No es tocarlo, es tocarlas
esponjosas, suavecitas, planicies
redondeadas
tan cerca no podés ver
su elevación
gemelas dialogan en un movimiento
redondo
brincan, que es su manera
de sonreír
nunca sería tocarlo si es dos partes y
son tan ellas
tan montañas y laderas
tan nubosas y juntas que se rozan, se
acarician, lo pasan exquisito
deslizarse en su medio es aventura
intrépida
el corazón de las tinieblas no es tal
es más oscuro, más salvaje y a la vez
más pulpa de nube
más emoción de vuelo o caída
porque al fin y al cabo
la inmersión en las sombras del cuerpo
siempre es un acto de arrojo
que halla tesoro
en el enjambre del temblar.
Karina Macció para Cuerpos Poéticos, 2019.
Ilachinski |
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