonces Granada se me parte al medio y estoy matándome de risa en Sevilla intentando mantener una conversación nocturna con un chico de Hong Kong que insistía en que no era chino, que él habla el cantonés y el resto del país el mandarín. Le podía llamar Sammer, insistió en que prefería que le dijese así al sonido de su nombre original y no sé cómo pero descubrimos que ambos somos escritores. De repente, se mezcla la sensación de llegar a Andalucía desde un Liverpool de gaviotas, The Beatles hasta en el puerto, refugio de iglesias protestantes ante la nieve. Pero principalmente no poder creer el sol todavía a las seis y media de la tarde, carteles y personas entendibles.
Martin parr
Coincido con una amiga de Israel, tapas tapas tapas, la gente grita en el bar, comprendo lo que dicen aunque el acento sea gracioso de ambos lados. Se reclaman cañas, montaditos, patatas bravas, me hacen otro chiste sobre la ye del castellano y entre el ruido me siento mucho más en casa. Que no se dice paeya, hombre, que se pronuncia con i. Pego onda con un italiano (Filippo, qué lindo nombre) y una brasilera, también con un argentino que en el descubrimiento nos abrazamos como hermanos; salimos a bailar, un grupo de tanos nos desafían al metegol y nos hacen pelota. Llega la medianoche y sin pensarlo mucho cada uno improvisa a modo rap en su idioma, callecitas musicales de color caracol, nos turnamos para jugar con el italiano, castellano y portugués, solo seguir el ritmo y el sentido de los tonos.
Me desencuentro con el grupo en la puerta árabe del Alcázar. Porque no hay datos móviles y quise irme a un punto del google-map que decía isla mágica, bien lejos, como una invitación ineludible. Tapas, tapas, tapas, las cañas las sirven sin preguntar. ¿Vamos a escuchar flamenco? La doña del caserón de Teresín no quiere que nadie esté sin bebida. Grita para tomar los pedidos y en cierto momento también se va adelante para formar parte del escenario. Todos aplauden y en un arranque de entusiasmo colectivo una pareja de viejos que estaba también cantando se levanta y empieza a bailar como un emblema. El folklore y la historia del barrio condensada en estos viejitos, pensé. La gente estalla, confluye en gritos y deviene en fiesta.
Camino mucho, muchísimo. Me duelen los pies pero por fin un poco de montaña en el Sacromonte. De paisaje abierto a un horizonte de palacios árabes, cuevas gitanas y catedrales escondidas. Por fin una ciudad que no sea llana, pura planicie sin elevaciones de tierra. Se me viene a la cabeza mi carpa naranja, el ir de camping por Latinoamérica y en lo extraño de que lo impresionante acá sea el ingenio urbano, la materialidad de la historia. Por eso Granada se me parte y brota este texto. En la inspiración que sube y baja, amplitud de territorio.
Aparece la cara de la colombiana que en el free-tour bajo la lluvia de Brujas me agradeció porque estaba con paraguas. ¡Hey, qué hacés acá! me dijeron sorprendidos los amigos que hice en Amsterdam cuando nos encontramos de casualidad en la Tower of London, yo a punto de sacarme una selfie. O la zapada a voz shaker y melódica bordeando el Moldava, riéndonos de las expresiones idiomáticas disímiles del grupo hispano-argentino que se había formado.
También el californiano que conocí en Praga el primer día. Estaba siempre con un gorro sonriendo, agradecido, todo le sorprendía y me pareció un ser bellísimo, incluso antes de descubrir que era colega antropólogo. Hablábamos cuando lo cruzaba en el hostel, nos intentábamos entender y como salía mal causaba mucha gracia. A veces había un argentino que hacía de traductor y ahí me daba cuenta lo errado de mis interpretaciones comunicativas. Él me alentaba diciendo que mi ingles era mejor que su español, se reía sincero. Luego la guitarra y la percusión como código universal. Pero algo de esa actitud que se burlaba de las distancias con tan poco me quedó presente.
Qué difícil es encontrar, vivir pleno sin las trampas propias. Juego de expectativas y registro, de frustraciones y fluidez, de ir hacia adelante percibiendo. Creo en que los sucesos se crean o te alcanzan solos, igual que las personas. Idéntico a darme cuenta de que al lado del mirador granadino había una pared solitaria para recostarse y escribir sin hacerlo, sabiendo que así empiezan las cosas como este texto que escribo hoy en Roma pero bien podría haberlo escrito mañana.
Pienso en las personas con las que compartí el viaje. Una fragmentación de momentos enormes, autónomos. Siento cada vez que me despedí de ellos y quedé solo de nuevo. La extrañeza dulce, reencuentro itinerante, puente hacia mí mismo y lo que quiero descubrir.


