Pienso
a veces
que
la vida
está
escrita en otro idioma.
En
ocasiones podemos descifrarlo.
31
de diciembre 2014, brindis y sonrisas.
I
Diciembre,
mes que me fastidia. Termina la primavera.
Comienzan
el calor insoportable de Buenos Aires, los cortes de luz, la gente
alterada, los saludos y deseos formales, la ropa que se pega al
cuerpo, la transpiración, la obligación del balance y la felicidad
envasada y cuidadosamente adquirida en los shoppings.
Si
pudiera, huiría de Buenos Aires en diciembre.
Intentaría
ir al mar. Su interminable inmensidad, la espuma dibujando la arena,
el cielo inacabable -eso me basta para sentir placer.
II
Ese 31
de diciembre, por la mañana, recibí un sobre a mi nombre. Apareció
bajo la puerta, no tenía remitente, pero si unas estampillas de un
país desconocido. Mis datos estaban manuscritos, con una caligrafía
cuidada y prolija, escrita con tinta color verde.
Lo
abrí con curiosidad, había una hoja tamaño A4, papel reciclado,
texto incomprensible.
Los
caracteres que estaban en la hoja eran de algún idioma del lejano
oriente, ¿chino?, ¿japonés?, ¿coreano? no lo sabía. Signos,
aparentando dibujos simétricos, ideogramas y números. Sorprendida
comencé a buscar una pista.
Mirando
con atención podía inferir que había un título, una serie de
números ordenados del 1 al 8, y hacia el final del texto y con
caracteres latinos, las palabras ASA y DIN. Intenté pensar y las
asociaciones me llevaron a una serie de instrucciones ordenadas de
algo… Pero no lo sabía.
III
Doblé
cuidadosamente la hoja y la guardé en mi agenda.
La del
2015 la había comprado. Disfruto de ver la agenda en blanco, parece
que ese año todo puede acontecer, tenemos todo el tiempo del mundo,
todos los días, todas las horas disponibles para crear, hacer,
inventar, trabajar, amar.
El
olor del papel, las hojas, todo invita a soñar en un año con
oportunidades.
IV
31 de diciembre de 2014, brindis y sonrisas.
31 de diciembre de 2014, brindis y sonrisas.
Después
de las burbujas y con el estreno del año, una tarde, en un bar,
abriendo la agenda, encontré el papel doblado, y decidí comenzar a
buscar el significado de la palabra ASA, entonces apareció la
Asociación de Semilleros Argentinos, Asociación de Surfistas
Argentinos, etc, etc… nada me parecía relevante. Hasta que decidí
buscar juntas ASA y DIN, tal como aparecían en ese instructivo (¿?).
Fue
allí que encontré que son los valores con que se mide la
sensibilidad de la película fotográfica. Entonces, probablemente
eran las instrucciones de un rollo o de una cámara de fotos, ¿pero
por qué me llegó a mí, y para fin de año...?
¿Era
una señal astral, un mensaje divino, un error del correo?
Cuando
disfrutaba de mi café, sentada junto a la ventana del bar, pensé
que la vida está escrita en otro idioma, que en algunas ocasiones
podemos descifrarlo y las claves se encuentran a lo largo del camino,
disimuladas en señales y mojones.
V
Nosotros
navegamos, fluyendo como la espuma del mar. Mientras la existencia,
deja huellas en nuestro cuerpo similares a las del mar en la arena.
No
sabemos cuál es el camino, pero podemos elegir quién nos acompañe.
No sabemos adónde llegaremos pero podemos pensar en el modo de
viajar.
Ayuda
hacerlo despojados por fuera, pero bien pertrechados por dentro, con
una dosis de energía frente a los obstáculos, fuerza para correr
las piedras del camino, paciencia para volver a empezar, sin decaer y
lamentar nuestra suerte, humor para contagiar como epidemia, ternura
para repartir, confianza para fortalecer a otros, sueños propios y
ajenos que dan sentido al viaje, y conciencia que el camino es
compartido.
Vl
Con
todo esto anotado en la nueva agenda, para no olvidar en los momentos
de desánimo y cansancio, decidí empezar el 2015 sabiendo que LA
FELICIDAD no existe más que en las campañas publicitarias. Lo que
sí podemos alcanzar es la alegría de respirar cada día
descubriendo un nuevo cielo azul, y la de saber que estamos en un
camino que, si bien no alcanzaremos a transitar en su totalidad, es
el que le da sentido a nuestra vida.
Celia Marder, 2014.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.
2 comentarios:
Qué bueno que alguien pueda escribir lo que otro quiere decir.
Es como una botella al mar, alguien envia un mensaje que Celia quiere descifrar, pero está claro: la vida está escrita SIEMPRE en otro idioma
Lindisimo
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