Vengo a depositar sus huesos
luz tenue
un cuarto
casa pequeña
monte azul
pestillo roto
no se fuerzan las puertas de esta casa
me anuncio
espero la señal
pase
el patio resplandece
aloes atigrados
columpian
cualidad subacuática
sus lunares de leche
ondulan
entre osarios diamantinos
rótulas dulces
brillan
sobre hortensias albinas
calas luminiscentes
regalan miles de dientes perfectos
son joyas níveas
bajo esta luz boreal
flúo
de luna mala
pase
la casa misma
es cráneo adorable
sus cuencas
guiñan luz de ventana
la caliza
fémur del cimiento
exhala neblina verde
vive
siempre a punto de moverse
esquelética
una sonrisa de rejas
lunática
invita
la casa misma
resiste
amorosa
en el linaje blanco
de mis propios huesos
la conservo
reducida
cráneo minúsculo
en mi palma cerrada
donde esté
se adapta con gracia
a estas falanges
que algún día nutrirán
su osario salvaje
la casa
vive
oculta en mí misma
es
amuleto paterno
pase
pero yo
vine
planto huesos
semillas
y los deposito
porque
todavía no es
mi turno
Carla Capozucca, 2021.
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