lunes, 2 de enero de 2017

Decir Te amo * Alejandra Malvotti


Entreabro los ojos. Tres de la mañana. En nuestra habitación la oscuridad es casi total. Por la ventana, que dejé un poco abierta para que entre el frescor de la noche, se cuela un rayo lunar brillante. Impactando justo en la piedra que nos trajimos de Córdoba. Esa en forma de corazón.
Acostada boca abajo. Me niego a girar la cabeza. Me quedo inmóvil. Entumecida. Casi paralizada.
Sé la hora. El despertador está de mi lado. ¿Te acordás de que te olvidabas de programarlo? Después de unas cuantas llegadas tarde al trabajo, lo cambiamos de lugar. Me enojé mucho. Te dije palabras irrepetibles. ¿Por qué te traté así, si te amaba?
Te amo
Solía observarte sin aburrirme. Mi mirada acariciaba tus sueños, mis pensamientos luchaban contra tus pesadillas.
Nuestro juego preferido era quién decía el mejor te amo, el más ocurrente.
Cuando yo te decía “te amo ahora” vos me regalabas un “te amo cuando camino”. Si a mí se me escapaba un “te amo comiendo naranjas”, vos me acestabas con “te amo cuando cantás”. Un día te dije “te amo cuando te odio” y me ganaste con el “te amo porque sí”.
Vuelvo a pestañear. Tres y catorce de la mañana. No hay cambios en la oscuridad. Estiro el brazo. Nada.
No estás.
Tanteo la almohada insensible a mis lágrimas nocturnas. Sigue esponjosa, intacta.
No es un sueño. No.
Te fuiste en ese viaje inesperado “son solo dos días”. Besos hubo.
Besos de despedida.
Hoy te amo en silencio

Te amo sola.
     


                                     

 Alejandra Ligia Malvotti, 2016.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje.                         





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