Dos
fuegos
Su fuego,
el de ella, es indomable.
Combustión
pura
que
termina, inevitablemente, en incendios gigantescos.
Nadie
podría confiar en esas llamas
que
acompañan, sin preguntar, a
cualquier brisa
Llamas de
mil colores
inestables,
ligeras, seductoras.
El otro
fuego, el de él, siempre está controlado.
Ilumina,
por ejemplo, románticas cenas previsibles.
Es un
fueguito de hornalla
de velas
de cumpleaños familiar
de hogares
a leña.
Una noche,
esos fuegos van a encontrarse.
Una noche
indefinida, como todas.
Juntos no
tienen futuro, dirán los otros.
Tendrán
razón, pero qué importa si el futuro no existe.
Durante
esa noche serán un solo fuego.
Sabrán
juntarse para arder con ganas
para
salvarse, entrelazados, del miedo, del frío, de la muerte.
.
José Lupia, 2014.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.
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