jueves, 31 de octubre de 2019

Punta Indio * Carla Capozucca




Prado blando en el pecho
piso la curvatura lenta de tu columna
recorro espalda verde
barro de piel de nuca
cruzo tu puente vértebra
resbalo
talones por el cuello
veo tu río
pura boca derramada
bajo el ojo sol
hay islas pequeñas
dientes que se hincan a tu boca de agua parda
lengua ola
lamo
todo lo suave
de tu anatomía




Carla Capozucca, 2019.



Trula Blize

miércoles, 30 de octubre de 2019

No quiero ser * Sofía Tejón




No quiero ser 
este ser vivo
impostora de carne tibia
que se defiende 
de la putrefacción
de un alma empapada, fértil
llena de bichos
quiero sentir
los pelos de la nuca
hundidos 
en la tierra húmeda
sacando raíces
germinando 
ser un insectario 
de los traumas que me caminan 
quiero
que me picoteen los cuervos
y que los gusanos me recorran
como a una fruta agujereada
me quiero podrida
sola
confeccionando organismos
sucia, capaz
de morir todos los días
deshacerme en la tierra con la boca abierta
y que todas mis palabras
sean mis últimas palabras.




Sofía Tejón para Cuerpos Poéticos 2019.



Sam Golanski

lunes, 28 de octubre de 2019

Rita Corigliano para Cuerpos Poéticos



Y fue tan cuerpo que fue puro espíritu. Clarice Lispector

La escena se repite
en la vigilia
y en los sueños.

Caigo hacia atrás
y en el instante mismo
me transformo.

No me miren con pena
ni lamentos.
Nadie me empujó.
No hubo cómplices
ni traidores
que urdieron
la embestida.

Santa Rita me soltó
su brazo de rama
y el descenso veloz
fue irreversible.

Caí de mañana
de lado a lado
con un grito
pegado a la inercia.
El suelo se abrió
en un abrazo
de tierra y de hierro.

Sangra una herida
y no sé dónde.
Duele la piel,
la carne,
la corteza del hueso.
Soy la caída.
Barro hecho de llanto
y desconsuelo.

No me miren
con pena
ni lamentos.

Para levantarse
solo hace falta una caída.



Rita Corigliano, 2019. 
Para cuerpos poéticos.



Xanthoupoulos

sábado, 26 de octubre de 2019

Cuerpo tomado * Delfina Uriburu




Las cartas quedaron dadas vueltas
vértebra por vértebra la escalada de aire asciende
quizás llegue a la cabeza

habrá que tomar un vaso con agua para atravesar el patio
detrás el cuerpo está tomado
un rehén a punto de caer a un pozo sin final 

el viento aturde las ventanas 
un diluvio está por empezar y los invitados no llegaron




Delfina Uriburu para Cuerpos Poétivos, 2019.


David Julian


viernes, 25 de octubre de 2019

Vibraciones * Liliana Levy



Vibraciones
deshilachadas en el viento
que atraviesan
el cuello, la espalda
los pies
bailan seductores
un dos tres, un dos tres
danza 
de manos que vuelan
como abanicos en el aire
cuerpos abrazados
y prendas desparramadas
caricias
que habitan el espacio 
y permanecen 
como puntos luminosos
estrellitas pegadas en la memoria
que se encienden sin permiso
y vuelven 
en cada rincón
como una sinfonía interminable



Liliana Levy, 2019.



Colleen Fitzgerald

miércoles, 23 de octubre de 2019

mano * Clarisse Nicoidski




mano
te quedas abierta frente a mí
como un libro
que no supe leer

te quedas
en lo alto a la espera
como si quisieras jugar
sin saber

y nos miramos
eres mía
soy tuya
cuándo nos conoceremos



Clarisse Nicoidski, El color del tiempo.




Bela Doka

martes, 22 de octubre de 2019

El nadador * Héctor Viel Temperley









Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.

Soy el hombre que quiere ser aguada

para beber tus lluvias

con la piel de su pecho.

Soy el nadador, Señor, bota sin pierna bajo el cielo

para tus lluvias mansas,

para tus fuertes lluvias,

para todas tus aguas.

Las aguas como lonjas de una piel infinita,

las aguas libres y la de los lagos,

que no son más que cielos arrastrados

por tus caídos ángeles.



Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.

Tuyo es mi cuerpo, que hasta en las más bajas

aguas de los arroyos

se sostiene vibrante,

como en medio del aire.

