Las alas del deseo
de Wim Wenders
*
cuando la niña era niña
no existían las temblorosas incertidumbres
vivía prendada del paisaje de la siesta
de su silencio tibio
cuando la niña era niña
los temores eran más elementales
el trueno, lo oscuro, el infierno
las preguntas, otras
si el novio de la vaca era el vaco
o cómo sabemos que el rojo
se llama rojo y no amarillo
*
una mirada de tinta advierte esos destellos
volviéndolos decibles
invisible sobrevuela
sostiene el pecho acongojado
inclina el oído
observa
y yo lo veo mirar
*
sostuvo su cabeza hasta que llegó el auxilio
mientras tirado en el asfalto
repasaba todo aquello que no arriesgó por miedo
vio el asombro del profesor
ante la explicación del estudiante
sobre cómo crecen los helechos
pero también su reverso
encontró un viejo que leía Odisea a un nene
y advirtió un detalle:
el chico, deslumbrado, dejó de pestañear
*
ahora estás sola en la quietud nocturna
tu corazón todavía late y vos llorás
lloras como una nena chiquita porque
no sabes muy bien por qué
imágenes que aparecen como promesas
que nadie hizo
tenés un poco de miedo pero ya se fue
va a volver
no importa
*
¿acaso vos me susurraste
palabras aladas en el oído?
ahora veo un ecosistema otro
que fluye entre todo lo viviente
una serenidad de agua
nueva lectura sobre la sed
María José Medei, 2021.
#Ventanaalaescritura
Foto: Anka Zhuravleva
#ankazhuravleva
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