Si durmieras en mi tumba
sería un cadáver feliz
si durmieras en mi tumba
¡qué despelote!
no te dejaría dormir
(pero si durmieras ahí, conmigo
sabe que no podría enterarse tu familia,
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Petr Balicek |
debería ser nuestro secreto)
Si durmieras
Ay, no te dejaría quieta
No habría reposo eterno
O sea, eterno sí, pero no reposo.
Es que sería un cadáver
muy inquieto
Nunca dejaría que me veas
como a un muerto, sin iniciativa,
o sea muerto sí, pero no sin iniciativa.
Habría tragos, música
y hasta bailes, en mi tumba.
Y si ahí durmieras,
te despertaría varias veces en la noche
para contarte anécdotas
con las que ningún vivo podría competir
Si durmieras conmigo, en mi tumba
sería yo el que limpie todo,
lustraría el mármol
arreglaría las cruces y las flores.
Como un fantasma de Wilde:
obstinado, trabajador.
Y de todo lo demás, también me encargaría,
con tal de que conmigo duermas.
Hasta en tus peores pesadillas
haría de nuestra tumba
un nido, cálido, acogedor.
(Y si nada de eso alcanza, pensá en el
“hasta que la muerte los separe”,
y como solo yo puedo comprometerme
aún más allá.)
Pablo Keyes, 2014.
Texto producido a partir del trabajo en el Club de Lectura de Susana Thenon en los talleres de Siempre de Viaje.
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