Mi cuerpo que se hunde

en transparentes ríos

y va soltando en ellos

su aliento, lentamente,

dándoselo a aspirar

a la corriente.



Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada

hasta las lluvias

de su infancia,

que a las tardes crecían

entre sus piernas salpicadas

como alto y limpio pajonal que aislaba

las casonas

y desde sus paredes

celestes se ensanchaba.



Soy el nadador, Señor, el hombre que nada

por la memoria de las aguas

hasta donde su pecho

recuerda las pisadas,

como marcas de luz, de tus sandalias.



Y recuerda los días cuando el cielo

rodaba hasta los ríos como un viento

y hacía el agua tan azul que el hombre

entraba en ella y respiraba.

Soy el hombre que nada hasta los cielos

con sus largas miradas.



Soy el nadador, Señor, sólo el hombre que nada.

Gracias doy a tus aguas porque en ellas

mis brazos todavía

hacen ruido de alas.









Héctor Viel Temperley.






lunes, 21 de octubre de 2019

Caían * Germán Mayanobe





“...mientras se rota quedo ante el fugaz aspecto sempiterno
de lo aparente o lo supuesto...”
Destino, Oliverio Girondo

Subo con una sensación extraña. La veo venir. En serio, se acerca. A un paso, se queda quieta. Pensé un poco qué significa el espacio colectivo y la pregunta se hizo mucho más profunda de lo que creía. Ahí estaba yo, a dos anillos olímpicos de distancia. Cada uno colgado de su mano izquierda. Apuntándonos con los hombros. Sin saber que éramos filosos. Miradas rápidas, milimétricas. Construyendo a minúsculas formas un ser. Algo se formó en nuestras cabezas. Desprolijo, demasiado idóneo.
Estoy en un colectivo. El tiempo no se corresponde. Mil ojeadas, eran tres cuadras. Las palabras se hilaban cada cincuenta metros dejando que la idea fuera más relevante que la realidad.
Yo no estaba para volver a casa”.
Yo tampoco”.
Estoy sonriendo de una manera muy extraña. Se me cayó un pensamiento en el bondi y alguien lo vió. Le dio forma. Lo reconoció. Con esa misma figura en la boca me quedé enfocado en la ventana y derrapé en mi ebriedad.
Estamos en la misma. Seguido de un bufido vacuno intentando hacer una e. Quedé en la misma posición desentendiéndome de la situación. Contaba árboles. Había varios por cuadra, es palermo.
“jaja sí”.
Miré un segundo de reojo con mucha seriedad. La seriedad de que había alguien que respondía a los pensamientos que se me caían. Estaba ofendido por la respuesta, pero agradecido. Me invitaron a pasar y ya habían prendido las luces.
Me sobra medio porro”.
Este era el último pensamiento que se podía tropezar en mil encuentros diarios que tengo en el bondi. Cayó pesado en el ambiente. Había presión en el enunciado pero también seguridad. Igual esto no pasa. Casi siempre hay una canastita o un buen disco de jazz que hacen de enfermeros del loquero. La soltura. El desapego circunstancial. ¿Ella?
“Uuuh bien ahí”.
Algo se rompió en el colectivo. El techo no porque fue lo primero que vi después de ese sonido. Bajé la cabeza perpendicularmente sobre mi hombro izquierdo de forma relajada.
¿Nos bajamos en la misma?”.
Yo lo había visto como una pregunta para ver si daba la casualidad de que viviéramos cerca y fuese todo increíble.
Bueno dale”.
Justo ahí pensé:
Qué bien”.
Se cayó otro.
Bajamos en parque Las Heras. Mucho frío. Era el peor plan del mundo. Nos saludamos de una forma muy extraña. No sabíamos quiénes éramos. Dijimos re pocas palabras y estábamos ahí, con frío, por fumar un porro que nos iba a dejar sin poder controlar el temblor.
¿Vamos para allá?”.
No sabía qué responder a eso sin mentirle. No me parecía un buen plan y me hizo dudar mucho la rapidez con que todo ocurrió. Se me cruzó por la cabeza que era mejor
Caminemos mientras fumamos que está re fresco”.
Tenía que dejar que se caigan, eran honestos. La canastita y el buen disco de jazz a veces se tienen que quedar en la covacha.
Dale, ¿Para dónde vamos?”.
No pensé ninguna respuesta y caminé. Caminé para el lado de mi casa. Si me decía para donde quedaba la suya íbamos para ese lado. Me daba igual. Pero no quería preguntar. Es raro hablarle así a alguien que no conocés. Muy policial.
Yo viví toda mi vida por acá”.
Yo también”.
Iba a decir qué raro que no nos cruzamos pero me da paja esa conversación”.
Gracias”.
Relajé cada uno de mis músculos después de eso. Probablemente nos conociéramos de vista o por ir al mismo colegio. No lo sé, no me importaba. Eso estaba bueno.
¿Qué hiciste hoy?”.
Podría resumir todo mi día en dos actividades. Decidí hacerla fácil.
“Leí un rato y estuve trabajando un poco en un cuento”.
Eso en la vida real fueron dos horas. El resto se fue en cosas que ni se nombran. Por lo menos no en este relato.
“Uy, ¿De qué se trata?”.
Qué preguntaSe trata de un tipo que escribe una carta de suicidio. Intenta ser breve y conciso. De a poco capaz encontrás cosas o razonamientos que llegan desde la tristeza e intenta envolverte en el desdén de las últimas horas de vida. Pero no se ve desesperación sino más determinación y frialdad”.
Uh, pasamelo”.
Dale de una”.
No pensé que le tenía que pedir nada y no se gastó en decirme ningún dato. Los dos sabíamos usar internet y con un nombre ya todo se facilita.
¿Vos?”.
No, yo tuve un día re largo. Fui a la facultad, estudio quimica. Después me quedé repasando lo que vimos. Fui a clases de guitarra. Volví a casa. Me miré una película re flashera de uno de flying lotus. Ese que también toca. Me re gusta lo que hace. Eeee y me junté con un amigo a tomar una birra y jugar al pool. Ahora estoy acá. Dia largo pero lindo”.
