Atenas. La hora de la siesta parado en una callecita, siento que uno de mis compañeros de infancia, pero no puedo recordar su cara, pasa entre mis orejas como un golpe de aire fresco en medio del bochorno. Ni bien recupero la edad y el movimiento me doy vuelta y veo a un mozo de café cruzarse de vereda con un vaso de agua en la mano.
... arrancando de las palabras más nuevas, de las estrellas más fugaces, próximos ya al rito o verano solitario, claustro de palabras vaciadas, fantasma compañero de todas estas noches, ¡oh, roble de vocales vacías, di tu hoja peregrina, tu genio otoñal, tu gajo más parecido a la primera noche de amor!
(...)
Epidauro. ... Bolsa de dormir: se tienden no a descansar explícitamente sino por agradarla a la aurora.
En el camino. Me despierto en medio de otras lunas, bajo este pino quedan las huellas de quien todas las tardes (tarde a tarde) se sentaba a morirse un poco más y a resucitar en el momento justo de caber en la tierra. Resucitar, sí, entre las melodiosas ramas.
Arnaldo Calveyra, El cuaderno griego.
Propuestas de escritura para hoy:
-Viajá con la escritura a ese lugar que siempre quisiste ir y escribí un día de tu diario de viaje.
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El libro recomendado de hoy es Relámpagos de Jan de Jager.
#ventanaalaescritura
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