Hora
cero
La
historia comienza en un desierto.
Un llano
sin vértices ni formas.
Sólo un
hombre.
No hay
silencio.
No hay
sonido.
Camina.
Es el
último, tal vez.
No hay
sol.
No hay
luz.
No hay
sombra.
En el
desierto del hombre vagabundo sólo hay noche.
Los años
pasan como siglos,
aunque
hablar de años ya no cuenta,
porque no
hay momentos que contar.
Hasta que
una noche se transforma en inicio.
Los ojos
del hombre ven algo.
Lo oscuro
se ilumina y las pupilas se contraen:
él ya
sabe que debe acercarse.
Hay
llamas.
Hay humo.
Hay fuego.
Hay un
lugar para no tener tanto frío,
una morada
en la que esperar, tal vez,
a otros
vagabundos.
La
historia del hombre termina en un desierto,
cuando
comienza la historia del hombre.
José Lupia, 2015.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.
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