Axel Levin, 2018.


domingo, 26 de agosto de 2018

El pueblo ya sabe * Noemí Duranti

         


              

               Hipócritas

               no es Dios quien en abortos alarmantes asesina a mujeres pobres

               no es Dios quien las desangra hasta morir

               no es Dios quien las sanciona por abortar al hijo de su violador

               y en una camilla temible las deja sin pulso.





               Hipócritas

               no es Dios quien prohibe el aborto legal, seguro y gratuito.



             

              Hipócritas

              Dios condena  las atrocidades que ustedes perpetran:

              el hambre

              la discriminación

              las bombas bacteriológicas

              el diseño de guerras con esos ojos cínicos

              y cómo recaudan millones

              contaminando el agua, el aire, el suelo.



             

              Hipócritas

              no utilicen a Dios para defender su falsa moral

              no recurran a Dios para patrocinar sus negocios.





              Hipócritas

              no hablen sobre la protección de esa alma por nacer

              no digan que amparan a ese futuro ser humano

              no hablen de la defensa de su espíritu

              ustedes no saben qué es la vida

              porque desde los comienzos vienen tranzando con la muerte.

              

             

              Hipócritas

              el pueblo ya sabe

              que para ustedes los pobres no tienen alma, ni espíritu.


                                                                                   
                                                                                                 


                                                                                                       
                  Noemí Duranti, 2018.




viernes, 24 de agosto de 2018

Felisberto Hernández: Septiembre en Siempre de Viaje





Danza española

Yo tendré un puño negro.
Yo seré fino, acerado y terrible.
Yo seré un puñal español.
Tú danzarás lentamente.
Tú llevarás las manos en las caderas.
Tú me llevarás entre los dientes.
Tú me apretarás en tu mano nerviosa.
Tú me guardarás en tu pecho caliente.
Tú amarás mucho a tu extraño amigo.
Yo recibiré en mi filo el fluido de tus nervios.
Yo lo acumularé todo en mi puño negro.
Yo soltaré de mí, corrientes de presagio.
Yo tendré un puño negro.
Yo seré fino, acerado y terrible.
Yo seré un puñal español.


Felisberto Hernández, incluido en La envenenada.

Invisible * Alejandra Malvotti





Siento que alguien grita mi nombre, ¡vení, Alma! Eso me despierta. Camino por el pasillo que me lleva hasta el baño. Paso por delante del espejo. No me veo. Mi imagen no está. Doy un paso, me detengo. No puedo seguir mi andar. Vuelvo y me quedo unos instantes frente a él y no me veo. No estoy. No es el mismo espejo de siempre. Capaz que se cansó de serme fiel. Quiero tocarlo y no tengo manos, no tengo brazos.
Me miro los pies, no los veo, no tengo piernas, no hay costillas ni espalda, ni hígado. No hay páncreas ni corazón. No soy. No tengo ojos, no está mi nariz ni mi boca. No tengo rostro. No estoy. No puedo observarme.
Soy abstracta de todo y de nada. Soy una nube de emociones. La idea de mí me atormenta. Soy un concepto de existencia. La angustia que siento me lleva, me recorre el no ser. Me recorre y no se detiene. Quiero parar esto. Quiero completarme. Ser estructura, ser espina dorsal. Quiero ser sangre y carne. Ser sensaciones. Quiero tenerme. Ser garganta y gritarles a todos: soy Alma.





Alejandra L. Malvotti, 2018.




jueves, 23 de agosto de 2018

Deseos




es un día que pasa
una hora
un segundo
un instante
te diluís en mis sueños
de ojos abiertos
de corazón despierto
pero no
no puedo cargarme de vos
escapás
huís
te busco
y te borrás
entonces retrocedo
y te pienso
y duelo en el recuerdo
de saberte pasado
donde tu perfume
es el eterno gesto
de tu imborrable ausencia




Fernando Capece, 2018.




