viernes, 24 de noviembre de 2017

Marco de arena * Federico Castro Walker



Volvemos a las tres, papá.
Los espero leyendo el diariome contestó.
Dejamos ese balneario, caminamos de la mano con ella, disfrutándonos. Tomábamos playa, olas y personas como nuestro marco. El tiempo a nuestra disposición. No importaba la hora.
De repente, con el sol más fuerte y un viento que lanzaba dardos de arena, otro marco se impuso.
Vamos a casa dijo ella poniéndole palabras al movimiento de la gente que abandonaba las sombrillas y se refugiaba en el pueblo costero.
No, papá espera recordé.
Desandamos el camino, el viento empujándonos, malhumorado. El sol espeso frenaba la vuelta.
Solitario combatiente contra el clima, la arena hasta los tobillos y la mirada puesta en el diario abierto e ingobernable; ahí estaba mi viejo, que había cumplido.


Federico Castro Walker, 2017.

Joaquin Sorolla y Bastida

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