Una ventana no puede contener todo
la realidad supera
la luz se filtra
inexplicable
cerrás con cuidado
cada hendija
cada ínfimo espacio
cada posible pasaje hacia el interior
lo protegés
celosamente
te protegés
temerosamente
pero el resplandor
ilumina
pese a todo
a la luz no le importa
que exista una ventana
la luz es lo que debe ser
tiene el sabor de las frutas maduras
el olor de todo lo que irradia
el calor de años
años años
de abrazar cuerpos
acariciar almas
sedientas de energía
pero que se esconden
detrás de las ventanas
a la luz no le importa
que exista una ventana
por eso hoy
la casa
está brillando
Graciela Melito, 2015.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje.
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