miércoles, 5 de agosto de 2015

Cucadios * Juanpi Ortigosa



Mi familia quiere internarme, esto ya es el colmo. Es solo un simple miedo, nada de qué preocuparse. No entiendo cómo lo exageran así. ―le dijo Juanpi al psicólogo, que lo miraba con cara rara.
¿Pero qué es ese miedo del que tanto hablan? ―le preguntó.
Ve una cucaracha y sale corriendo y grita tan fuerte que nos deja sordos a todos los que tiene a su alrededor. ―repondió su hermano. Estaban en terapia familiar, habían decidido ir para tratar todos juntos el problema de Juanpi.
No es tan grave entonces, mucha gente le tiene miedo a las cucarachas, ¿Por qué lo quieren internar? ―dijo el especialista, tratanto de entender su problema.
Es cómo lo exagera, lo grave que está su miedo. ―Empezó diciendo el papá, preocupado―. Tiene una fobia tan grande que, si una noche ve una cucaracha en su cuarto, viene a dormir con nosotros. ¡Y tiene veintidós años!
Su miedo lo llevó a unirse a foros de internet donde gente como él putea a la cucarachas, las critica y hace planes para exterminarlas del mundo, ¡a un simple insecto! ―Lo interrumpió la mamá, temblaba al hablar―. El otro día le revisamos la computadora y estaba a punto de iniciar con un plan llamado “Cucadios”, que consistía en comprar toneladas de Cucatrap y tirarlas en todos los basureros de Vicente López, para dejar a la ciudad libre de cucarachas.
¿Es cierto esto Juanpi? ­―preguntó el psicólogo, que no emitía gesto alguno, solo tomaba notas.
Sí, lo es. Pero piénselo, ¿quién no se beneficiaría con esto? Con todas las cucarachas exterminadas, la vida sería mucho más tranquila y feliz. Nadie correría ni gritaría al ver a esos monstruos negros en la calle porque no existirían más. Las casas serían mucho más limpias y no habría que preocuparse por dejar la basura en cualquier lado, porque ya nada vendría a comérsela. ―Juanpi comenzaba a volverse loco, sonreía diabólicamente, de una manera que sorprendió a todos, al imaginase a las cucarachas muertas.
¿Ve eso? Está loco, señor. Siempre es así, todas las noches se pone a pensar planes para exterminarlas, para hacerlas sufrir. Grita en el cuarto y se ríe como si fuera Cruela De Vil, pero apenas ve una corre del miedo y se esconde adentro de la cama, y termino matándola yo. Necesita ayuda profesional, no puede seguir así. ―dijo enojado su hermano, y tenía razón.
Bueno, les voy a pedir que me dejen solo con Juanpi para terminar de hablar, les prometo conseguir ayuda, él no está bien. ―le respondió el psicólogo, y la familia salió aliviada del cuarto.
¿Va a internarme? ―preguntó Juanpi preocupado.

No ―dijo el psicólogo, mostrando la remera que tenía puesta debajo de su camisa. Era completamente blanca, excepto un punto negro en el medio de la panza, rodeado de un rojo sangre. ―Estoy de tu lado, contame más acerca de ese “Cucadios”. 


Juanpi Ortigosa, 2015.
Texto producido a partir del Club de Lectura de Julio Cortázar.


No hay comentarios: