Todavía me duele tu cuerpo
marcas, mordiscos, trabazón
abdominales arrebatados
abductores que se quejan cuando de
pronto
me tenso, siento
el paso veloz de una flecha
ay me recorre rauda
eléctrico rayo en la médula
ay que no estabas en mí
y ahora sí, de nuevo
estás
te encuentro deshaciéndote
pura agua sos
espesura
sal marina que sazona
remojás, chupás, mordés
mi piel te llama, alucinada
sol líquido, naranja que rebalsa de jugo
tu lengua rueda, paladea, exalta
parezco ámbar que te cubre, te encanta
nos quemamos por dios
(por dios y todos los santos)
nos derretimos
por dios
(por dios y todas las vírgenes)
nunca pensé no creí
que la pasión fuera
tan de libro tan aguda tan grave
seria como una esdrújula
crónica
anunciada de síntomas
ataque al corazón que escapa
un pico febril, insoportable quemar
la cabeza
desde los pies la sangre
borbotea, acusa recibo
en caso de incendio proceda
observe las salidas más cercanas
-no hay/
-no hay hueco sin ocupar/
-entramos en todo/
-explorás-andás-tomás/
aunque busques salir la bomba estalla
está-ya-está-yo
nada es más
lo que era
tu cuerpo es otro cantar
compartido
decir otro
iluminado en esas lenguas que arden
brujas
cuántas oraciones hechizadas
arman esa pira que no parece
dejar de crecer.
En caso de incendio
usted, mi querido,
va a arder.
En caso de encuentro,
alerta: doble se hace
este cuerpo
sueño tenso del otro
fuerte nuestro
fuego
médula en llamas.
Karina Macció, 2018.
Odilon Redon |
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