No
soy experta en música ni rockera. Si fantaseé con algo, creo que
fue más punk, aunque las tachas y la purpurina me fascinan en todas
sus versiones; el pelo largo, los pañuelos y todo lo roto, también.
No soy fan de Charly. No soy fan de nada tan concreto, excepto,
quizás, el chocolate y la poesía. Y acá me contradigo, porque la
poesía para mí abarca todo lo que nos hace sentir, vibrar, vivir.
Entonces Charly entra cómodamente, él y todos los artistas que nos
dan música, imágenes, letras. Como pregunta John en la introducción
de esta antología, ¿a quién tenés en el soundtrack de tu vida? Y
sí, García está: la provocación, el escándalo, el piano que
suena hasta debajo de la lluvia, el oído absoluto, la obsesión, el
balcón, el espasmo, la destrucción total, el resurgir. Y por sobre
todo: la música, tan él su música que es imposible separarlo. Y
eso fascina. Que sea posible percibir una traducción de cuerpo a
nota, que sea posible verlo, sentirlo. ¿Cómo no vamos a tener
alguna canción de él? Amado, odiado, está ahí, latente, y te hace
acordar a algo, a quién fuiste en un algún momento. Por eso,
festejemos esta Fogata Eterna, concierto de voces poéticas de Perú,
México, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.
Karina Macció, 2014.
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