despertó
liviano
su cuerpo inmóvil
abandonó la angustia
de ser alguien extraño
una caricia
afilada
abrió su cuello
mareas de vida
sedientas
agitadas
avanzan
ahogan el tiempo
devoran las formas
la luz de sombras teñida
me alcanza
pierdo los sentidos
Gabriel Guadalupe, 2019.
Alberto Burri |
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