Cucarachas
Me acosté y me dormí en un segundo, no podría
decir cuánto tiempo había dormido cuando ese ruido, bueno supongo
que fue ese ruido, me despertó.
Volviendo todavía del sueño, la escuché de
nuevo ahí. Ahí nomás, en la persiana…
Había decidido dejar la ventana abierta para que
entrara el aire fresco de la noche, jamás pensé que no era lo único
que iba a entrar…
Fije la vista en esa persiana tratando de
localizarla, al tiempo que pensaba. ¿Qué tamaño podía tener esa
cucaracha para hacer semejante ruido?
Porque tenía que ser una cucaracha, ¿no?
Cualquier otra opción era todavía peor.
Cerré fuerte los ojos, decidí ignorarla, tal vez
solo había sido mi imaginación, pero pensar en ella caminando
veloz, bajando por las paredes, subiendo por mis sábanas…
De repente el sonido de su aleteo, me hizo abrir
los ojos desorbitados.
Trate de adivinar hacia donde iba.
La idea de que pudiera volar me aterrorizaba.
Imaginarla merodeando me daba asco, pero que
volara…
¿A dónde estaba ahora?
No fue hasta que escuche ese ruido sordo en mi
almohada que lo supe.
Juan Castro Walker, 2015.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje.
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