Rayuela, Julio Cortázar
El beso
Cuando los ojos brillan como el reflejo de la luna en el mar del iris y nace una chispa con el roce de las miradas, un rayo ardiente o una estrella fugaz,
Cuando suena el latir de corazones apresurados, ese ritmo que hace vibrar, y el órgano explota en una llamarada que quema el pecho,
Cuando la emoción de lo imperioso inyecta adrenalina en el torrente, la piel es un erizo y el calor en el vientre ablanda los músculos,
Cuando los dedos hurgan suaves hasta hacer templar el suelo de los cuerpos, rozan la boca, liberan el jugo de la fruta madura, y el aliento se mezcla en una brisa tibia,
Cuando por fin los labios se raspan, se pegan, se abren, se mezclan, se comen entre sutiles mordiscos, las lenguas se buscan hasta lamerse en una exquisita sutileza, y las manos urgidas se hunden en la selva de los cabellos,
Cuando todo eso sucede, yo he despertado.
Soy deseo
locura
volcán
temblor
tormenta
huracán,
arraso la pasión en un instante perenne,
hasta volver al letargo,
para hibernar
a la espera de una nueva primavera.
Andrea Larrieu, 2023.
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