Uh si re largo posta. Buenisimo que estudies química”.
Tuvimos que dejar que nuestros tacos rellenaran el espacio entre ambos. En un barullo cerebral los interrumpí.
¿Che, te puedo hacer una pregunta? Bueno en realidad sería la segunda después de esta, qué chiste pelotudo. ¿Por qué te pintó bajarte del bondi conmigo y caminar? Me alejo porque puede sonar raro, pero la verdad que hoy cada cosa que pienso se me resbala por la boca. Como esa de recién”.
No tengo una respuesta porque yo misma lo pensé. La verdad que justo vivía cerca y bueno una seca no me venía mal tampoco. Estoy bastante agotada y mañana puedo descansar. No curso. Y nada, me pintó. Capaz conocía a alguien piola”.
“Jajaja sí puedo ser piola. Aveces”.
Estos pensamientos estaban para canasta. Igual estaban jugando bien su rol.
Bueno mirá. Yo vivo aca sola. Tengo guitarras. No sé si tocás pero podemos enchufar eléctricas y tocar con auris. Nada, eso.
Se frenó de golpe. Yo tardé un par de baldosas en caer. Seguía sin entender la propuesta. Mi mirada se fue del piso hacia ella lentamente. Muy exagerado. Fue hermoso lo que escuché. Podía ser sexo pero.
Qué lindo estar calentito con unas violas. Dale subamos. No querés que compremos un chocolate o algo. Me siento mal si no llevo nada”.
No, ya fue. Yo tengo algo arriba. Si no lo hacemos otro día”.
“No”.
Fue muy rápido ese no. ¿Quería frenar su indecisión siendo cortante?
Bueno subamos entonces me estoy cagando de frío la verdad. Era un plan de mierda caminar por el parque”.
Gracias, pensé lo mismo”.
Pasé a estado de adoración hacia este ser que me daba techo y guitarras a esta hora. Subimos en silencio. Alguna pregunta absurda con respuestas guturales similares a las risas.
Piso 17.
Seis puertas.
Abrimos la puerta. No fue juntos, claramente. Todo era muy rápido. Apenas abrió un destello de luz me penetró los ojos y caí en una cama. Me di cuenta de que me había desmayado. No sé si la mezcla de frío, ebriedad, locura y ahora calor me habían hecho esto o si había sido un sueño.
No lo quiero terminar acá entonces me desperté en un sillón. Un vaso de agua al lado mio. Y ella abanicando parsimoniosamente.
“Sé lo que es desmayarse así. Decí que pegaste un poco con la pared y no caíste con la cara de lleno”.
Mi cuerpo estuvo rápido”.
Hablaba como si estuviese padeciendo una enfermedad terminal. Nunca creí tener semejantes dotes actorales.
Ya estoy mejor. A mí es la primera vez que me pasa. Pensá que ya tenía que terminar el cuento”.
¿Qué cuento?”.
¿Qué dije? ¿Cuento?”.
Descansá ahí un ratito ponete esto en la cabeza”.
Obedecí cada palabra con mucha lentitud y pensando en lo que acababa de decir. Realmente tenía en la cabeza que todo es mentira. Que en realidad estamos siendo inventados por algún boludo que está en su casa rascándose cada tres renglones la pija”.
Uy no te escuché estaba justo sirviendo birra. ¿Querés?”.
La verdad queun pocono te puedo negar una birra”.
Fue a buscar una cerveza y me transformé en un enfermo con la mejor enfermedad del mundo. Tomando cerveza y siendo agasajado increíblemente”.
Por qué estoy haciendo esa cara que hacen las personas cuando se encuentran en una situación ventajosa. Miran a un punto fijo y procuran no mover ni un músculo. Las comisuras de los labios amagan una sonrisa y juegan con sus manos uniendo las palmas fregándoselas como si tuviesen frío. Es una actitud de mierda.
¿Qué te pensas flaco?¿Me tomás por pelotuda? Levantate. Te vas. Te vas ya”.
Se quedó en la cocina y abrió un cajón. Yo me levanté de golpe y con las dos manos para adelante me fui moviendo despacito para la puerta.
No, boluda, perdón estaba pensando eso y se me cayó. Sé que es bizarro. Pero no te estoy tomando el pelo. Jamás haría eso. Se me caen. Me pasó hoy desde que te vi. Por eso estoy como preocupado y me desmayo y no puedo evitar decir cosas aunque no quiera. Y llego a estas situaciones que me divierten porque son cosas que pasan. Igual yo no tendría que estar acá. Fue todo muy rápido. Ni sé cómo llegué. Así que tranqui. Me voy. Ni vengas, bajo y espero a que abra alguien. No te preocupes.
No dejé que hablara ni nada. No podía seguir ahí. Ya era mucho todo lo que sucedía. El ascensor seguía en su piso así que bajé pido. Me acomodé en el palier. No parecía un edificio que tenga mucho movimiento. Me quedé pensando o hablando. Ya no diferenciaba cuál era cuál dejé que sea. El ascensor subió, bueno me abrigo”. 17. Bajó ella. Sí, tenía que ser ella.
Yo te abro boludo este es un edificio de viejos. Perdón que reaccione así. A veces me siento medio usada. Siempre me dijeron que era muy buena. Yo no suelo juntarme así como hoy. Creo que somos vírgenes en bajarnos del bondi con alguien a fumar. De ese lado te re entiendo que estés raro. Lo de los pensamientos me dejó confundida. Como que lo sentí a eso. Un poco nada más, en el bondi. Despues nose si lo naturalicé. Te quería decir eso nada más. Te abro”.
Gracias. Pará..”.
Me llamo @soysatank en instagram. Ya sé, es un delirio, pero hablamos por ahí”.
En la caminata a casa seguía pensando si eso había sido real o no pero igual ahora ya lo era. Aun en un mundo paralelo. ¿Eso le quita veracidad o realidad a un relato? ¿El mundo paralelo?




