viernes, 15 de enero de 2016

Siesta * Juan L. Ortiz



Tendido a la sombra de
un árbol, yo soy un niño
dormido en medio del campo.
La tierra parece que
tiene suavidad de falda.
El cielo puro de agua
da con su vaga corriente
unas espumas de nubes
y sobre el cielo, el follaje
un traslúcido bordado
hace y deshace, indeciso,
reduciendo el lujo etéreo
a un temblor de monedas
que me enriquecen la sombra.
El viento entra en el sueño
como una música que
trae el anhelo del campo,
ya extático o vagabundo,
soñando con sus secretos,
o tendido al horizonte.
El viento dice el ensueño
de esta paz verde y fluída
bajo su respiración.
Tendido a la sombra de
un árbol, yo soy un niño
dormido en medio del campo.


Juan L. Ortiz



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