INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UN POEMA OULIPO EN CORRIENTES SIN
METRO
De tanto en tanto, escribo un poema de metro. Este es uno.
Aunque su nombre se asemeje a una unidad de medida muy conocida.
No lo es.
¿Quieres saber qué es un poema de metro? Admitamos que la
respuesta sea si. He aquí un poema de metro.
Admitamos también que la respuesta sea: no. De todas maneras. He
aquí un poema de metro.
Un poema de metro es un poema compuesto en el
metro, durante un recorrido.
Es condición sine qua non que el lugar de residencia tenga
metro.
Un poema de metro tiene tantos versos como estaciones tiene el
viaje, menos uno.
Si no hay metro en la ciudad, escribir el poema será harto
riesgoso.
El primer verso se compone mentalmente entre las dos primeras
estaciones del viaje (contando la estación de salida).
Sin metro no hay estación. Ni primera ni próxima.
Se transcribe
al papel cuando el metro se detiene en la segunda estación.
Sin estación, no hay salidas ni arribos posibles.
El segundo verso
se compone mentalmente entre la segunda y tercera estación del
viaje.
Sería utópico escribir versos, puesto que no se pudo viajar en
el metro.
Se transcribe al papel cuando el metro se detiene en la
tercera estación. Y así sucesivamente.
Sin embargo, sí, existen ómnibus que se detienen y avanzan
secuencialmente, sin disimulo. No se debe transcribir cuando el metro
está en marcha.
Pero no dice nada de la marcha de los colectivos. Por lo que
podremos escribir el poema.
No se debe componer cuando el metro está parado.
En el colectivo parado tampoco. Además debe estar correctamente
estacionado en su esquina señalizada, a treinta centímetros de la
acera, por si alguna anciana o anciano, lisiado, minusválido o niño
ciego de baja estatura, quisiera subir o bajar las empinadas
escaleras de acceso y egreso, sin correr peligro su integridad
física. Dicho esto, se puede continuar escribiendo el poema.
El último verso del poema se transcribe en el andén de la última
estación.
En su defecto en la parada más cercana a tu casa.
Si el viaje
impone uno o varios cambios de líneas, el poema consta de dos
estrofas o más.
Si el viaje impone una o dos o más cambios de líneas, está
permitido colarse fraudulentamente sin pagar varios boletos ya que el
recorrido será oneroso en demasía. O bien caminar hasta casa.
Si por desgracia el metro se detiene entre dos estaciones, siempre
es un momento delicado de la escritura de un poema de metro.
También está permitido en el fragor del camino con baches,
rozar, frotar, refregar e incluso arrimar partes vitales nunca antes
utilizadas para mantener el equilibrio, a señoritas y/o señoras
pulposas o no, con tal que la situación nos permita pergeñar
momentos de inspiración que nos ayuden continuar con la escritura.
Todo lo haremos en pos del poema.
Buen viaje.
Carlos Flores, intervención de un texto de Jacques Joue.
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