jueves, 8 de diciembre de 2016

Fin de baile * Alicia Beatriz Álvarez


Aturdida busco.
Sondeo entre columnas mortales terminadas en pies. Miles de zapatos masculinos, lustrados, severos. 
Busco esa gardenia deslizada por mi melena entre los pies enjoyados en sandalias. 
Desesperada sobre el piso fatigado de los bailarines. Todo se torna colosal cuando miro desde abajo. Grandioso, intimidante.
Quizás fue el vuelo entre tus brazos en el salón de morado terciopelo. Fue tu cabeza tan pegada a la mía, la mejilla sudorosa, arrebolada por el champán. Tan descansada tu boca sobre mi oído que mareó mi razonamiento. Embriaguez de caer en la serpentina magnífica de tus palabras.
Precipitada, imprudente busco mi gardenia. 
Arrastro mi vestido sobre la madera caoba de los pisos. El shantung rosaceniza olea entre las rodillas, como un velo de novia maltratado. Ya no importa guardar la compostura aunque los ojos se claven en mí, con mirada detractora.
Lejos la veo, me pregunto cómo llegó hasta allí.
Las parejas bailan enredadas en amores. Cuál será la verdadera historia de cada amor. ¿Serán eternos, extremos, claros? Algunos hilvanados en mentiras, otros de estudiada sonrisa en el escenario de la conveniencia. Todos bailan simulando un gran amor.
¿Cómo habrá sido el nuestro? Repto el pensamiento en los pliegues vaporosos del vestido.
Estaba escrito: tenía rosas y tenía cenizas.
La orquesta realza sus acordes antiguos. La luna ondea los plateados tules en los cipreses del jardín. Espera la serenata, ansiosa, enamorada porque a fin de cuentas, es mujer como cualquiera.
Estiro mi mano, casi la tengo. La gardenia late todavía indemne en el anonimato de los pies. Mi pelo rojo desordena el agobio de mi cara. Una hebra húmeda se hace río entre mis pechos. 
Casi la tengo.
Risas, luces, desenfado. La música diaboliza los cuerpos. Pies irascibles, ciegos se vuelven caracoles, púas. Los tacos finos embisten contra los zapatos graves, un cataclismo enmarañado de pasos. 
Mi gardenia deshojada, malherida agoniza bajo un taco de mujer.
Lloro y te busco. Están tocando nuestra canción. 
Grito. 
Están tocando la canción que nos quedó por bailar. 
Grito. 
No queda nada. 
Sólo vacío. 



Alicia Beatriz Álvarez, 2016.





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