Lluvia de estrellas
Ni una sola cayó
mientras miraba el cielo casi sin pestañear,
salvo los cascotazos y una que otra bala perdida
cerca. ¿Hay necesidad?, preguntaba
al cielo como plegaria, supersticiosa.
Que caiga una estrella, una sola, pero el ruido
de sirenas y de alarma me cegaba.
Hay necesidad de lluvia de estrellas. Hay, hermanos,
muchísimo que hacer.
El texto en cursiva pertenece a César Vallejo.
Irene Gruss.