miércoles, 22 de agosto de 2018

Claros en las paredes * Lili Levy


Observamos a los fleteros cargando lo último que quedaba, la gran mesa del comedor y el  bargueño de madera y mármol. Lo hacían con facilidad, como si no pesaran. Se habían llevado muebles, cuadros, adornos, libros, multitud de cajas con objetos, algunos guardados durante décadas. La casa se mostraba tal como era, sin disfraces: oscura, claros en las paredes dónde antes hubo cuadros y espejos que nos reflejaban, agujeros en las bocas de luz, los pisos gastados y ennegrecidos, las plantas que aún quedaban detrás de las ventanas, arruinadas. 
El aspecto era el de una ficción, al oír nuestras voces retumbando en el espacio vacío me pregunté si no éramos también irreales, fantasmas no resignados a abandonar el lugar que habíamos ocupado y en el que sólo quedaban recuerdos.
Quise cerrar la llave de agua, pero en su lugar, abrí los grifos para sentir por última vez el agua  fresca en mis manos. Comenzó a fluir sin parar, no pude cerrarlos. Asustada  vi que se iba formando un río angosto y caudaloso que atravesaba la casa, extrañamente sin inundarla ni mojarla.
Nos acercamos a ambas márgenes los que la habíamos habitado, vimos cómo la corriente arrastraba y se llevaba nuestros recuerdos, reconocí  la radio portátil que usaba mi papá para escuchar el partido de los domingos, fotografías de la playa en blanco y negro, el reloj a cuerda, mis figuritas de brillantes, juguetes, dibujos. Todos atrapamos alguno, yo alcancé la tapa del primer libro que leí “Jane Eyre”, reviví  las emociones que había despertado. Me pregunté cuál sería su recorrido, cuáles sus vertientes.
Esperamos hasta que se acabaran los recuerdos y se secara el río, como se espera el último suspiro de un agonizante. Después, inundados por la ceremonia, abandonamos la casa.


Lili Levy, 2018.



Mateo Massagrande





lunes, 20 de agosto de 2018

La mantis religiosa * José Watanabe




Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol 
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas, 
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.

Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre, 
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.

Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho 
                    vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
                              Y dispuesta.

Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos 
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
                                        a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita. 

Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
          de agradecimiento.



De El huso de la palabra.
José Watanabe.


INGVILD MELBERG EIKELAND




domingo, 19 de agosto de 2018

Brújula * Ivana Pizarro



    Cuando me invitaste a vivir con vos en tu casa ya me estaba yendo. Y me quedé. Nos fueron visitando las distancias y en la cercanía de mis estaciones un frío inalámbrico. De esos que no pueden dibujarse ni con guantes de dedos cortados. 
    Pasaron meses. Muchos. No sé de qué año. El huso horario se corrompía y mis días todos jet lag. Mis viajes por tu cuerpo eran escasos, tu amor una solicitada en el diario de mis confusiones. Me querías dama de compañía. Al escuchar tu deseo un abanico de ridiculez se desplegó como una piña de frente. 
   Vos no eras violenta y a mí la furia me tomaba por la espalda. Rasgaba en la garganta ejercicios de respiración para no ahogarte entre mis manos. Mi mente repetía como un mantra los tres motivos que provocan la ira según un gurú que me pasaron por youtube: rechazo, culpa y no recuerdo el tercero.
    Y en esa oración me ibas envolviendo con papeles de tu bronca. Mis palabras vomitaban susurros desgarrados. Tu silencio, violencia exquisita de labios sellados.


 Ivana Pizarro, 2018.




Claudia Amuedo

miércoles, 15 de agosto de 2018

Safo y los comienzos de la lírica * últimas vacantes!


Inalcanzable




Οον τ γλυκύμαλον ρεύθεται κρ π σδ
κρον π κροτάτ λελάθοντο δ μαλοδρόπνες,
ο μν κλελάθοντ, λλ οκ δύναντ πίκεσθαι.

Safo, Lobel-Page 105a



(… Se conjetura que estos versos provienen de un epitalamio, una canción de bodas compuesta por Safo con motivo del casamiento de una mujer hermosa pero, según los criterios de aquella época, ya no tan joven para casarse)



Como esa dulce manzana que se ruboriza en la punta de la rama,
En la punta más remota, y la pasan por alto los recolectores…

No la desdeñaron, no: es que no pudieron alcanzarla.






Los versos que tarjo * José Watanabe




Las palabras no nos reflejan como los espejos,
así exactamente, pero quisiera.

Escribo con una pregunta obsesiva en las orejas:

¿Es ésta la palabra exacta o es el amague de otra que viene
                   no más bella sino más especular?

Por esta inseguridad
tarjo, 
toda la noche tarjo, y en el espejo que aún porfío
sólo queda una figura borrosa, mutilada, malograda.

