Me pasé la vida buscando pero nunca se me ocurrió mirar
en la bolsa.
Hoy la abrí:
hay
cuatro gatos locos flotando en una oscuridad absoluta.
Cada gato es de un color distinto
rojo, azul, amarillo y blanco
pero todos son gatos.
La bolsa no tiene fondo
una vez que meto la mano la pierdo
y los gatos son inalcanzables.
La única forma de tenerlos es quedándome con la bolsa y no
mirar adentro.
Entonces la bolsa se vuelve finita
y mi mano vuelve a ser mano
y con esa mano puedo agarrar la bolsa
y así tener todo junto en un solo lugar
y en un mismo puño.
Ya no me importa de qué color son los gatos
ya ni me importa que sean gatos o mandriles o babosas
porque la bolsa es mía
porque ya no hace falta la pregunta.
Nicolás Sergi, 2016.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.
2 comentarios:
La tenés gatada! Me cabe mucho.
Espectacular....
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