jueves, 25 de enero de 2018

Federico Castro Walker * Minuto Inconsciente


Inconsciente colectivo lanzado a la ruta. Revelación asfáltica del cerebro conductor. Explosión accidental cuando choca contra los límites de la realidad. Tic tac tic tac. Corazón despojado de toda humanidad menos de su ritmo. Tobogán encerado rumbo al más profundo suelo. Inmisericorde. Duro como una piedra. No piensa bajar la velocidad. La pared. La pared que aumenta celérica. Inconsciente que no puede despertar. Ya no es colectivo. Es de uno. Ya no es.


Estela de agua sensorial. Audible. Sónica. Estoy convencido de que hay algo debajo del ruido intenso y plácido. El barco surca. Mi estela. Mis barcos que me surcan. Mil barcos. Sin sonidos. Invisibles. Cortan mi pecho con sus quillas. Detrás del ruido, inaudible, perturbador, mi corazón se desgaja.


Canción pixelada, divisible, medible, contable, economizable. De poesía muerta por remanida. De música muerta. Quiero verte destruida. Que no aceches más en el lugar inesperado. En el canto de un chico. En el espacio íntimo. Odio tu repiquetear al infinito, que se cuela en los pensamientos pateando puertas. No respetás. Sonás hasta en la Chacarita. Hundite en el infierno.




Federico Castro Walker.
Desde los talleres de Siempre de Viaje para Minuto Inconsciente.




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