
Vos al lector le contás cómo se ve esa sábana, le ponés color y arrugas. Algo de forma y un poco de juego al viento. Le decís que está gastada de un solo lado, que tiene una mancha y aroma a mate frío. Y asumís en base a eso, que va a saber qué es lo que hay debajo.
Pero de una u otra forma, siempre hay. Porque esas telas tienen algo lindo y es que a pesar de que vos buscás que todos encuentren lo que se oculta detrás, tu significado, las describís con un ritmo poético que significado o no, leerlas, sólo leerlas, como música de fondo, también es placentero.
Es como cuando te sentás entre las rocas a ver el mar. Podés imaginar todo eso que no ves, sentir la bruma, y preguntarte qué más hay. O simplemente colgarte mirando ese ida y vuelta.
Hipnotizarte.
Tus textos atrapan desde el principio. Y atrapan desde arriba y desde adentro.
César Isola Isart,
sobre Cantata de María Florencia Jiménez de Castro. (Viajera, 2013).
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje
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