Es como si cumpliera la amenaza de la madre sibilina
Al niño que estaba descubriéndose, curioso,
en su imagen:
“Tanto te miras en el espejo que
algún día terminarás por no verte”.

Los versos que irreprimiblemente tarjo
                   se llevarán siempre mi poema.





José Watanabe.
De El huso de la palabra, 1989.



Me despierto * Melina Litauer



Me despierto
hundo con fuerza
mis pies en la tierra
se reproducen

busco alimento
energía
me afirmo y empujo
para vencer la resistencia
que pesa sobre mi espalda

socavo
el claustro de la oscuridad
crezco por fin 
nazco a la luz
bocanadas de aire
en expansión

pierdo mi cascarón
y me despliego al cielo
con las alas verdes
que me hizo el sol

me multiplico
vuelo trémula al viento
no sé cuál es
  mi propósito
sé que hay uno
hoy solo quiero crecer
volar al norte
sin dejar el sur.




Melina Litauer, 2018.



Claudia Amuedo

martes, 14 de agosto de 2018

Safo y los comienzos de la lírica * Taller por Jan De Jager

Literatura y traducción:


Safo y los comienzos de la lírica


  • Panorama de la tradición, transmisión y traducciones de Safo.
  • Citas y papiros.
  • Lo cotidiano sagrado.
  • Sintomatología del amor.
  • Las mil y una Safos: cómo las edades históricas se construyen una Safo a su imagen y semejanza.
  • Comparación de traducciones e imitaciones.
  • Actividades lúdicas y lúcidas.

18/8 17h. en Abasto.

Taller dictado por Jan De Jager.



Jan de Jager es licenciado en letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ha realizado estudios de análisis del discurso y literatura neerlandesa en la Universidad de Amsterdam (UvA). Tiene también el título de Bachelor en traducción de la Escuela superior de traductores de La Haya. Se ha desempeñado como docente de idiomas, traductor independiente, y profesor del traductorado de la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad reside en Róterdam, y se desempeña como docente de neerlandés y de español en la escuela internacional de Róterdam (RISS) y como docente del traductorado neerlandés-español de la escuela de traductores de La Haya (HWN),como examinador del examen nacional de traductorado neerlandés-español y como profesor del ciclo de formación de docentes secundarios ICLON de la Universidad de Leiden.

Su obra literaria abarca los géneros de novela, cuento corto, poesía y teatro. Publicó Trío, Buenos Aires, 1997, Juego de Copias, Buenos Aires, 2002 y Casa de cambio vols. I, II y III, 2004-2007, la novela Noticias del setenta y cinco (Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 2009), y Let u maar niet op de Rommel  (De Blauwe Engel, Malinas, 2010; poesía en neerlandés). De su proyecto más reciente, Relámpagos, está por aparecer el vol. 3 por la editorial Viajera.

Ha traducido novelas, cuentos y poesía del inglés, neerlandés, afrikáans y francés. Sus traducciones más recientes han aparecido en las antologías Narrar Ámsterdam y Cincuenta poetas de Amsterdam. En agosto de 2013 apareció por Eloísa Cartonera su traducción de los primeros treinta  Cantos de Ezra Pound.


domingo, 12 de agosto de 2018

Relanzamiento: Club de la serpiente - taller de escritura para adolescentes

 ¡Re-lanzamos el Club de la Serpiente 
para la segunda mitad del año!

 Arrancamos los sábados a las 14hs con propuestas renovadas para los jóvenes de 13 a 18 años:

 -Trabajo con la obra, recursos, y estética de autores
 -Confección de cuentos
 -Incursión en poesía y prosa poética
 -Construcción de crónicas y relatos
 -Escritura individual y colectiva
 -Surrealismo y vanguardias artísticas: ¡a jugar con las palabras!
 -Exploración literaria con el arte gráfico y musical

 ¡El primer encuentro es gratuito, vení a probar! ¡Te esperamos!


 Coordinación general: Karina Macció
 Coordinación del taller: Axel Levin

 Contacto: 1564493400






jueves, 9 de agosto de 2018

Últimas vacantes! Ezra Pound por Jan De Jager




Y entonces descendimos a la nave,
Enfilamos quilla a la rompiente, a la mar divina, y
Erguimos el mástil e izamos la vela en la nave prieta,
Embarcamos ovejas y nuestros propios cuerpos
Agobiados de llanto, y los vientos en popa
Nos impulsaban con velas panzudas,
De Circe esta nave, la diosa del peinado minucioso.
Nos sentamos en el sollado, el viento trababa el timón,
Y con velas tirantes cruzamos el mar hasta el final del día.

