viernes, 4 de noviembre de 2016

Escena * Federico Castro Walker



–Hoy tenemos la reunión de padres.
–¿Pero qué? ¿Me habías dicho?
–Te dije y hasta te mandé un mensaje ¿Ves que no me escuchás?
–También… me hablás de trescientas cosas, ¡cuando vas por la doscientos noventa y cinco no hay manera!
–Claro, no prestás atención y la responsable soy yo. No sé para qué te hago de secretaria.
– Estos del colegio, ¡qué ganas de meter reuniones en la semana y a la noche!
–Por lo menos los del colegio no dan vuelta las cosas, como pasa acá en la zona.
–¿Yo doy vuelta las cosas? Por favor. Así no se puede hablar.
–Claro, se puede hablar sólo cuando vos tenés razón. Lo criticabas mucho a tu papá, pero al final sos igual.
–Habló la hijita de su mamita que todo lo sabe.
–Avisale a mamá de tu crítica, ella está convencida de que la adorás.
–No saquemos de contexto la cuestión, ¿te parece estar discutiendo por semejante pavada? Ahora me cambio y vamos. No montemos una escena.



Federico Castro Walker, 2016.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje a partir de la lectura de Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes.




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