viernes, 25 de septiembre de 2020

María Pía se asoma a Ventana a la escritura

 



#LONDRES


Londres se me ofrece altiva y bella, y yo deambulo por doquier con el ánimo convulso hasta dar, por Whitehall, con un gran bloque de bronce oscuro, en cuyos lados están esculpidas una serie de vestimentas y uniformes femeninos colgados de unas perchas imaginarias. Es el homenaje que la ciudad erigió a las mujeres que lucharon, en vanguardia o retaguardia, durante la Segunda Guerra Mundial. El Monumento me embelesa los sentidos y, aunque no puedo oír sus voces, en lo profundo de mi corazón, oigo sus pasos harapientos de hasta dónde el sueño cumplido de la victoria, hasta dónde la paz, que las ciudadanas de buenas intenciones suplicamos siempre de rodillas. De pronto, el cielo encapotado se libera en lluvia y su tacto me devuelve los sentidos, así que me echo a andar con el cuerpo cargado de pesar en una atmósfera sucia y nauseabunda, que presagia que otros bloques volverán a erigirse en sesenta, ciento veinte, ciento ochenta años más.


María Pía Marcaida, 2020.
En respuesta a la consigna de #ventanaalaescritura
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1 comentario:

Marína dijo...

Viaje a Londres con este relato. Yo también sentí la lluvia. Hermoso!