No
quiero hablar
Y
yo no quiero que me hables
Entrás,
sin sonreír
Nos
detenemos
y
a penas cruzamos una mirada
Cerramos
la puerta de golpe
Sin
timidez
tu
mano,
adherida
me
recorre desde la mejilla a mi cintura
y
allí se queda
Me
apoyas contra la pared
tus
manos bajan
y
nos volvemos más urgentes
Respondo
tu caricia
Beso
tu boca
tu
lengua me responde
Siento
el calor de tu saliva
mi
mente ya se disolvió
No
quiero hablar
Y
yo no quiero que me hables
Tu
lengua golpea mi lengua
Empieza
un campeonato corporal
Me
besas casi desesperado
mis
brazos rodean tu espalda
Mi
boca desciende
y
se queda en tu cuello respirándote
Mi
cuerpo se acerca al tuyo
Exasperado
No
quiero hablar
Y
yo no quiero que me hables
tu
corazón late muy fuerte
solo
mi corazón lo escucha
todo
mi cuerpo esta atento a tu piel
tu
corazón y mi corazón
laten
a un mismo ritmo,
tu
piel y mi piel se unifican
No
quiero hablar
Y
yo no quiero que me hables
Ya
estamos desnudos
Creo
que en una cama
O
en Marte
No
lo se
Mi
mente ya se disolvió
Mariana Avendaño
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje
George Holroyd III |
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