La escritura
no reparano sublima el dolor
no sana
La escritura
no alcanza
ningún rincón
nada queda
cubierto por su
dulce mantos
el lenguaje
suaviza lo real
no sabe mirar
de frente a los ojos
no penetra no
apenas rodea
los miedos
en danza etérea
La escritura
no sana
no apoya
una mano tibia
sobre la panza fría
la cabeza hirviente
no subsana los escalofríos nocturnos
la angustia roja
la desazón que se repite
piedra cayendo a un acantilado que parece eterno
Y aun así
aun así
sin escritura
no soy nada
Eugenia Coiro, 2021.
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