viernes, 24 de agosto de 2018

Invisible * Alejandra Malvotti





Siento que alguien grita mi nombre, ¡vení, Alma! Eso me despierta. Camino por el pasillo que me lleva hasta el baño. Paso por delante del espejo. No me veo. Mi imagen no está. Doy un paso, me detengo. No puedo seguir mi andar. Vuelvo y me quedo unos instantes frente a él y no me veo. No estoy. No es el mismo espejo de siempre. Capaz que se cansó de serme fiel. Quiero tocarlo y no tengo manos, no tengo brazos.
Me miro los pies, no los veo, no tengo piernas, no hay costillas ni espalda, ni hígado. No hay páncreas ni corazón. No soy. No tengo ojos, no está mi nariz ni mi boca. No tengo rostro. No estoy. No puedo observarme.
Soy abstracta de todo y de nada. Soy una nube de emociones. La idea de mí me atormenta. Soy un concepto de existencia. La angustia que siento me lleva, me recorre el no ser. Me recorre y no se detiene. Quiero parar esto. Quiero completarme. Ser estructura, ser espina dorsal. Quiero ser sangre y carne. Ser sensaciones. Quiero tenerme. Ser garganta y gritarles a todos: soy Alma.





Alejandra L. Malvotti, 2018.




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