Del Canto I
Traducción de Jan De Jager


viernes, 3 de agosto de 2018

Ezra Pound y la traducción como género literario * Taller por Jan De Jager


Literatura y traducción:

Ezra Pound y la traducción como género literario


  • Introducción: panorama general de la trayectoria de Ezra Pound, con especial referencia a los Cantos.
  • El llamativo uso de ciertos tipos de texto como recurso literario: la cita, la antología, la lexicografía, la glosa.
  • Comparación de traducciones y versiones de los Cantos: Vázquez Amaral, Yves di Manno, Los De Campos/Pignatari, Grunewald, y la nueva de Jan de Jager.
  • Los problemas y desafíos de una traducción panhispánica.
  • Breves propuestas creativas traductoriles.

11/8 17h en el Abasto.
Cupos limitados.
Taller dictado por Jan De Jager.




Jan de Jager es licenciado en letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ha realizado estudios de análisis del discurso y literatura neerlandesa en la Universidad de Amsterdam (UvA). Tiene también el título de Bachelor en traducción de la Escuela superior de traductores de La Haya. Se ha desempeñado como docente de idiomas, traductor independiente, y profesor del traductorado de la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad reside en Róterdam, y se desempeña como docente de neerlandés y de español en la escuela internacional de Róterdam (RISS) y como docente del traductorado neerlandés-español de la escuela de traductores de La Haya (HWN),como examinador del examen nacional de traductorado neerlandés-español y como profesor del ciclo de formación de docentes secundarios ICLON de la Universidad de Leiden.


Su obra literaria abarca los géneros de novela, cuento corto, poesía y teatro. Publicó Trío, Buenos Aires, 1997, Juego de Copias, Buenos Aires, 2002 y Casa de cambio vols. I, II y III, 2004-2007, la novela Noticias del setenta y cinco (Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 2009), y Let u maar niet op de Rommel  (De Blauwe Engel, Malinas, 2010; poesía en neerlandés). De su proyecto más reciente, Relámpagos, acaba de aparecer el vol. 2 por la editorial Viajera.

Ha traducido novelas, cuentos y poesía del inglés, neerlandés, afrikáans y francés. Sus traducciones más recientes han aparecido en las antologías Narrar Ámsterdam y Cincuenta poetas de Amsterdam. En agosto de 2013 apareció por Eloísa Cartonera su traducción de los primeros treinta  Cantos de Ezra Pound.



jueves, 2 de agosto de 2018

Manhattan * Fernando Capece



Cae la noche. Amanece ella. Pienso mientras te transito. Autos que van y vienen. Parten hacia. Vuelven de. Historias. ¿Cuál será la de aquel señor? Su rostro denota apuro. ¿De qué? No le quiero preguntar. O sí, pero prefiero no detener mi marcha. Esta avenida es muy grande. Ahí dice el semáforo que puedo cruzar. Comienzo a hacerlo. Me gusta caminar lento, le encuentro cierta paz. No quiero correr. Pienso mientras te transito. Pequeña gran noche. Estas hecha de historias. Como la de ellos que ríen. Están felices. Me gusta. Me recuerda otros tiempos. Es la noche. Ahora. Ruidos. Van. Vienen. Historias. Por cierto, ¿hacia dónde iba? Ah, sí, por allá. Ahí viene un taxi. Lo paro. No, mejor no. Iré caminando. Me gusta transitarte. Verte. Oírte. Olerte. Sos el miedo, la luz y la incertidumbre. Cae la noche. Amanece ella.


Fernando Capece, 2018.







Ella está abierta * María Victoria Verzura



Ella está abierta
escote abierto
mira sin mirar
se pavonea delante de ellos
de todos 
de todos ellos
dar vueltas
ella se abre 
y espera
¿qué espera ella?
¿lo sabe?
se relame
en celo
humedece sus labios
acomoda su pecho
uno se acerca
le susurra palabras al oído
ella apenas lo escucha
gira rápidamente
busca otras miradas
envuelve su pelo
lo hace volar
uno la toma de la cintura
pollera tubo negra
tentación
ella vira rápidamente
palmea su cola
se suelta ella
voltea mostrando su espalda desnuda
uno no entiende se enoja
ella da vueltas
hace un círculo con su tacones altos
histeria colectiva
vuelve
a empezar
ella se rota



María Victoria Verzura, 2018.



Sally Mann