Llevo un sol incrustado en el corazón
peso moral, anacrónico.
Te siento,
acá (al lado)
callado
silencio de octubre.
Nacemos (otra vez)
borrándonos.
Invisible.
Te toqué con mi pluma,
y acaricié tu piel clara
tu boca espuma
tus dedos largos,
finos.
Era en un árbol
donde quise besarte,
decir…
Y ahora todo se inunda con tu canción (otra vez)
estas latiendo
oscuro
Volvès
claro
perlado
alado
Aunque luego todo sea tristeza
quiero mi pequeño credo,
brillar con tus dedos diamantes
tocame circular
detenete, aquí en la palabra escondida
hurgá
escuchá el silencio
líquido esperanza.
Muramos en esta noche gris
siempre podemos despertar a la nada
piedrita escondida por decir
canción dulce, voz lija
detenido hambriento avaro
gota a gota sensible claridad
burbujas extrañas inundan
calor pasado que despierta
aquella melancolía huraña de hace unos años
decir…
volver a escribir
latir intenso
latir inmenso
hoja
agua
cuando escribo todo es…
esa sensibilidad
extraña
huraña
lagriméa acá conmigo
Y de pronto,
me meto en el mismo sentimiento que quiero alejar
ir hacia el pasado, volver en una grieta
que gotee en mi corazón.
Gabriela Aristegui, 2016.
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