Germán Mayanobe, 2019.



Taggard

viernes, 18 de octubre de 2019

Sueño eclipse - Lorena Di Scala


I
Lago
laguna
mar negro
quiero sumergirme en las profundidades oscuras
no ver más luz que las burbujas de mi aliento
apagar los sonidos de la superficie
con la espesura de la brea marchita
agua negraquiero beberte
llenar mis tuberías de magma pegajosa
tapar toda salida para quedar sujeta
apretada
ajustada en un sueño suspendido
letargo de quién-sabe-cuánto
no me importa
lo difícil lo asqueroso lo perverso
tomo todo de un sorbo
y me dejo hundir por vos
agua negra
dulce azabache
cubrime por completo
hasta que olvide cómo respirar
y entonces deje de intentar
volver 

II
mojo mis dedos en tu cuerpo
es como acariciar el gato negro de Poe
o la gata de Olga Orozco
tantos felinos opacos
representando tu esencia
la ausencia de luz y color, pero no de vida
me arrastra hasta tus orillas
quiero formar parte de ese
ecosistema dark
mucha gente no lo entiende
¿cómo alguien querría olvidarse en un espejo que no refleja?


los deseos son impredecibles

no importa cuánto me lleve



pienso acabar en tu vientre opaco.




Lorena Di Scala, 2019.