Me crié en ese mundo
desde chiquito
a descubrir
qué había detrás de esos
lomos
¿qué decían esas páginas?
¿qué irremediable
endiablada coherencia
historia descubrían
describían?
quise pintar palabras
tallarlas
callarlas o decirlas
quise que fueran mis mensajeras
las llaves que me abrieran puertas
ventanas
hendijas
para entrar
o para espiar
para mostrarme
u
ocultar me
libros
páginas
frases
poemas
palabras
palabras
palabras
¿cómo
se dicen las palabras?
O
mejor, ¿cómo digo esa palabra?
O
así, ¿cómo te digo esta palabra?
sin
que te ofendas
sin
que te dañe
que
vaya como mano tranquila, abierta
no
como puño
no
como grito
que
sea más un canto que un clarín
sin
usar ademanes que intimiden
para
que no temas nada
de
modo que me veas descalzo
inerme
honesto
No
me interesa ser
arqueólogo
de palabras
no
quiero descubrir las extrañas
sino
las que digan
las
que se enlacen con las tuyas
que
rimen
aun
con ritmos distinto
con
ritmos
ritmos
que
bailen por mí (pues no sé hacerlo)
que
se presten
que
me presten la habilidosa maña de
adelantarme
y
zapatear
o
retrasarme
o
girar
jugando
Tomar
una palabra
formar
palabras
reveladoras
revelantes
descubridoras
desveladoras
anzuelos
de tu alma
o
de la mía
que
nos atraigan hacia el encuentro
para
vernos
exponernos
para
animarnos
a
sostener la mirada
mirada
silenciosa
agradecida
a
lo dicho
a
lo hablado
Eduardo Adrogué, 2016.
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