Lo que yo no quería.
Quedar ahí, pasar las horas,
volverlas eternas en efímera armonía.
Construyo un globo aerostático.
Quisiera ir a algún lugar que borre nuestra existencia física.
Tus ojos achinados, titilantes. La
noche pesada. Me siento mala al reconocer que te prefiero así,
indefenso.
Me despierto de madrugada. El calor
agobia, cada vez más. El aire de la noche arde.
Vos dormís, yo no puedo. Ese
costado de la cama te deja a mil kilómetros de mí.
Observo desnudo el tatuaje que ocupa
un cuarto de tu espalda.
No quedan noches en nuestros
cuerpos. Me rindo. No puedo más.
Estoy peleando una batalla. Sé que
perdí.
Mariana Avendaño, 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario